Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Nosotros
Historia de vida y superación

Federico Aguilar, el pionero del kitesurf en Paraná

Con 43 años es el máximo referente provincial de la disciplina náutica en la ciudad. El nacido en barrio San Agustín pasó por El Pelotazo contó su gran historia de superación y los proyectos que tiene para que el kite sea accesible a todos.

Los deportes acuáticos modernos son una tendencia en la costa paranaense. Tranquilamente sobre el Paraná se puede observar a alguien practicando disciplinas que cada vez tienen más adeptos como canotaje, remo, stand up paddle, windsurf o esquí acuático. Y en la capital entrerriana hay un referente para cada especialidad, como es el caso de Federico Aguilar pionero del kitesurf local. Con una infancia difícil, el oriundo de barrio San Agustín supo sobreponerse a las adversidades de la vida y hoy triunfa en el deporte náutico. En su paso por El Pelotazo repasó su historia, los comienzos en el agua y la proyección a futuro para que el kite sea accesible a toda la comunidad.

La relación de Federico y el río comenzó desde que era chico cuando visitaba a su padre en Bajada Grande. “Nací en la zona de Avenida Ejercito y Gutiérrez, pero mis viejos se separaron y mi papá se compró un rancho en la costa. Mi viejo es de Cerrito, volvió del sur de laburar como bioquímico y comenzó a lucharla día a día. Ahí arrancó mi contacto con el agua cada vez que lo visitaba los fines de semanas, su patio era la playa y el río”, contó Aguilar que por aquel entonces empezó “remando en una tabla tirado en el agua”.

Pero los primeros pasos deportivos fueron en el fútbol de barrio y luego en el rugby en CAE y Tilcara. “De chico no tenía formación náutica porque hacía deportes más grupales, con los del barrio jugábamos todo el día al fútbol hasta que se hacía de noche o hasta que nos peleabamos”, recordó. Federico tuvo un infancia difícil que tuvo que remarla desde jóven, laburando a temprana edad para subsistir.

“Me críe sólo porque mis viejos no se hicieron cargo de mí. Mi mamá por problemas de salud no pudo darme educación o mantenerme y mi viejo estaba en la suya. La vida que tuvo se le dio de grande y formó otra familia. Mis abuelos, vecinos y amigos me dieron una mano constantemente”, reconoció Aguilar. “Lo más fácil que me podría haber pasado en la vida era deprimirme, ponerme mal, no salir adelante. El laburo y el deporte a una persona la moviliza lo autosupera, creo que el camino es ese”, rescató.

Su experiencia de vida le hizo comprender que siempre hay alguien que necesita una mano para salir adelante. Con esa impronta hoy Federico es dueño de una farmacia en Oro Verde y ha dado laburo a mucha gente. “Siempre doy una mano a quienes lo necesitan, el trabajo es fundamental, más con la situación del país. Se lo que cuesta porque laburé de chico y por todo lo que me pasó”, señaló.

Con esfuerzo, compromiso y mucha dedicación Federico Aguilar se sobrepuso a todo, práctica el deporte que ama y lo hace con el apoyo de su familia, el sostén diario incondicional. “Es hermoso contar con ellos y la intención es estar siempre juntos, por eso aveces me cuesta viajar porque trato de hacerlo con ellos. Soy muy apegado a la familia”, contó el paranaense que está casado hace 8 años y tiene dos hijos y todos ellos mantienen el fanatismo por el agua: “Mi mujer navega desde los 6 años y Juan Martín es muy amante del kite”. Federico también tiene un hijo mayor con una expareja.

Pionero del kite en la ciudad

El kite llegó a la vida de Federico tras un viaje a Brasil y lo trajo a la ciudad con la intención de estar más en contacto con el río. “Las personas hoy en día se vuelcan de otra forma al río con canotaje, remo, stand up paddle, vela y hay que aprovechar a sumar a los chicos con otros vínculos al río. Los juegos de playa generan un atractivo hacia los deportes a orillas del agua”, señaló uno de los mejores posicionados en el ránking nacional de la especialidad que competencia tras competencia aprende algo nuevo y se perfecciona aún más.

Asimismo, reconoce que las actividades náuticas también generan buena salud y mayor valoración por el medio ambiente. “El estar en contacto con la naturaleza hace muy bien, el día que me retire quiero hacer algo más para que la gente se sume y tenga un acercamiento distinto al que tienen diariamente o cuando se pasea por la costanera. Está bueno, por ahí hay un montón de gente que no cuida el río por que no lo usan, pero si tenes contacto vas a la playa y lo empezas a valorar mejor”, indicó.

El kitesurf tomó mayor relevancia tras su inclusión en la lista de deportes a competir en los Juegos Olímpicos de París 2024. Federico sabe que está más cerca del retiro, pero su intención es mantenerse ligado a la especialidad ofreciendo sus conocimientos a toda la comunidad.

“Si bien es un deporte caro, por el valor del equipamiento y lo que implican las competencias, todos pueden practicarlo. Por eso estoy intentando que con el Club Náutico podamos formar una escuela accesible a todo el mundo. Ya tengo equipo que no uso y la idea es donarlo para que esté disponible en la escuela para que sea difundido de manera fácil y segura”, señaló Aguilar.

Los equipos utilizados tienen un valor de 1000 dólares y su uso determina su condición. “En una competencia sufre un desgaste lógico y cada tanto hay que cambiarlo para no perder performance. Entonces se deja de lado para el uso amateur si se quiere” en este caso para el proyecto de escuela.

La carrera de kite consiste en un circuito determinado por dos boyas que se separan por un kilómetro y medio. “Al ser un monotipo, donde tiene mucho que ver el timonel, requiere 100% de fuerza abdominal”, contó Aguilar que además brindó detalles del deporte.

“Se arranca con la vela en el suelo en costa, tal vez con un ayudante, el viento la tiene que cargar y es como remontar un barrilete. La gente piensa que es con una lancha que te tira, pero básicamente es todo técnica, levantar la cometa desde la playa y entrar al agua. Y luego para salir se necesitan 6 nudos (12 kilómetros) como mínimo y un máximo 30 nudos (60 kilómetros), más de eso es peligroso. La seguridad es fundamental, uno va solo con un chaleco salvavida. La vela no flota, tiende a hundirse, entonces tenes que ser muy profesional para safar”, destacó.

Continuar pese a la edad

Aguilar tiene en su haber 3 mundiales e innumerables competencias nacionales e internacionales con rivales de primer nivel y de relevancia olímpica. Si bien sabe que el paso del tiempo puede ser un impedimento para sus condiciones, reconoce que no está nada dicho y sigue dando lo mejor de sí.

“En naútica nada está dicho, Santiago Lange con 54 años se trajo la medalla de oro. Todo tiene que ver con la técnica, el estado físico, el entrenamiento y estar bien de cabeza. La confianza es fundamental”. Además hay que conocer bien las zonas de competencia “en el mar es complicado, me tocó correr en Dinamarca sobre el Mar Báltico en condiciones muy extremas y es muy diferente a nuestro río que es muy amigable, por eso es necesario tener mucha preparación en esos lugares”, reconoció.

Para lo que viene, el kiter se propuso para este año entrenar duro, con tres meses trabajando desde lo físico para llegar bien a los torneos en España, al campeonato Europeo y a la World Cup Serie en Cerdeña, Italia. “La verdad que disfruto cada competencia, cada paso que doy. Cuando compito trato de disfrutar cada momento, cada viaje aprendo algo, y lo traslado a mi vida cotidiana. Uno trata de buscar la excelencia, preparándose mejor”, sentenció el deportista.

Teclas de acceso