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Seba, referente del básquet argentino

Uranga: “El jugador más importante de la historia del básquet entrerriano es Aníbal Sánchez”

Ganó tres Ligas Nacionales y una Sudamericana. Jugó tres Mundiales y fue Olimpia de Plata. Campeón argentino, lo descubrió León. “El ganar genera paz, la alegría es efímera”. El paranaense, leyenda.

El paranaense Sebastián Uranga repasó su carrera junto a El Pelotazo, las vivencias que le dejó el básquet, opiniones del presente y la entrerrianía basquetbolística.

La carrera deportiva del exalapivot pasó por todos los puestos: jugador, entrenador y dirigente en clubes de Liga Nacional, entre los que se encuentran Ferro, Echagüe, Olimpia y la Selección Argentina, con quien disputó tres mundiales.

"Creo que las personas somos seres culturales. Cada día incorporamos, modificamos cosas de nuestro ser y hoy por ejemplo soy producto de 56 años e indudablemente siempre me llegó mucho las cuestiones de política deportiva, de lo que fue mi pasión toda la vida. Empecé jugando al rugby, después al básquet. El deporte fue algo que siempre tuvo un lugar en mi vida, indudablemente que debe haber cosas hereditarias en mi casa, como la política convencional, es o sigue siendo algo absolutamente normal", sentenció.

El legado

“Elegir al mejor del básquet entrerriano no se puede porque es algo subjetivo. Personalmente Luis Zoff y Mario Cipriani son dos personas que abrieron un camino a las selecciones nacionales de entrerrianos desde la década del '60 y antes creo que hubo algunos más que pudieron jugar en esos equipos famosos previo al mundial del '50. Entre Ríos ha sido una provincia que ha dado muchísimo al básquet nacional y más allá del lapsus que ahora no hay muchos jugadores, seguramente lo va a volver a dar”, reconoció Uranga.

Sin dudar, Sebastián destacó un nombre por sobre todos los otros, el nombre del encargado de consagrar campeón a Entre Ríos en 1989: Aníbal Sánchez. "Se pueden nombrar muchos por distintas cuestiones, de mejor o peor, me gusta más o me gusta menos. Pero para mí el jugador más importante de la historia del básquet entrerriano es Aníbal. No tengo ningún tipo de dudas".

"Fue fiel reflejo del básquet entrerriano. Si a alguien le tendría que haber pasado esto era a él. Era el talento con pasión, con perseverancia, era el tipo que le dijo que no a grandes clubes de Capital Federal porque se quería quedar en su club y en su ciudad", reconoció.

"Y eso que no le tocó la Selección Argentina de mayores, esa oportunidad estaba al caer y le iba a tocar. No tengo duda que no hay nadie más importante en el básquet entrerriano que Aníbal Sánchez", remarcó.

El orgullo de ser entrerriano

"Los basquetbolistas entrerrianos creo que somos todos bastantes cortados con la misma tijera. Somos realmente introvertidos, nobles, amigos, compañeros. En el lado del carácter de nuestra cadencia. Mi viejo, en uno de los tantos videos previo a la definición del túnel, estaba con el barro hasta la coronilla y todas esas cuestiones creo que nos han forjado un carácter muy particular", sintetizó con respecto al porqué la provincia suele dar muchos deportistas, en este caso basquetbolistas.

"Creo que todavía a 50 años del Túnel nos han dicho que nos parecemos más a los uruguayos que a los santafesinos que los tenemos al lado. Quien lee un poco de historia de Entre Ríos y la importancia que tuvo en la Banda Oriental habla de un carácter muy particular sin entrar en un detalle patriota particular", acotó.

Uranga reconoció que a lo largo de la historia basquetbolística de la provincia ha habido mucha pasión y amor por defender los colores. “En el ‘67 afuera del Recreativo dicen que había 10 mil personas y con un equipo que jugaba en la Asociación Paranaense; el equipo de ‘84, que no pudo llegar a la final en Misiones, eran 11 jugadores de la provincia; el del ‘89 ya era de todos entrerrianos. Lo digo así porque muchas veces vinieron selecciones que eran mitad y mitad, que no tengo nada en contra de eso, a donde la lucha y la desventaja o la pelea era permanente de todo el punto de vista de logística. Cómo todo eso no te va a formar el carácter. Esa emoción es algo que agranda aún más ese momento histórico”, señaló al ver las imágenes de su efusivo festejo tras el triple de Aníbal Sánchez en el argentino de 1989.

