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Junior Arias en Patronato: recuerdos del potrero uruguayo y la admiración por Palermo

Desde sus clásicos de barrio entre La Lata y Los Gorriones a vestir la celeste de la Selección y desembarcar en el fútbol argentino. Su idolatría hacia Palermo y su paso por Banfield y Talleres para vestir la rojinegra de Patronato.

El uruguayo de 27 años destacó el esfuerzo del equipo para volver a la senda del triunfo. Además repasó su carrera desde sus inicios en el baby fútbol, el clásico entre Peñarol y Nacional y sus características de delantero.

Junior Arias tuvo su primer encuentro con la redonda en el baby fútbol uruguayo en el club La Lata, club de su barrio Piedras Blancas en Montevideo. Ahí dio los primeros pasos hasta que emigró a Los Gorriones, clásico rival de La Lata que solo los separa 3 cuadras.

"Me fui junto con mi primo que jugaba muy bien. El siguiente clásico había banderas de La Lata 'no al robo de jugadores'. Eran partidos muy picantes, cerrados con griterío de los padres, técnicos y peleas entre jugadores", contó el hombre que tuvo como referente a su padre un gran número 5 que relegó el fútbol por un trabajo para mantener a su familia.

“Mi viejo jugó hasta la reserva y hay quienes dicen que jugaba bien que podría haber llegado. En ese momento iba a ser padre de mi hermana mayorr y la economía era mala entonces tuvo que dejar el fútbol para ir a trabajar”, recordó

En el inicio de la adolescencia, Junior tomó la decisión de dejar el fútbol. "No sentí ganas, estudiaba no más. Apenas terminé el baby me fui a probar y no me gustó el cambio a inferiores, creo que eso me afectó. Fui a dos prácticas y no volví más".

Pasaron 2 años para que las ganas de fútbol volvieran al goleador y llegó de la mano de un vecino que lo invitó a probarse en las inferiores de Liverpool. "El me insistió para ir a entrenar y Diego Demarco, que me había visto en Baby era el DT en esa categoría me pidió que me quedara. Un día me hizo click y le dije a mi papá que quería volver a entrenar, empecé un lunes y no paré más", contó.

En 2013 debutó en la primera división de Uruguay con un andar irregular y en el primer semestre del año siguiente fue cedido al Tanque Sisley y seis meses más tarde regresó a Liverpool, que estaba en segunda. Pasaron unos años y fue contratado por Peñarol. En una temporada con el Manya marcó 12 goles, incluidos el del superclásico ante Nacional.

“Es hermoso el clásico. son los dos equipos más grandes y el país se divide a la mitad. Hay mucha pasión, con mucho en juego para la familia, para los hinchas. Se juega con mucha garra, pasión, tienen mucho protagonismo en la previa y en el post partido. Se vive increíble y jugarlo es espectacular”, reconoció.

Arias pudo jugar un partido y medio contra Nacional. En el primero hizo un gol y el segundo no pudo ser jugado por problemas con la barra de Peñarol. “Estábamos haciendo el calentamiento previo todo bien y cuando teníamos que salir del vestuario nos demoraron porque habían tirado a la cancha una garrafa que le pegó a un perro de la policía. Ahí se armó el quilombo y suspendieron el partido”.

Junior se caracteriza por ser un delantero con gol y mucha presencia dentro del área. Además de estar siempre cerca del arco, el uruguayo reconoció que también prefiere mantener contacto con la pelota. "Jugando solo de 9 no tocás nunca la pelota y te sentís como que no hiciste nada o no te utilizaron, entonces por ahí tirarse un poco atrás, como lo estoy haciendo ahora, me gusta"

"Igualmente me gusta estar entre el punto de penal y los palos, siempre ahí cerca del gol. A veces se da y otras veces no, es normal, pero el estar ahí cerca me gusta", reconoció. Sus buenas actuaciones en el inicio de su carrera le valieron también la citación a la Sub23 de Uruguay que se consagró campeona en el Panamericano 2015.

