Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Nosotros
Historia de vida

Comas, el fana de Román que cumplió el sueño con su amado Patronato

De compartir botines con sus hermanos a jugar en 1ra. con el club de su barrio. Inferiores, hincha y jugador. Los jugadores que lo ayudaron y anécdotas imperdibles. Goku y Brittes. El recuerdo siempre de un gran amigo que partió.

Lautaro Comas mamó Patronato desde su niñez, acompañó al equipo como hincha en los momentos más importantes de la historia del club y hoy es parte del plantel de Primera División. Una historia de sacrificio y perseverancia que aún tiene mucho hilo en el carretel. En el mano a mano con El Pelotazo repasó su historia, los primeros entrenamientos con el equipo de Primera, anécdotas, enseñanzas familiares y su experiencia en Chile.

“De chiquito era más un hobby, siempre iba a entrenar los sábados a la escuela Comercio con la Escuelita La Capillita, con Isaac Clariá. Siempre soñé con jugar, pero jamás me imaginé que al ir creciendo iba logrando lo que hoy en día estoy haciendo”, manifestó el delantero del Santo.

“Mi grupo de amigos son todos hinchas, por así decirlo de la barra, y yo les agradezco porque siempre me llevaron por el buen camino y me hicieron a un lado cuando veía que yo podía llegar a Primera. Les agradezco porque jamás me metieron en nada raro y hoy por hoy ellos disfrutan de verme en los partidos en la cancha y a mi me queda solamente entrar a la cancha y disfrutar, demostrarle que pude y que un poco de eso es gracias a ellos”, aseguró el futbolista de 25 años.

El cambio de la tribuna al campo de juego fue un tema importante a revertir en la nueva etapa profesional. “Me costaba dejar de ser hincha porque lo sufría mucho. Viajé a todos lados con el club, lloré muchas veces, me recorrí el país y de un abrir y cerrar de ojos estaba dentro de la cancha, fue algo que me costó asimilarlo. Con el tiempo me fui dando cuenta que era lo que yo quería vivir. Ya después de a poco me fui convirtiendo en profesional y fui dejando un poco esa locura que sentía al principio cuando me tocaba entrar”, remarcó.

Y del primer día que fue subido con el equipo de primera nunca se va a olvidar por la particularidad de la vestimenta que usó para ese momento. “En cada torneo, la barra nos daba un conjunto de ropa y yo no tenía, pensando que había que ir vestido de Patronato. Fui con un pantalón que tenía inscripto algo así como ‘La Barra’ y con una campera de mi hermano. Y como siempre para entrar en confianza tiran un chiste, me dijeron que no había que ser tan fánatico si sólo iban a ir a entrenar”, recordó.

Pero eso no fue todo, ya que también llevó las zapatillas que utilizaba para ir a la escuela.

“Tampoco sabía que había que llevar zapatillas para correr, que no tenía. Medero y Marin me preguntaron si tenía otra y le dije que no, que corría con esas. Al otro día desde el club se compraron unas pero me quedaron grandes. A la tarde Nacho Boggino y Chaca Bustos me fueron a comprar unas Adidas que me quedaron bien y las use durante varias temporadas. Después cuando enfrenté a Nacho le pude dar mi camiseta en forma de agradecimiento. Es un recuerdo que jamás me voy a olvidar”, señaló el paranaense.

“Y mis primeros botines me los compró Leo Acosta, que es como un hermano mayor que me fue guiando en todo eso que es el profesionalismo. Nunca quiso que contara esto, pero lo cuento por lo que significó para mi. Siempre digo que estoy acá gracias a muchas personas y él es una de ellas”, reconoció.

Asimismo, Comas recordó el esfuerzo que hizo su familia para que Lauti pueda jugar a lo que tanto ama como lo es el fútbol. “Cuando me pongo a recordar un poco me emociona porque a mis padres les costaba comprarme un par de botines, a veces ayudaban mi madrina o mi abuela. Era duro porque éramos 4 que soñábamos con jugar al fútbol. Ya había que ver por cuatro pares de botines, o si mi hermano más grande no lo usaba lo usaba yo, íbamos rotando”, rememoró.