También hizo referencia a las declaraciones del Toro Palladino que reconoció que el partido más importante de su carrera fue el de su retiro, en su casa y ante toda su gente. “Haber jugado su último partido con todo ese marco cómo no va a ser algo que guarda en el corazón, probablemente más que haber salido campeón del mundo, aunque parezca una locura”.

Reflexiones deportivas

Su experiencia como jugador, entrenador y dirigente le ha dejado cuestiones muy en claro, una de ellas el significado de ser parte de un grupo y sus vivencias. “Estando viejo como estoy, y esta pandemia ha servido para que nos mimen, uno no recuerda los triunfos, además que cuesta acordarse de las cosas ganadas, estoy convencido que el ganar genera paz, la alegría es absolutamente efímera es casi inexistente”, reflexionó.

“Cuando uno recuerda qué es lo que desearía volver a vivir es el día a día, volver a ver al grupo, querer ir a jugar al básquet al día siguiente, recordar hasta los quilombos. Recordar el día a día, el de me voy a dormir, a entrenar, estar con mis amigos, vuelvo a la tarde nuevamente, eso es lo que a uno extraña”, manifestó.

“Para muchos le puede parecer una locura lo que digo pero los triunfos quedan en un baúl que a veces se lo abre, se miran un poquito o alguien te lo hace acordar. El sentimiento es como el haber cumplido, no más que eso”, sentenció.

Mundial 90, la lesión de Pichi y Scola alcanzapelotas

En agosto de 1990 Argentina fue sede del XI Mundial de la disciplina donde resultó campeón Yugoslavia y el seleccionado albiceleste ocupó la octava posición. Sebastián Uranga fue parte de ese equipo usando el dorsal Nº 12. “Era en honor a mi hermano Beltrán, que usaba ese número cuando jugaba en Estudiantes, y fue quien insistió mucho para que yo juegue, y la verdad que no quería saber nada”, contó.

“En la Selección la usé siempre exceptuando en un torneo o unos amistosos que juega el Tola Cadillac, que era el famoso “12” de la Selección, y yo lo primero que hice cuando llegamos ahí le dije la ‘12 es tuya, a mi dame cualquier otro’”, reconoció Uranga.

En la previa a la cita el combinado argentino presentaba un gran nivel que se notó en la gira por Europa con el torneo oficial de FIBA ganado en Atenas, pero la lesión del mejor jugador del equipo afectó mucho en el desarrollo del juego en el mundial. “Contábamos con un jugador sublime como el Pichi Campana, que estaba cerca de ser el mejor jugador del mundial, pero 48 horas antes se lesionó el tobillo. Teníamos una gran dependencia de él que estaba en un momento de lucimiento extraordinario. Solamente el coraje hizo que pueda jugar desde el segundo o tercer partido y nos costó muchísimos y el equipo no pudo”, manifestó.

“A pesar de haber estado dentro de los 8 mejores, que para ese momento y ahora también es algo importante y uno de los objetivos siempre buscados, no quedamos conforme porque creíamos que podríamos haberlo hecho mucho mejor”, señaló el integrante de la Selección, desde juveniles, durante 12 años con participación en varios preolímpicos, sudamericanos, panamericanos, premundiales y mundiales.

Asimismo, el exalapivote reconoció el gran acompañamiento de la gente “tanto en Córdoba en la fase regular y la fase final en el Luna Park fue impresionante y al día de hoy te paran en la calle acordándose de eso”. E hizo referencia a una situación casi desconocida de ese entonces. “Si se mira en detalle esos partidos, atrás del aro o los rincones, hay un jugador que después hizo algo por la selección que es alcanzapelota. Luis Scola con 10 años”.

“A Luis no lo conocía, habían pasado los años y no lo conocía, y un día Mario, su padre, me dice estoy acá con Luis al teléfono, y Luis le dice ‘pero yo no lo conozco personalmente, porque nunca jugamos en contra. Pero sí lo conozco porque yo alcanzapelotas en el Mundial y el me hablaba cada vez que estaba ahí. Un crack, yo ya era reclutador en esa época y sabía que iba a andar bien”, contó.

