Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Nosotros

La historia de Dylan Gissi, el suizo de Patronato

Su hermano y sus dos hermanas son futbolistas, como lo fue su padre. El paso por el Montpellier francés, la filial del Atlético Madrid y el fútbol argentino. La amistad con Furios y su regreso a Patrón en un fútbol en tiempos de pandemia.

Su vida es el fútbol y la herencia que le legó su padre desde pequeño. Amor por la pelota que también tienen su hermano y hermanas. El suizoargentino espera con ansias el debut de Patronato en la Copa de la Liga Profesional, analizó la nueva modalidad y recordó su trayecto fútbolistico que inició en el país europeo y que potenció en Argentina.

Es la segunda etapa del suizo en el Rojinegro. La primera fue durante los primeros seis meses de 2019 fue parte del equipo que logró la ansiada permanencia de manera agónica. “Llegué después de un receso, en enero con el cuchillo entre los dientes para lograr el objetivo que después se logró y pudimos dejar el equipo en primera que fue bravo. Era correr, jugar y meter pero sobre todo meter y sacar puntos como podíamos”, recordó el defensor.

La primera experiencia en Paraná fue brava como mencionó anteriormente porque causaba “un desgaste mental importante y la pasaba mal. Yo vivo el fútbol muy pasional y el estar en zona roja o no me cambia bastante el día a día”. “Es bravo, no es fácil convivir con eso porque es una presión constante. Por suerte en ese momento se lo logró de la mejor manera, pero el día a día ya sea personal fuera del fútbol o adentro de los entrenamientos no fue fácil”, aseguró.

Si bien reconoce que cada provincia, ciudad y club tienen un grado de pasionalidad distinto, reconoce que en Patronato cuando se necesita la gente acompaña incondicionalmente. “En el proceso que me tocó estar no me puedo quejar porque la gente nos apoyó siempre, jugamos a cancha casi llena casi siempre. La última fecha que jugamos con Argentinos para definir no entraba más nadie y la verdad que se agradece que la gente apoye, algo que se siente un montón adentro de la cancha”.

“Eso nos ayudó mucho, si bien por ahí no es tanto, cuando se necesitó la gente estuvo y nosotros lo notamos. Lo lindo que pudimos darle a la gente una alegría dejando al club en primera, que no es poca cosa, más viendo los rivales directos que teníamos como Belgrano y Tigre”, recordó Gissi. Ahora el defensor espera con ansias arrancar esta nueva etapa en el equipo de Gustavo Álvarez y adaptado a la nueva “normalidad”

“Va a ser todo distinto a lo que venimos acostumbrados. Lo más complicado o distinto va a ser no jugar con público, que siempre es lindo y sobre todo poder darle la alegría a a gente que va a la cancha. Que la familia no pueda estar se va a extrañar. Personalmente nunca me tocó jugar sin público así que va a ser una situación extraña. Vamos a tener que adaptarnos a eso, algo que le va a pasar a todos los jugadores y técnicos del todo el mundo

Asimismo, reconoció que el nuevo formato sin descenso no cambiará el objetivo de siempre “Hoy la situación que no haya descenso es un peso menos, si bien el compromiso está de salir para ganar y estar lo más arriba posible. Es algo que siempre está porque nadie juega para perder”.

Con respecto al primer partido ante Gimnasia y Esgrima de La Plata, que cuenta con el ingrediente que en el banco rival estará Diego Maradona, manifestó lo principal será ganar. “La admiración a Maradona siempre está, es un ícono de nuestro fútbol. Pero primero y principal vamos por los 3 puntos, después veremos si se da la foto. Vamos a estar en la situación que es el entrenador del equipo rival y nosotros tenemos que ir a hacer nuestro fútbol, plasmar en la cancha lo que venimos haciendo en los entrenamientos y ojalá lo podamos hacer de la mejor manera. Y poder crecer como equipo y como grupo”.