“Sabíamos que hacían todo lo posible para que no nos falte nada. Poder haber cumplido hoy algunas metas y que ellos hayan visto que pude lograr lo que siempre soñé, es un mérito tanto de ellos como propio, que jamás bajé los brazos. Por eso ellos disfrutan tantos de mis logros como yo”, manifestó.

ÍDOLOS DE PATRONATO

En sus comienzos uno de sus máximos referentes fue Edgardo Britez. “Después me hice amigo y la verdad que eso es muy lindo y loco a la vez porque tenía un póster de él en la pieza que era una foto del diario en blanco y negro”, reconoció Lauti. “Diego Jara era otro de mis ídolos y lo vi jugar sobre todo en el 2010, en ese ascenso que jugó muy bien. El mayor ídolo que tuve después fue Pipo Echagüe y después de conocerlo en persona fue aún mejor porque me dejó muchas cosas”.

Y Pipo fue uno de esos jugadores que le sorprendió cómo jugaba. “Jugábamos a dos toques y él lo hacía a uno, y decía que jugar a dos toques era un montón. Era increíble la capacidad que tenía para jugar a la pelota. Yo lo admiraba mucho y lo sigo admirando porque me dejó esa enseñanza que se puede jugar al fútbol. Y mirarlo me hacía muy bien en los entrenamientos”.

En su etapa de hincha también pudo haber insultado a un futuro compañero de equipo, pero las enseñanzas de su casa se lo impidieron. Es algo que mi familia siempre me lo destaca porque jamás insulté a ningún jugador, siempre pensaba que algún momento podía tenerlo como compañero y hubiera sido feo mirarlo después de insultar pero obviamente los que siempre se llevan las puteadas son los árbitros. Muchos de ellos estuvieron en la cancha y después te sentís un caradura porque lo saludas como que lo conoces de toda la vida”, indicó.

ÍDOLOS EN LA PIEL

La infancia de Lauti estuvo marcada por las enseñanzas de sus padres, su familia y también de un dibujito animado, uno que hoy lleva grabado a piel. “Es hasta el día de hoy sigo viendo, disfruto de algo que me ha dejado muchas enseñanzas como la amistad, el entrenamiento, un montón de valores aunque no crean viendo ese dibujito uno se iba dejando llevar y muchas veces las cosas que veía ahí las hacía en la vida cotidiana. Para mi no es solamente un dibujito “, destacó Comas sobre la imagen de Goku, el personaje de Dragon Ball Z.

Su fanatismo con la serie de animé también lo llevó a implementar festejos relacionados. “Contra Independiente hice un kamehameha, contra Douglas Haig hice una "fusión" con el Checo Chitero, y con Banfield hice un festejo con Tarragona pero no salió en las cámaras”, contó el delantero que reconoció que los festejos de Eduardo Toto Salvio le han sacado sonrisas. “Me copió el festejo. Cuando lo vi me mataba de risa porque me sentí muy identificado con todo eso”.

Su cuerpo también guarda en un rincón de su brazo a Juan Román Riquelme, su ídolo de siempre. “Estando en inferiores usaba una camiseta de él debajo de la mía y si hacía un gol festejaba dedicándoselo. Imaginate la locura que tenía y que tengo porque sigo mirando videos y cosas de él que me hacen bien”, reconoció.

“Cuando conocí a Pablo Ledesma lo volvía loco preguntándole cosas de Riquelme, ya no sabía cómo contarme cosas porque me había contado prácticamente todo. Es un anhelo poder conocerlo, si se da la oportunidad no quiero molestarlo tanto, pero por lo menos una foto para cumplir otros de mis sueños”, manifestó Lautaro.

NOCHE INOLVIDABLE

Lautaro fue parte de la gesta que subió al Rojinegro a la élite del fútbol argentino el 6 de diciembre de 2015. “Fue el día más feliz que tuve en el club hasta el día de hoy”, reconoció el delantero tras aquella noche en el Grella contra Santamarina de Tandil.

“Me acuerdo que estoy rezando y que Marcos me toca la cabeza. Cuando el Seba ataja el penal, escuché el grito de la gente, porque no lo estaba viendo, y me tiré arriba del Negro Andrade que se desparramó en el suelo y empezamos a llorar automaticamente. Es algo que me va a quedar guardado para siempre porque sentíamos que habíamos llegado a un lugar que tanto habíamos deseado”, manifestó.

“Vi los dos primeros y lo hicieron, y los otros dos no los vi. Dije capaz que no lo tengo que ver y me quedó guardado. Después obviamente volví a ver los penales y me acuerdo de todo lo que pasó esa noche que va a ser inolvidable”, recordó Comas.

PARTIDO CON BOCA Y ALIENTO DE BÉRTOLI

Lautaro Comas fue titular en el primer partido de Patronato en la Bombonera tras el ascenso a Primera, en un partido que terminó igualado en uno. “Cuando entré tenía el cuerpo tenso, no podía disfrutar porque sentía que tenía una presión y después ya me solté. Tengo una anécdota con Rafa que me estaba gritando, después se me acerca y me pega una puteada y le digo 'si no te escucho qué querés que haga'. Me acuerdo siempre de ese momento que me estaba dando una orden pero ahí adentro no se escucha nada, y me quedo guardada esa puteada que me causa gracia porque sinceramente no lo escuchaba. Le dije si si pero no entendía nada”, recordó.

Y minutos antes del partido, el capitán Sebastián Bértoli le habló al oído intentando persuadirlo de los nerviosismos. “Me dijo que disfrute ese día que es algo único, el Chelo Guzman también me dijo algo, y si me producía algo estar ahí en la Bombonera. Son sueños que uno va cumpliendo, aparte sabe que también desde chico era de Patronato y de Boca. Era un doble sueño que estaba cumpliendo y lo tomé como tal y pude disfrutar de una gran tarde que nunca me voy a olvidar”, señaló.

GOL A CHACARITA CON DEDICATORIA A SU ABUELO

Comas fue el autor del primer tanto en la goleada de Patronato ante Chacarita en el último torneo de la B Nacional. Ese triunfo fue más que importante en su momento porque dejaba al equipo a tiro del ascenso directo, que luego se lo llevó Atlético Tucumán. Pero la alegría del momento hizo que Lautaro festejara con su abuelo Jorge Comas en la tribuna.

“Me acuerdo que se lo dediqué a mi abuelo por ser un gol muy importante porque quedamos a un punto de Atlético Tucumán y era el sueño de conseguir ese ascenso directo. Cuando hago el gol directamente me acuerdo de mi abuelo y me voy a dedicarselo. Fue una emoción muy grata para mí”, reconoció.

Ese tanto fue con pase de Diego Jara algo que fue “muy lindo porque hacía 3 años atrás lo estaba disfrutando desde la tribuna y ahí lo estaba compartiendo adentro. Fue todo muy loco y esa alegría de compartir con tu ídolo la cancha”.

PATADA BRAVA A FABRICIO BUSTOS

No todo en la carrera de Lautaro Comas son goles y buenos rendimientos, también tiene su lado rústico. El momento más recordado en El Pelotazo fue la brutal patada al defensor de Independiente de Avellaneda, Fabricio Bustos, en la goleada del Rojo en Paraná por 5 a 0.

Iban 29 minutos de juego, con Independiente ganando 3-0, cuando Comas le aplicó una patada voladora al defensor. Acción que le salió barata ya que sólo fue penado por una amarilla del árbitro Juan Carlos Pompei.

“No lo toqué porque se levantó antes, pero si me tiro al revés”, aclaró el delantero. “Después del partido me quedé hablando un rato con Fabricio, le pedí perdón porque cuando llegué al vestuario vi la jugada claramente porque en la cancha no me había dado cuenta lo brusco que fue. Era de la calentura por ir perdiendo y era para roja directa”, reconoció.

Asimismo, manifestó que mantiene una buena amistad con Bustos luego de esa falta. “Nos ponemos a hablar por redes sociales o cuando nos enfrentamos. Con el correr de los años fui aprendiendo muchas cosas y esta es una de esas”, sentenció Comas.

ABUELO Y PADRE

“Para mi son mis padres. Desde los 13 años me fui a vivir con ellos y son dos de las personas que más admiro y quiero por lo que me han dado y significan mucho para mí”, destacó el futbolista.

“Y mi abuelo es como mi papá porque él sí es más fanatico y hablamos de fútbol siempre. La única vez que se metió me hizo bien porque me hizo dar cuenta que yo a esa edad no me daba cuenta y lo único que me dijo es que para vivir de esto tengo que descansar mínimo 8 horas. Es un consejo que me sirvió mucho y lo pude tomar, y con el tiempo le fui dando la razón. Trato de hacer que a él y a mi abuela no le falte nada por todo lo que me han dado”

“De mi viejo Eduardo siempre rescato que él nunca se metió ni me impuso algo sino que dejaba que yo me divierta, lo que a mi me parecía justo. Después de cada partido, en inferiores y cuando llegué a Primera, nunca me dijo que jugué bien ni que jugué mal. Él siempre me decía que me divierta”, reconoció sobre su padre

“A Veces me molestaba porque capaz que pensaba que no le importaba, pero después sentía que él lo hacía para no meterme presión y con el correr de los años me ha enseñado que él no quiere nada, ni se va a meter. Siempre le estaré agradecido porque nunca me hizo ningún reclamo ni dejó que lo tome como un trabajo desde chico”, señaló.

EL RECUERDO DE SU MEJOR AMIGO

En el 2014 Lautaro Comas sufrió una de las pérdidas más dolorosas de su vida, la de su amigo Manuel Alfonso Acosta en un accidente de tránsito. “Siempre va a estar en mi corazón y mi alma. Fue una pérdida muy dura para mi vida, pero sigo por él y por su familia. Era muy amigo mío y obviamente que lo extraño muchísimo”, dijo Lautaro que pudo dedicarle uno de sus goles en el partido contra Instituto de Córdoba.

Tras concretar el tanto, fue corriendo hacia donde flameaba una bandera con el rostro de Alfonso y la besó. “Ese día era su cumpleaños y pude dedicarle el gol que tanto anhelaba hacer. Por suerte ese día pude recordar su memoria”, señaló.

“Me acerqué mucho a su madre al tiempo que él se fue, luego falleció ella, quedó la hermana con sus madrinas y fue todo muy triste para el entorno de la familia. Siempre digo que el flaco extrañaba a su mamá y se la llevó muy rápido y no la dejó con nosotros. También la extraño mucho, por eso siempre los recuerdo”, manifestó el joven delantero.

La pérdida de Acosta fue muy dolorosa para el futbolista de Patronato y todo su grupo de amigos. “Éramos siempre los mismos, fuimos creciendo a la par y fue algo muy triste. En ese entonces teníamos 19-20 años, fue algo doloroso que no logro entenderlo y tampoco lo podía superar porque era un ser que le quedaba mucho por vivir y todavía no puedo entender eso. Sé que desde el cielo nos va a guiar y cuidar siempre”, expresó.

EXPERIENCIA EN CHILE

En 2017 Comas tuvo su primera experiencia en el fútbol del exterior. Fue en O'Higgins de la Primera División de Chile, pero su estadía fue corta y jugó muy poco. “Cuando llegué disfruté bastante y cuando llegó Gabriel Milito no pude aprovechar al máximo toda su capacidad que es algo que me reprocho hasta el día de hoy”, reconoció.

“Milito me dejó muchas enseñanzas. Me sacó el miedo de dar los pases fuertes y me enseñó a ser un poco más caradura con la pelota. Siempre digo que el que no aprovechó la oportunidad fui yo. Igualmente sé que en algún momento va a venir algo mejor”, sentenció el delantero de 25 años.

EMIGRAR PARA BENEFICIAR AL PATRÓN

“Siempre sueño con emigrar y devolverle un poco a Patronato. Si bien cuando fui a Chile le pude dejar algo de plata. Mi sueño es poder hacer un buen torneo, ir a otros lugares y dejarle al club algo de todo lo que me ha dado hasta hoy”, señaló el delantero que inició con los entrenamientos a cargo del entrenador Gustavo Álvarez tras el parate por la pandemia.

Teclas de acceso