El uruguayo también es de reconoce la garra charrúa de todos los jugadores de su país y que se da por todos los vaivenes que deben sobrepasar cuando inician su carrera. “En Uruguay por ahí no hay muchas estructuras en los clubes. Hoy capaz está un poco mejor pero cuando vos salís del potrero, de canchas que no están en condiciones, cuando entrenas con tu ropa y no te dan lo necesario, y luego cuando te ven condiciones, pasas a otro club con canchas lindas que te ven de afuera, y cuando tenes esa posibilidad, con un sueldo, creo que ahí está la famosa garra charrúa que te agarrás con los dientes de eso y no te puedes soltar”.

PRESENTE ROJINEGRO

Luego de siete derrotas consecutivas Patronato logró retornar al triunfo con dos victorias consecutivas por la Liga Profesional y una en Copa Argentina. El delantero reconoció que el equipo hizo un cambio de chip, pero que fundamentalmente fue gracias al carácter de cada jugador.

“Después de varias semanas de tristeza ahora vamos a entrenar con otro ánimo. No era fácil el momento que estábamos teniendo. Creo que ningún jugador había tenido en su carrera 7 partidos perdidos. Esa reacción que tuvimos habla del carácter y la fuerte autocrítica que se hizo porque había que poner mano dura entre todos”, reconoció.

Y agregó: “Era la única forma de salir adelante. Entrenamos un poco más porque lo que estábamos haciendo no alcanzaba entonces con autocrítica y el trabajo se empezó a cambiar”.

A esto se le suma el sueño copero de jugar contra River o Boca en los cuartos de final de la cita nacional. La clasificación por primera vez a los octavos de final de la Copa Argentina tras derrotar a Lanús por penales, con dos goles de Arias en los 90 minutos, le permite al plantel soñar más allá de Estudiantes de San Luis o Villa San Carlos.

“Cualquiera de los dos sería increíble, si bien en el plantel se piensa y hay opiniones divididas, pero lo cierto es que en esos partidos siempre los jugadores sacan un plus. Y no es descabellado pensar ya en ese posible rival porque uno siempre que sale el fixture se fija con qué equipo grande toca”, manifestó.

La imagen del festejo tras la histórica clasificación mostró al utilero Ramón Castaño festejando con todo el plantel y posando con el gran cheque que obtuvieron de premio. “Ramón es un gran tipo, estaba muy contento, de seguro debe dormir con el cheque”.

Patronato es el tercer equipo argentino en su carrera. Talleres y Banfield fueron las camisetas de Arias en la primera división que con el tiempo le hicieron comprender el folclore futbolístico de nuestro país. "A medido que pasa el tiempo uno se va acostumbrando y aprendiendo más y hay que saber convivir con la presión".

"A todos les pasa lo mismo. En mi posición de 9 es normal cuando erras un penal o un gol y parece que es todo malo. Me pasó varias veces y se sobrellevar esas situaciones", señaló.

Y del fútbol nuestro siempre tuvo como referente a Martín Palermo. "Aunque no soy igual, me gustaba como se superaba todo el tiempo, las cosas que le han pasado. Después a medida que fui creciendo fui viendo a Iván Alonso, a Suárez, a Forlán. En si me gusta mirar mucho fútbol y así intento, con mis características, los movimientos que veo", sostuvo.

PING PONG

El primer auto

“Fue un Hyundai Atos cuando estaba en Liverpool. Con la ayuda de mi cuñado lo compramos a media en cuotas con mi hermana, entonces era de ambos. Después gracias a dios lo he cambiado muchas veces. Me gustan los autos”.

El primer sueldo

“Ganaba el 60% del contrato hasta cumplir cierta cantidad de minutos, eran 17 mil dólares era una buena plata en ese entonces. Para mi que tenía 17 años y vivía con mi viejo, en ese tiempo estaba chocho”. “Como ya tenía el auto, una parte era para darle unos pesos a mi cuñado por el auto y con lo otro compraba alguna ropa o salida con amigos”, contó.

Junior reconoce que por suerte él supo administrarse bien económicamente. “Al principio no proyectaba vivir de esto porque alcanzaba para vivir el mes, comprar botines y algunas cosas. Después tuve un cambio económico brusco de poco a mucho y ahí estuve muy centrado, muy humilde sin cosas extravagante”.

“Gracias a dios mi familia y compañeros me ayudaron mucho a administrar y a tener algún negocio. Compre mi casa, siempre fui muy ordenado en eso. Obviamente uno se da sus gustos”.

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