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"Chuzito" González, el fana de River campeón de América con Flamengo en básquet

Recientemente consagrado en la Champions, el paranaense dialogó desde Río de Janeiro sobre su momento, el título, la nueva camada de la Selección Argentina y su vida en Brasil.

Luciano consiguió su segundo título con Flamengo a pocos meses de haber arribado al club brasileño. El paranaense vive su segunda experiencia en Brasil, está con mucho más aprendizaje y constancia deportiva. Desde su casa en Lagoa, en medio de la lesión en la mano, contó los detalles de la obtención de la Champions League America, los pormenores de un club de alto nivel, su adaptación y el deseo de seguir trabajando arduamente para una futura convocatoria a la Selección Argentina.

Chuzito González quedó en lo alto del básquet americano. El escolta paranaense se coronó campeón de la Basketball Champions League Americas 2021 con Flamengo de Brasil Si bien no fue parte de la final por la lesión en la mano, fue una de las figuras del equipo brasileño que también viene de ganar este año el Súper 8 de la Liga Brasileña de Básquetbol y está en la pelea de la Liga Nacional de Brasil.

“Estamos teniendo un año tremendo. Ya conseguimos dos títulos importantes en torneos difíciles con grandes equipos. Pese a tener muchos lesionados el equipo se repuso y salimos campeones. Ahora vamos por la liga de Brasil que es lo único que nos queda. El objetivo del club es llegar al último día y competir siempre. Eso fue lo que más me motivó en su momento para venir acá”, señaló el jugador que actualmente vive con su pareja en Lagoa, Río de Janeiro.

Luciano transita su segunda experiencia en suelo brasilenio, ya que en la temporada 2011-12 jugó para Minas Tenis. “Cuando llegué en ese entonces era mi primer año de mayor y a un club buenisimo. Sumar minutos era la idea de esa experiencia, pero al ser un equipo con muchos jóvenes ni siquiera clasificamos a los playoff”.

Ahora integra un plantel de alto nivel con jugadores de jerarquía y mucha competencia sana. “Algunos partidos me toca hacer varios puntos, otros no tantos. Algunos juego poco y otros más. Pero el equipo no se resiente, de hecho faltaron 3 jugadores a la final de América y salimos campeones. Y está buenísimo. La situación es muy diferente”.

“El día a día es buenísimo porque realmente competimos entre nosotros, los partidos de entrenamientos son duros, entrenamos fuerte y eso nos eleva y nos pone a nivel. Cada vez que vamos a un partido nos salen súper natural un montón de cosas y este año de hecho ganamos los 25 partidos que disputamos, tenemos una temporada tremenda”, señaló Chuzito que también hizo una diferencia con el básquet argentino.

“Lo que sí noto a favor de Brasil, por una cuestión económica, es que los que dan ese salto de calidad son los extranjeros, y los primeros 8 equipos tienen extranjeros muy buenos y entonces la competitividad está más alta. Esto no quiere decir, que como el año pasado ganó Quimsa, ahora nosotros y el año que viene la podría ganar San Lorenzo porque los equipos argentinos van a seguir siendo súper competitivos. Pero si veo a extranjeros que potencian a los buenos nacionales brasileños”, contó.

El mundo Flamengo tiene una gran repercusión en su país que además del fútbol, campeón de la Copa Libertadores 2019, el básquet del Mengão es uno de los top ten en América incluyendo equipos de la NBA. “Lamentablemente no tuve la suerte de jugar con público, que dicen que es muy lindo, o ir al Maracaná a ver un partido. Es realmente tremendo con muchos hinchas, y ni hablar cuando se juegan finales importantes”.