FAMILIA FUTBOLERA

Dylan tiene el fútbol en la sangre. Su padre, Oscar Gissi fue futbolista y vistió las camisetas de Quilmes, Estudiantes, Vélez y Morelia de México, y además estuvo en la Selección Argentina de Carlos Bilardo entre 1987 y 1988. Junto a su esposa Marcela Waszczuk emigraron a Suiza, donde Oscar jugó en el Chenois y en Granghen, además de ser entrenador de otros equipos . Allí nacieron el defensor de Patronato y sus tres hermanos. Kevin, de 28 años delantero de Deportivo Morón; Shadya de 26 años y juega en Defensa y Justicia y forma parte de la saga central de defensores y Maylis, de 24 años, que recientemente fichó para Gimnasia y Esgrima de la Plata y juega de delantera.

Mi viejo es un fenómeno. Fue futbolista y se dedicó a la conducción técnica y hasta el día de hoy está pendiente de todo con toda la familia futbolista. Ayuda a corregir cosas, da una mano o un punto de vista para que cada uno pueda mejorar lo que pueda. Si bien tiene la visión como técnico y como padre, por ahí es más crítico que un entrenador, sostuvo Dylan. y agregó: “Nos ayuda un montón. Siempre está acompañando y tenemos la mejor relación”.

“Estuvieron 18 años y volvimos en el 2006, cuando yo tenía 15 años, por cuestiones familiares. Justo habían fallecido mis abuelos y fue una situación difícil. Se decidió volver a Buenos Aires y radicarse en Quilmes, de donde son mis viejos”, contó Dylan que con su hermana Maylis comparte la posición en el campo de juego.

El jugador de Patronato reconoció que nunca se imaginó que casi toda su familia viviera de la misma profesión. “A todos siempre nos gustó el fútbol. Cuando íbamos a jugar a una plaza, acá o en Suiza, siempre teníamos equipo. La verdad que está bueno, compartimos los puestos, vivencias, tratamos de darnos consejo o transmitir experiencias. No siempre sucede que el que más año tiene, como yo, le transmite a mi hermana, sino que ellas son las que cuentan cosas que también nos tocó vivirlas y son atípicas e interesantes. Es lindo poder vivir todos juntos esto. La que está contenta es mi vieja”, dijo entre risas.

En el nuevo contexto de inclusión e igualdad de condiciones, Gissi sostiene que es un gran cambio que las mujeres estén en igualdad de condiciones en todos los ámbitos. “Muchas veces son más capaces que los hombres así que no tendría que haber problema. Después son cuestiones técnicas y cada uno puede pensar lo que quiera. Me parece muy bueno que se pueda incorporar y que tengan el lugar que merecen. Me parece bárbaro el cambio que se está dando, pero hay gente que tiene pensamientos de la edad media y no reaccionan de la misma manera”, aseguró y destacó que su hermana Maylis es la mejor futbolista de los cuatro hermanos.

AMIGOS QUE DEJA EL FÚTBOL

En su regreso a Suiza, para continuar probando suerte en el fútbol, estuvo en las inferiores del Neuchatel Xamax, club que en ese entonces también contaba con los servicios de Iván Furios. “Lo conocí cuando tenía 17 años y después lo tuve de compañero en Olimpo de Bahía Blanca. Me enseñó muchísimo y aprendí mucho de él”, reconoció el defensor central.

En el Neuchatel jugaba para la reserva y también entrenaba con el plantel de Primera, donde estaba Furios. Luego de los entrenamientos el Pelado ayudaba a Dylan a mejorar su cabezazo.

“Nosotros nos quedamos a entrenar, cuando ahí no era normal hacer eso luego de las prácticas. Iván me decía que tenía que mejorar el cabezazo y bueno me enseñó eso y a rechazar. El en mitad de cancha y yo en el borde del área, me tiraba los pelotazos para que yo rechace. A mi casa me iba con dolor de cabeza. Y bueno así también aprendí a los golpes”, contó.

“Para mí el Pelado fue un maestro porque aprendí del mismo puesto y con cosas de él. Desde cabecear hasta cómo perfilar, daba una mano siempre con la mejor predisposición. Me agarró bajo el ala y me sirvió muchísimo porque compartimos el mismo puesto”, reconoció Gissi que años más tarde se reencontró con el paranaense en Olimpo

“Los mejores recuerdos de Olimpo tanto con él como con Pablo Luguercio que son dos amigos que me dio el fútbol. Agradecido por coincidir en el lugar y momento justo con un lindo grupo, sano y que tiraba para adelante que sirvió para cumplir el objetivo que nos planteamos a principios de la temporada”, manifestó el defensor central que también recordó el segundo gol que convirtió con el aurinegro. “Fue contra central y en el medio del festejo me manoteó del cuello y me dijo tirate ahí”.

