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De Paraná al mundo

Luciano Vicentín, una de las joyas del voley argentino

Surgido en Argentino Juniors, hizo historia con la Selección en la última Liga de Naciones. El alto nivel fue su máximo sueño y a base de esfuerzo lo logró. Sus comienzos en el fútbol y la humildad de atender la tómbola de sus viejos.

El punta receptor atraviesa uno de los mejores momentos deportivos de su corta carrera, que tiene un futuro prometedor. Con 23 años el paranaense está cumpliendo su sueño máximo defendiendo los colores argentinos en la selección mayor de voley. Desde chico se propuso como meta jugar al máximo nivel y hoy lo está logrando con grandes rendimientos.

“Contento por lograr los objetivos personales que me había propuesto de más chico, que era llegar a la selección y ahora que llegue a tratar de mantenerme. Es lo único que tengo en mente”, destacó Vicentín.

Desde niño Luchi sintió que su objetivo era posible. En las colonias de vacaciones en el Sindicato de Empleados de Comercio siempre se mostraba predispuesto a cualquier disciplina deportiva y así nació su pasión al deporte. Durante un tiempo hizo vóley y fútbol al mismo tiempo en el Club Argentinos Juniors, donde era el 9 de le equipo por su altura, hasta que se volcó de lleno al vóley.

“Desde chico sentí que era posible conseguir el sueño. Miraba los partidos de la selección y decía que algún día iba a estar ahí. El mayor objetivo era llegar a lo máximo, a la selección, pero uno se pone objetivos previos a eso. Primero la selección de base, ser suplente y después tratar de ser titular. Así pasito a pasito” contó el juvenil que tras su participación en la Liga de Naciones de Voleibol (VNL), se prepara para sumarse al Ziraat Bank de Turquía tras su paso por el Friedrichshafen de Alemania.

“Con 16 o 17 años yo notaba que tenía buen nivel pero no me llamaban de la selección. Con Estudiantes participabamos en argentinos y otros torneos y nos iba bien. Sentía que estaba para más pero no llegaba la citación, hasta que fuimos a jugar una Liga Nacional sub 18. Era la última oportunidad porque ya estaba terminando la secundaria y no tenía un plan b de estudiar o trabajar porque en mi cabeza siempre estuvo de ser jugador”, señaló Luciano.

Hasta en su familia ya le empezaban a plantear si tenía en mente otro futuro. “Mi viejo, mi familia por ahí, que no vienen tanto del voley me planteaban que qué quería hacer o estudiar, y yo le decía profesorado de educación física o algo así, y ahí fue que me convocaron”.

Con la albiceleste inició su camino en el Mundial Sub 19 de Bahréin, luego el Sub 21 en Egipto y el año pasado, en Polonia, disputó su primera copa del mundo con la Mayor, donde Argentina volvió a los cuartos de final tras 20 años.

“Argentina llevó un equipo alternativo en mi primera vez, pero el resto de los países tenían equipos picantes. Me acuerdo que de fondo de pantalla tenía una imagen de Wilfredo León, cubano que juega para Polonia, y me di cuenta que lo iba a enfrentar. Es más lo vi en persona en la zona de desayunos, que es compartida con todos, mi compañero me dice mirá quién está atrás tuyo y ahí estaba León. En ese momento me paralicé, no pude decirle nada”, recordó.

Y recientemente hizo historia con la selección en la VNL al acceder por primera vez a los cuartos de final con grandes triunfos en primera ronda ante Italia, Canadá, Países Bajos, Francia, Bulgaria, Serbia, Alemania, Estados Unidos e Irán. En la fase final cayó en set corridos ante el último campeón, Italia.

“En algunos partidos no tuve buen rendimiento o no me sentía cómodo durante el partido, pero una vez en el hotel me ponía a pensar dónde estaba y trataba de no culparme tanto porque llegué hasta acá a una competencia en el máximo nivel mundial, donde todo no me podría salir bien”, reconoció.

Su ascenso al selectivo mayor fue de manera progresiva. “Cuando estaba en juveniles entrenaba cada tanto y volví a mi categoría. Recién el año pasado pude meterme a pelear un puesto y justo estaba el mundial. En ese momento se da que se lesiona Ezequiel Palacios, que juega en mi misma posición y me toca ser titular con Facundo Conte”.

“Lo vi venir porque yo era el tercer jugador en esa posición pero me enteré el día que mostraron el video previo y dieron el equipo. Ese día no pude dormir”, recordó.

En ese momento especial, como en todo el proceso deportivo, Lucho siempre contó con el apoyo y la contención de sus seres queridos. “Siempre tuve la contención de ellos para levantarse anímicamente o para que no me la crea”.