Histórico triunfo ante EEUU en 1986

Entre los hitos logrados en su carrera, se anota el triunfo de Argentina ante Estados Unidos en el Mundial de España 1986. Triunfo más que meritorio ya que fue el único combinado que derrotó al después campeón de ese torneo. Argentina formó aquel día con Miguel Cortijo, Carlos Romano, Esteban Camisassa, Hernán Montenegro y Diego Maggi. Luego tuvieron su momento Sergio Aispurúa, Héctor Campana, Sebastián Uranga y Luis Oroño.

“Decir cómo jugar ese partido es fácil. Se agarra un fibrón y pizarrón. Hay que controlarles el juego, que tengan poca posesión, que no corten el campo, que jueguen en cuarto de campo. Todo eso es fácil. Hacerlo es increíblemente difícil porque tienen tanto nivel, físico, técnico y con tanta presión que meten que te sacan de tu línea de juego” reconoció.

“Ese día lo mantuvimos atado a un sistema de juego, jugábamos a muy bajas posiciones y se jugaba prácticamente caminando y ellos se enroscaron en esa situación y a pesar de ser universitarios todos pasaron a ser NBA después. Fue un plan llevado a la perfección que te sale una vez cada cien años. Y bueno lo ganamos y se nos abrió el panorama, lástima que después perdimos con Italia y se nos fue la oportunidad de jugar la semifinal del torneo”, señaló Uranga. Ese equipo norteamericano tuvo entre sus filas a muchos universitarios que después fueron grandes estrellas en la NBA como David Robinson, Steve Kerr, entre otros

El Ferro de los 80

Ferro fue su casa en dos oportunidades y la primera en el profesionalismo. “Era una catarata de aprendizaje cada día donde podemos contar mil anécdotas”, remarcó sobre su estadía en uno de los clubes de referencia por aquellos años tanto en el fútbol como en el básquet.

“Ferro del 80 era una cosa única. Por lo que conozco directamente e indirectamente es irrepetible. Para dar un ejemplo, nosotros entrenamos como cualquier equipo actual muchisimo tiempo, más los pibes que teníamos horas extras todo el tiempo y cuando nos daban un tiempo libre nos íbamos al club porque era nuestra vida el club”, reconoció.

“Desde la gente, los dirigentes, los entrenadores, los jugadores, la mesa de donde comíamos que era larga estábamos los jugadores de básquet que éramos los campeones, los de fútbol. A la pensión donde voy a vivir a penas llego en el 81, en la pieza de al lado vivía Héctor Cúper y en otra pieza vivía Oscar Acosta, y vos te sentabas en la mesa con Hugo Conte, con varios entrerrianos que estaban en el equipo principal de atletismo. En cada deporte Ferro era campeón. Ferro y León Najnudel, todo ese ambiente, nos enseñó en el deporte, vivir en el deporte y en la vida también”, enfatizó Uranga.

Un ícono llamado León

Uranga guarda un gran aprecio hacia la figura del mayor impulsor de la Liga Nacional de básquet. Najnudel fue su entrenador en los campeonatos conseguidos en la temporada 87/88 y 88/89. “León era un estadista, pensaba absolutamente en el futuro sin importar de arriesgar el presente.

Estaba todo el tiempo pensando en el bien común, pensando cómo podíamos estar mejor dentro del club, como jugador y todo el día sabiendo que decirte, como levantarte si te veía mal o como bajarte si era necesario. El pensaba sin lugar a dudas 10 años adelante de todos”, reconoció.

“Era un autodidacta absoluto. Quería estudiar periodismo y se sentaba con algún periodista y le iba a hacer un millón de preguntas por minuto porque él quería aprender. Así aprendió inglés, sentado en una agencia de jugadores en EEUU, veía personal hablando inglés y fue aprendiendo y preguntando”, recordó.