ESTUDIANTES DE LA PLATA, EL PRIMER CLUB ARGENTINO

Tras su paso por España, el defensor encontró un lugarcito para entrenar en Estudiantes de la Plata con los chicos que no eran tenido en cuenta en inferiores. Al Pincha llegó por su padre, que dirigía la sexta de AFA y además tenía buena relación con uno de los coordinadores desde su anterior paso en las formativas de Arsenal de Sarandí.

“Un día se dio que estaban todos con competencia me llevaron para hacer fútbol con Primera y así se fue dando de a poquito. En un momento, Alejandro Sabella preguntó cómo venía la mano conmigo. Yo estaba sin club e indudablemente conociendo lo que era Estudiantes cuando me propusieron firmar el contrato no tuve ninguna duda”, comentó Gissi que además tuvo la oportunidad de entrenar con jugadores de renombre como Sebastián Verón, Chapu Braña, Leandro Desaábato, Chino Benítez, Enzo Peréz, Gastón Fernández, Mauro Boselli, Marcos Rojo, Fede Fernández. Equipo campeón de la Libertadores 2009.

“Estando en el lugar justo aprendí mucho de ellos. Eran profesionales de la puta madre porque te exigían e imponían llegar temprano para entrenar antes del gimnasio y tenías que estar. Hoy es un hábito que tengo, gracias a haberlo visto y aprendido en Estudiantes. No por nada tiene la cantera que tiene y saca jugadores que llegan a primera jugadores preparados para lo que es el roce físico y táctico de la Primera División”, reconoció el futbolista de 29 años.

UNA REACCIÓN INESPERADA QUE LE QUEDÓ COMO ENSEÑANZA

En su paso por Defensa y Justicia el defensor vivió una situación atípica en medio de un partido, justamente ante Patronato. Transcurría el segundo tiempo y Gissi le pegó un cachetazo a su propio compañero de equipo Mariano Bareiro. El árbitro fue notificado de la situación y procedió a amonestar al central.

“Se desencadenó por unos comentarios previos en otras jugadas y yo en ese momento estaba con las pulsaciones a full, porque soy de vivir las cosas muy pasional, muy a flor de piel. Se me salió la cadena y zafé de la expulsión, porque era roja. La reacción está mal”, reconoció.

“Igual, eso no se hace porque después caes a la realidad y te das cuenta que no está bueno. Muchos chicos ven eso y piensan que está bien hacerlo y no es así, no está bien. No hay que repetirlo, son situaciones atípicas que no se dan seguido. La reacción está mal, siempre hay que buscar el diálogo”, manifestó el central.

“En ese momento fueron comentarios que te sacan de las casillas y por cómo se vive el partido reaccioné así. En el vestuario se habló y se solucionó todo, de hecho dentro de la cancha a la jugada siguiente en el mismo partido nos pusimos a tonos, nos hablamos y quedó todo ahí”, comentó el hombre que estuvo jugando en el equipo de Florencio Varela en la temporada 2017-18.

INFERIORES EN EL ATLÉTICO MADRID

“Cuando se me estaba terminando el contrato en el Neuchatel Xamax surgió la posibilidad de probar en el Atlético de Madrid. Jugué un torneo, que es una especie de draft para probar jugadores, salimos campeones. Pasaron las vacaciones, me llamaron y con mi viejo cargamos el auto y nos fuimos a Madrid”, contó Dylan que ingresó en la cuarta división del conjunto Colchonero.

Gissi estuvo un año en el Atlético disfrutando la experiencia en un club modelo, pero por cuestiones de contrato tuvo que regresar a Argentina. “Cuando se terminó el año tenía que pegar el salto a reserva y por cuestiones económicas, porque querían mantener el sueldo que era bajo, y decidí volver”, contó.

EXPERIENCIA EN FRANCIA

Entre 2014 y 2017, Dylan tuvo su primera experiencia profesional en el fútbol europeo con el Montpellier de Francia, paso que no fue lo esperado por el suizoargentino. “Es una lástima que no pude hacerlo más tiempo. A veces por cuestiones futbolísticas no jugué lo que quería, pero la experiencia fue un sueño cumplido poder haber llegado a las primeras ligas europeas”, reconoció.