CUESTIONES DEL DEPORTE

Ya con varios años en actividad al máximo nivel, Lucho ha incorporado nuevos hábitos como la alimentación y el cuidado físico. “Ahora que soy joven el cuerpo más o menos te ayuda bastante, lo noto cuando entreno por ejemplo si entreno al 100% termino muerto y al momento del partido si siento una diferencia”.

También trabaja continuamente sobre otros aspectos como la concentración, la coordinación, movimientos y otras cuestiones. “Desde chico que siento que en cada partido las primeras pelotas son las de mayor nerviosismo. Creo que si a esas tres las tocas bien, juro que el resto sale todo bien y es lo mismo jugar para diez personas o para 20 mil personas. Cuanto te sentis confiado te sale de forma natural”, consideró el punta opuesto de la selección Argentina.

“El tema de la cabeza, lo mental, es algo importante si no es lo más importante. Porque vos podés a veces estar muy bien físicamente, técnicamente, venís entrenando de diez en tu máximo nivel, pero después si vas al partido y no podés manejar el nerviosismo o cosas así te juega en contra. Sin embargo si no estás bien físicamente o no podés entrenar bien, pero te sentis confiado vas a jugar sin que importe nada y terminás jugando bien”, sostuvo el paranaense.

La experiencia en Polonia, si primera en el exterior a nivel clubes, lo marcó mucho en su crecimiento profesional y personal. “Me costó muchísimo pero me preparó para madurar mucho siendo que tenía 20 años. Era el único extranjero y nadie quería hablar ingles, si bien yo no sabía mucho el idioma fue otra cosa. Me sentaba en el vestuario y me relacionaba con gestos y algunas cosas que empecé a comprender, con el tiempo me mandaron a estudiar durante los 8 meses que estuve y me quedó lo básico”.

Y recordó: “Encima los polacos son fríos, nadie se te acerca a preguntar nada, no existe eso. Tuve una experiencia rara, fea a la vez, porque justo en esos días se casó mi hermano y estaba triste, fui llorando al entrenamiento y nadie me preguntó nada de qué me pasaba ni nada”, contó el exjugador del BBTS Bielsko-Bia?a, en la segunda división.

UN CHICO COMÚN

Luciano es un chico simple. De jugar al máximo nivel con la selección contra equipos y jugadores de élite, en Paraná no tiene problemas de ayudar en el negocio familiar. “He estado atendiendo la tómbola. Los vecinos me reconocen y varios hasta han jugado el número de mi camiseta”, contó.

PING PONG

-¿Cuál fue tu primer sueldo o viático y en qué lo gastaste?

“Fueron 1.500 pesos jugando mi primera Liga Nacional en Paracao, me lo gasté en viajar a un partido en remis, ida y vuelta. Es más, voy a hacer una aclaración, yo no iba a cobrar pero por un gesto de Gustavo Tortul cobre algo”.

-¿Cuál es tu primera foto que decís mirá a dónde estoy ahora?

“Yo hace un año atrás hice un ‘¿Cómo empecé y dónde estoy hoy?’. Que era yo a caballito de mi hermano que terminaban de jugar en Argentinos Juniors y una actual que estoy atacando y me está bloqueando el polaco Kurek, un histórico que está en el salón de la fama”.

-¿Para qué sos bueno por fuera del deporte?

“Y yo creo que cocino muy bien. Cuando tengo tiempo me gusta meterle. En Alemania lo que más cocinaba eran unos tortellinis con crema, queso y pollo”.

-¿Una ciudad que hayas conocido que te impactó?

“Los Ángeles, ahora hace poquito la primera vez que fui me voló la cabeza, la verdad. De chico jugué GTA y me acordaba del juego que mostraba la ciudad”.

-¿Un estadio?

“Tuve la suerte de estar en la Bombonera, viendo a Boca Campeón antes de la pandemia. Fue una de las experiencias más emocionantes que he vivido. Tuve un problemita ahí bastante importante porque yo jugaba para River, después apareció una foto en la cancha y me retaron mucho, después de eso me fui”.

-¿Cuál fue la comida más rara que has probado por el mundo?

“En Japón, comida Thai, pero no se si era un fideo o que era, quiero creer que eran fideos,

quiero creer”.

-¿Cuál es el contacto más groso que tenes en el celular?

“El de Luciano De Cecco”.

-¿Con quién te gustaría tener una foto?

“Y la fácil que me sale es con Messi, pero capaz con Riquelme o Palermo. Con Román para no decir, pero me identifico más con Martín”.

-¿Quién te gustaría que te siga en Instagram?

“El Duki”

-¿A qué tres deportistas argentinos invitas a una reunión o para conocer Paraná?

“Manu Ginobilli, Román Riquelme, y a un amigo Lulo Palonsky para que esté ahí”.

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