Entre sus anécdotas con León, Sebastián recordó la que se dio una vez finalizado el Argentino de mayores disputado con Entre Ríos cuando tenía 18 años. “Me va bien, hay un partido histórico que jugamos como tres suplementarios con Tucumán, y yo meto como 30 puntos. Y la verdad que en esa época, hasta el 89, iban todos los jugadores del país y todos los medios importantes. Y me hacen una nota”, dijo.

“Cuando vuelvo el primer día de entrenamiento en el Echart íbamos a la utilería, nos daban las zapatillas y demás para cambiarnos y habitualmente nos terminamos de atar los cordones atrás del aro que había unas gradas. Estaba atándome los cordones y veo que se me paran dos zapatos adelante mío, empecé a seguir el recorrido del zapato hacia arriba y era León. Me dice 'Yo soy gordo no?' y no me salían palabras obviamente, 'yo soy petiso no?' y claro yo tenía terror que le iba a decir 'te quiero decir que si yo tuviera lo que a vos te falta estaría jugando en la NBA' pegó la vuelta y se fue, ni hola dijo. Dijo este pibe quiere venir agrandado acá le doy un sablazo, lo mandó a la tierra otra vez y arrancamos de nuevo. León era todo, un crack dentro y fuera de la cancha. Lamentablemente el básquet argentino lo ha perdido muy temprano”, recordó.

Recuerdo del piso del Etchart

Entre sus recuerdos, Sebastián Uranga guarda un pedazo del estadio Héctor Etchart de Ferro. “Tengo dos pedazos del primer parquet y del segundo. Lo amo perdidamente a este piso”, manifestó.

Asimismo, Seba señaló que Ferro suele tener una atención permanente con sus ex jugadores por eso cuenta con estos pedazos de historia. “Igualmente todos los recuerdos uno los tiene en el corazón y la cabeza porque son mas fuerte e indestructibles”.

El histórico Olimpia de Venado

Olimpia fue su segunda casa donde se convirtió en un referente del período más exitoso del club con quien conquistó la LNB de 1995/96. Al repasar fotografías, Sebastián destacó el gran equipo conformado y en una época complicada para el club. “La temporada previa Olimpia tenía un sponsor muy fuerte que era un banco que invertía fortunas y que por muchos años era si no el mejor, de los mejores presupuestos de nuestra Liga Nacional. Ese banco se funde o no se bien la figura legal, y deja de aportar casi en la finalización del torneo anterior. En ese momento los dirigentes toman la decisión de que continuemos los que teníamos contrato desde antes y los pibes”.

“En este equipo dejan de estar, porque se les terminaba el contrato, muchos jugadores importantes y un equipo muy corto. Teníamos los 5 mayores y después los pibes como Lucas victoriano, Leo Gutiérrez con 17 años. Y fue la química, que hasta el día de hoy me impacta mucho recordarlo, de los veteranos ayudando a los pibes, los pibes que pedían pista y querían jugar”, manifestó sobre los principales aspectos que consagraron a ese equipo.

"Hay anécdotas como la de victoriano sentado en el banco y en un momento dice "Horacio, ¿nos tenés de mascotas acá y no nos vas a poner?", con respeto obvio, pero los tipos tenían unas ganas. Raca y Montecchia que mostraban lo que eran e iban a ser en el futuro. Hoy tenemos un grupo de Whatsapp y en estos se suma el Chapu, y hoy hay tres olímpicos Montecchia, Leo Gutiérrez y Chapu que se suma a la temporada siguiente. Un potencial enorme. Una combinación que muchos la consideran ideal que no es tan difícil de lograr que es la de veteranos con gente joven y que se ayuden mutuamente. Que se banquen", destacó Sebastián.

Actualidad

Sebastián Uranga renunció a su cargo de director deportivo de la Confederación Argentina de Básquetbol en diciembre pasado y en medio de esta cuarentena se prepara para volver a incursionar en la actividad. “Tengo mucho deseo de seguir en la gestión profesional, pública o privada. Cada vez más preparado para ir al frente de alguna organización que así lo desee”.

“Lamentablemente no he podido estar en la faz pública, algo que me hubiera encantado o me encantaría poder participar. Pero ahora me preparo para tratar de hacer lo mejor y alimentar esta pasión con mucha perseverancia, con mucha ganas y creyendo que en este país cada vez que se hicieron cosas coherentes, por personas coherentes, siempre se creció. