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Viene del Deportivo Cuenca

Enzo López, el goleador paranaense que llevó sus goles a Ecuador

El futbolista de 26 años fue una de las promesas de inferiores de Patronato y continúa luchando por lograr sus sueños. Uno de ellos es jugar en River Plate, equipo del cual es hincha y desde donde hace unos años lo pretendendieron.

El delantero goleador surgido de Sportivo Urquiza tuvo su primera experiencia en el exterior con Deportivo Cuenca. Ahora con el pase en su poder espera concretar un nuevo destino para seguir haciendo lo que le gusta. El futbolista de 26 años fue una de las promesas de inferiores de Patronato y continúa luchando por lograr sus sueños. Uno de ellos es jugar en River Plate, equipo del cual es hincha y por el que hace unos años fue pretendendido.

Enzo viene de disputar la última temporada de la Liga Pro de Ecuador con Deportivo Cuenca. Fue la primera experiencia en el extranjero, donde tuvo poco rodaje pero le permitió mostrarse fuera del país. Además disputó Copa Sudamericana y fue titular en la derrota ante Emelec en la primera ronda.

“Fue un año duro porque estuve lejos de la familia, no jugué mucho, pero significó un lindo desafío futbolístico porque además compartí equipo con otros jugadores argentinos y delanteros para competir por un lugar”, contó el paranaense. Ahora, con el pase en su poder y analizando ofertas, espera con ansias definiciones en su destino futbolístico.

“Llegué a Cuenca con el pase en mi poder tras pasar por varios equipos de la Primera Nacional años anteriores. Aún no he tomado una decisión para este año, sigo estudiando las propuestas que hay algunas del extranjero también aunque espero por posibilidades lindas que se que van a llegar. Veremos que se resuelve y que sea lo mejor para mí y mi señora e hijo que son los que me acompañan a todos lados”, comentó.

Su historia con el fútbol comenzó desde chico en el club Sportivo Urquiza. Es categoría ‘98 pero hizo todas las inferiores con la ‘97. “Empecé con la 96, después me pasé a la 97 que justo se había conformado porque por ese entonces no existía mi categoría. Entonces me quedé con los de un año mayor con quien me sentí cómodo y ahí conformé mi grupo de amigos . Mi viejo siempre decía que me hacía bien jugar con chicos más grandes”.

Su formación continuó en Paracao, Vida Feliz junto a Jito Retamar “siempre me gustó cómo trabaja, mi papá lo considera un buen entrenador, entonces cuando se fue a Vida Feliz me fui con él”. A los 10 años tuvo su primera chance en Buenos Aires en las inferiores de Argentinos Juniors.

“Fue duro porque en un año me quebré tres veces el brazo y me tocó volverme porque no pude jugar”. En su regreso a la ciudad desembarcó en Belgrano, con su padre como entrenador, donde llegó a sub-20 con 14 años con Toni Fontana. Desde ahí fue convocado a Patronato para integrar los equipos para jugar en inferiores de AFA.

“Claudio Sangoy fue el primero que se comunicó conmigo, después Candia y la demás gente del club. Faltaban diez días para que arranque el torneo y le quedaba poco tiempo para completar los planteles. Tomé la decisión de sumarme porque me había quedado con mucho rencor por lo que me había pasado en Argentinos Juniors”, recordó el paranaense que durante 3 años se destacó como goleador.

Sus buenos rendimientos le permitieron ser tenido en cuenta por River Plate, se probó, quedó pero las negociaciones entre clubes no llegaron a buen puerto. “Me fue bien en Patronato, de sexta salté a jugar a Reserva con Martín de León lo que me generó una gran expectativa, tuve la posibilidad de firmar un contrato pero no era el momento. Ahí surgió la posibilidad de ir a River, quedé y me querían llevar”.

Estuvo un tiempo entre pruebas en el Millonario, donde compartió con futbolistas como Cristian Ferreira, Federico Girotti, Facundo Medina, Enzo Fernández. Hasta que en un momento su ilusión se desvaneció por completo. “Mi representante me comunicó que lo de River se había caído porque pasó mucho tiempo de insistencia con Patronato y no se pudo dar. En ese entonces quedó todo ahí, yo no sabía mucho porque era chico y no me podía meter en eso”, contó.

“Fue un golpe duro, sabía que tenía que reponerme rápido porque me sentía muy bien como para poder jugar y demostrar otra vez que estaba bien”, recordó. Tras el fallido de River tuvo revancha en Lanús “que le ofreció un convenio que le sedujo más a Patronato, yo les dije que tenía ganas de sumarme y se firmó todo”. En el Granate estuvo solo 6 meses pero con buenos rendimientos que de cuarta lo llevaron a Reserva pero nunca pudo ascender a primera.

“Ahí empezaron a aparecer ofertas de Nacional B, yo las rechazaba porque sentía que estaba muy cerca de que aparezca esa oportunidad de subir a la primera. Pero justo se dio que Pepe Sand estaba en un momento extraordinario haciendo goles de todos los colores entonces me tocó salir a préstamo”.

Su carrera continuó en Mitre de Santiago del Estero donde jugó poco y luego llegó la pandemia, pasó a Talleres de Remedios de Escalada donde disputó solo 3 partidos porque fue un torneo reducido, luego a Los Andes donde sí sumó minutos y quedó en la puerta del ascenso y en 2022 volvió a Santiago del Estero pero a Güemes.

“Al principio casi no jugué con Pablo Martel como entrenador, después llegó Walter Perazzo y empecé a jugar. Me fue bien si bien no hice muchos goles pero tuve un buen nivel. Walter y su equipo de trabajo siempre me apoyaron y él me decía que me quede tranquilo que las oportunidades me iban a llegar a lo que no le erró porque luego pude ir a Cuenca”, contó.

Con el futuro incierto, y analizado propuestas, el delantero no descartó en un futuro jugar en Patronato luego de lo sucedido. “No se si es una cuenta pendiente pero sí sería lindo volver al club en algún momento. Igualmente hoy en día tengo pensado quedarme afuera o en otro equipo”.

López hoy se destaca por ser un delantero con gol, pero su comienzo estuvo destinado en la defensa, posición que no le agradaba mucho hasta que fue subiendo en la cancha hasta que llegó al ataque. “Mi viejo me ponía, no me gustaba mucho hasta que me fui adelante, hice un gol y quería hacer más”, sostuvo.

Con Fernando Cavenaghi como referente o el propio Enzo Francescoli, de quien lleva el nombre, Enzo López se caracteriza por “tener mucha actitud, un delantero que va a todas las pelota, que pelea, que es rápido y por ser goleador que es lo que me llevó al profesionalismo”.

Y su carrera en Cuenca estuvo signada, hasta el momento, por el número 27, que significa muchas y que espera que se repita. “El número es porque 2 más 7 es 9 y porque el 27 es el cumpleaños de mi hijo Benicio”.

“Cuando llegué a Ecuador el 9 estaba ocupado y no tenía mucho tiempo para elegir. Da la casualidad que cuando me llegó el pasaje tenía fecha de viaje el 27, el día del cumpleaños de mi hijo. Sentí que hay muchas cosas importantes con ese número”, señaló.

CUMPLIR EL SUEÑO

El goleador aún tiene varios años más por delante en el deporte que tanto ama y es por eso que seguirá luchando por su sueño máximo: vestir la camiseta de River Plate. “Soy hincha y es un sueño pendiente, que parece inalcanzable pero lo voy a seguir hasta que pueda. Solamente el fútbol dirá cuando me toque retirarme si me dio o no para llegar”.

“Es un sueño que hasta mi familia ha hecho propia. Esto recién arranca y River es el tope de mi carrera porque no se me ha cruzado querer ir a Europa. Pero más que jugar en el club que soy hincha mi meta siempre fue ser profesional que cuando era chico lo veía muy difícil, más que no llegaban muchos jugadores de la ciudad a vivir esa vida”.

Y en el futuro inmediato, ahora que está en busca de nuevos rumbos, lo ideal para López sería jugar y disfrutar más con su familia. “Estuve un año afuera entonces sería lindo disfrutarlos un poco más. Y si el destino no lo quiere así tratar de consolidarme en un equipo, jugar un año completo como titular para poder demostrar mi juego, y ser goleador, que es lo que me caracteriza”.

Y ese deseo de quedarse cerca de su familia es por su apego a sus seres queridos que siempre han estado apoyando y dándole fuerzas para que cumpla sus metas. Y sus padres, Adrián y Gladis, son los pilares fundamentales de la persona y futbolista que hoy es.

“Mi viejo sabe todo lo que he luchado para cumplir mi sueño que es vivir de lo que me gusta. Tengo muy en claro que es difícil llegar a esto, el me enseño a que luche, que no baje los brazos, que le meta que no era imposible. Por eso sigo luchando, entrenando. Él ahora está en Oro Verde pero si fuera por mi tendría que estar en Sportivo, su lugar en el mundo”, sostuvo emocionado.

Y sobre su madre recordó lo difícil que fue para ella estar un año lejos de su hijo, pero sobre todo de su nieto. “Fue un año duro por estar lejos, porque a Santiago del Estero solía ir varias veces al año para acompañar y disfrutar de su nieto. Ahora está disfrutando tenernos cerca”.

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