Y como institución brinda todo lo necesario para que los deportistas sólo se dediquen a su actividad sin tener preocupaciones. “Todas las áreas cuentan con profesionales, todo está muy controlado. Básicamente lo que tenemos que hacer es tener nuestros cuidados profesionales, ir a entrenar, cobramos relativamente al día, viajamos de primera, si en algún hotel la comida que da la Liga no está buena vamos a comer a otro lado que se encarga el club. Son detalles que uno se acostumbra rápido a eso de situaciones buenas y realmente hay que darle valor porque no es tan normal, por lo menos en el básquet, que haya dirigencias que se encarguen de esto”, reconoció el entrerriano de 31 años.

Y recordó cómo fue asistido cuando sufrió la lesión en su dedo que lo marginó de disputar la final del torneo americano. “Estábamos en Nicaragua, fuimos a un hospital y ellos se encargaron de hacer la radiografía. Al otro día volví a Río y un día después ya me operé. En ese sentido de primera”.

Y con su actual club guarda un poco de rencor debido a su fanatismo por River Plate, subcampeón de la Libertadores 2019. “Todos mis amigos bosteros me cargaron cuando firme contrato con Gabigol, me pedían fotos con él”, recordó. Tal es el amor por el millonario que hasta en partidos propios de básquet se tomaba un momento para conocer el resultado de la Banda.

“En el minuto de descanso en medio de un partido, si jugaba a la misma hora, preguntaba por el resultado de River. Lo he hecho muchas veces. A los periodistas allegados le hago la seña de la banda y le pregunto cómo va. Después entraba a la cancha y hacía mi trabajo”.

EL BÁSQUET

Luciano mamó básquet desde el nacimiento por su padre Luis, gran referente del básquet entrerriano y nacional de las décadas del ’80 y ’90. La genética le indicaba que su futuro iba a estar en el deporte de la pelota naranja, pero Chuzito no se quedó solo con eso sino que fue por más.

“Mi viejo siempre me inculcó hacer algo más que las horas de entrenamiento ya que nunca alcanzan esas 3 veces por semana y el partido. Realmente es muy poco para un chico que tiene mucha energía entre los 12 y 16 años, que es el momento donde uno empieza a ser consciente de sus condiciones”, reconoció.

“Si hay algo que recomiendo es poder buscar la manera de desarrollar ciertas técnicas individuales. Hay muchos chicos que están entrenando y enseñando fundamentos. Es bueno ir desarrollando esa parte más individual que en el club por lo general se desarrolla mucho más en lo colectivo y jugar los partidos. Me parece que los chicos hoy en día vienen con ese chip para poder aprovechar más horas de lo que le puede dar el club”, sostuvo Luciano.

De ese joven que comenzó a dar los primeros pasos en el básquet de Echagüe y Talleres, hoy se vislumbra un jugador muy versátil. “Poder jugar de base me favoreció mucho poder jugar acá en Flamengo. De hecho cuando se lesionó Franco Balbi el base suplente directamente pase a ser yo y ahí ya me cambió el rol y no se resintió en nada la rotación. Buscan esa polifuncionalidad sin perder la esencia natural de ser escolta tirador”, manifestó.

Al mismo tiempo reconoció que comparado con el tiempo que su padre brilló en Liga Nacional el básquet ha cambiado en muchos aspectos. “En términos de versatilidad ha cambiado muchísimo, la máxima expresión es en la NBA,de base no juega cualquiera. Calculo que esa es la principal diferencia, además del ritmo de juego y un montón de cosas que han evolucionado”.

LA SELECCIÓN

La actualidad y su buen andar en Brasil son los parámetros que tienen en cuenta Chuzito para pensar en una posible convocatoria a la Selección Argentina o la participación a los Juegos Olímpicos en Tokio. “No lo pienso a eso, quiero ir paso a paso con el club. No es mi objetivo y es un poco mi manera de ser”, destacó.

“Creo que si hay algo que me puede poner en una preselección o en alguna ventana, es la actualidad en el Flamengo. Así que trato de estar en mi mejor versión posible. Si llega alguna citación o lo que sea encantado porque se disfruta mucho ir y compartir con esos jugadores, sino no me cargo ninguna mochila ni nada”, reconoció el paranaense que ya ha compartido procesos con la nueva camada de la albiceleste.