El defensor señaló que el cambio de pasar a jugar en estadios de Europa, “no fue fácil”. Un combo de esas cosas terminó con el hecho que no pueda jugar por más tiempo. Europa es el primer mundo, lo disfruté muchísimo, fuimos con mi novia y la verdad que la pasamos bárbaro. A pesar que en lo futbolístico no tenía el día a día de jugar todos los fines de semanas, pero el hecho de sacrificarse, ir aprendiendo cosas de las primeras ligas del mundo te deja una enseñanza y unos hábitos lindos”.

Pese a la poca oportunidad de explotar su potencial, Dylan consideró que la forma con la que viven en el fútbol es uno de los motivos que provocan que algunos argentinos deseen jugar en el fútbol argentino. “Algunos jugadores, pese a que tienen la capacidad de jugar afuera, vuelven porque extrañan el vestuario, el día a día, la pasión con la que se vive. Ir a la cancha a jugar el domingo y que la gente esté ahí, cante. Las dobles hinchada se extraña mucho para mi, pero creo que por eso muchos jugadores deciden pegar la vuelta”.

Y de su experiencia contó que los asados o reuniones con compañeros eran muy pocas al año. “No es lo mismo porque cada uno tiene su vida más ordenada y más armada con amigos o familiares. Otra estructura y por ahí no llegas a compartir con el compañero. Compartís las dos horas diarias en el club y para ellos les alcanza”, comentó.

“No te vas a llevar bien con las 30 personas del plantel, si no sos medio barrilete, pero indudablemente siempre te llevas mejor con unos que con otros. Pero por más que no te lleves puede ser que en algún momento te lo cruzas en otro club y tenés la mejor onda”, reconoció y puso como ejemplo su relación con José Luis Fernández.

“Compartí equipo en Estudiantes, en Rosario Central y los últimos años en Atlético Tucumán. En Estudiantes y en Rosario por ahí no teníamos una relación muy apegada, solo colegas, y el último año en Tucumán nos hicimos amigos. Entonces ahí decís cómo a veces no te da tiempo a conocer a otro o las circunstancias del plantel no te llevas con uno que no se lleva con el. Hoy es un amigo más que sumo del fútbol, que no son muchos porque no tenés muchos amigos, pero pasa seguido”.

SELECCIONADO EN SUIZA

Su nacionalidad le permitió ser convocado para integrar la selección Sub20 del país europeo, con quien disputó un solo encuentro en el 2012 ante Portugal. También fue citado al Sub 21 donde no obtuvo rodaje. “Siempre lo pensé y lo sigo diciendo que fue un premio que me hayan llamado a la Selección. Un premio al laburo diario”, reconoció Gissi.

“Cuando me llegó la citación a la Sub 20 lo disfruté muchísimo y después no pasó más nada. Se me pasó la edad y no hubo otro llamado”, reconoció el defensor que si bien no contempla una situación, continúa trabajando para dar lo mejor de sí. “Uno labura día a día, después veremos qué pasa con la selección porque no es un objetivo que me ponga”.

Haber nacido en suelo helvético y vivido por 15 años lo hizo querer al país, pero reconoce que no volvería a elegirlo como destino en lo que le queda de carrera o luego del retiro. “Es un paraíso y está bárbaro, pero es carísimo para vivir. Además comparado con Argentina no tiene el clima y la calidez de la gente. Allá la cultura es más fría”.

“Pero a nivel paisaje, estructuras o ciudades son 10 puntos, no por nada está como está. Aunque en la parte humana me quedo con cómo somos los argentinos. No creo que vaya a Suiza. Dios dirá cómo y dónde terminó la carrera, pero por lo que conocí de Suiza y lo que me tocó conocer de otros países, no creo que sea un destino donde me radicaría después de jugar”, manifestó el jugador de 29 años de edad

JUGADORES QUE LO DESLUMBRARON

“En Rosario Central tuve de compañeros a Teo Gutiérrez, que es un jugador bárbaro, y a Marco Rubens, un jugador que físicamente no parece pero cuando lo vas a chocar es duro. Después un delantero que me pareció difícil de marcar es Darío Benedetto”, reconoció Gissi.

Teclas de acceso