Con respecto a la nueva era de la Selección, post Generación Dorada, consideró como muy buena la renovación que se realizó. “ De repente llegó una camada que agarró la posta y le fue bárbaro. He escuchado que Manu u otro de los chicos aún sorprendidos por el mundial que hicieron en China porque quizás no se esperaban ese pico de rendimiento”.

“Yo tengo la suerte de ser generacional de los chicos. Conozco muy bien a Laprovittola, a Facundo, que se está asentando en la NBA, a Tortuga (Gabriel Deck) que está terminando la temporada en Oklahoma y se la mentalidad que tienen. Una lástima que ese grupo no haya podido jugar los JJOO. Me alegró porque el básquet argentino sigue estando en primer plano y sin duda entre los mejores equipos del mundo”.

BÁSQUET EN PANDEMIA

Pese a los altos índices de casos en el país vecino, el deporte de la pelota naranja nunca se detuvo. “Por suerte pudimos desarrollar el deporte sin pararlo, ha sido un éxito entre comillas. Lo pudimos trabajar y los resultados son buenísimos”, reconoció Chuzito, que ya se sobrepuso al virus, manifestó la necesidad de mantener los cuidados necesarios para prevenir los contagios.

Con respecto a las medidas tomadas en suelo carioca, contó que “hubo muchas restricciones como no poder ir a la playa, los restaurantes cierran antes. Los médicos me contaban que el sistema de salud no se llegó a saturar, hay camas disponibles y ahora empieza a bajar la cantidad de casos. Lo que pasa es que al ser una población gigante, el número es sorprendente, es como que todo se maximiza”. Luciano se contagió en su visita a la argentina en la última ventana de la Champions.

Debido a estas medidas, y ya medio por costumbre, la relación con sus compañeros de equipo fuera de la cancha son muy esporádicas. “No hay tanto de ese vestuario o asado organizado, no está esa cultura. Salvo en algún viaje que hayamos salido a comer, como en San Pablo que estuvimos jugando en burbuja y nos juntabamos a comer. Mismo muchas veces que los asados lo organizan los dirigentes y va todo el plantel”.

Pero si cada tanto se da la juntada entre argentinos y sus parejas. Junto a Franco Balbi “fozamos un poco a salir a comer algo y hasta aveces sumamos a alguna pareja del equipo”, contó González.

La adaptación de Luciano en Brasil no fue difícil debido a su anterior experiencia y también por la herencia familiar que lo liga con el suelo carioca. Su abuela y tíos nacidos en territorio brasileño le jugaron a favor a la hora de aprender y comprender el idioma.

“Parto desde la base que tengo buen oído, lo entiendo de tantos años hablar con mi abuela y tíos brasileños. Si que me costó un poco al principio porque se habla distinto de lo que se habla en San Pablo, un poco más cerradas pronunciando algunas r. Me adapté bien y hablar lo hablo normal ni bien ni mal, me comunico sin problema algo que lo voy mejorando con la práctica diaria”

Además, en cuanto a lo social, Luciano nunca tuvo que lamentar ningún episodio por ser argentino. “Yo creo que el principal folclore es el futbolístico y donde pueden llegar a sacar lo peor de un grupo de gente que se puede bardear. Pero a mi ningún brasilero me dijo nada y yo no sentí nada distinto”.

“Incluso con mis compañeros lo he hablado varias veces de cómo reciben bien a los argentinos, de cómo el argentino se integra a los grupos, que nos gusta charlar, estar en la mesa con todos. Por ahí el americano es más distante, nosotros somos mucho más que meternos en el grupo de trabajo. en ese sentido estoy súper cómodo, estoy muy bien”, resaltó.

Fotos Captura Zoom / Flamengo

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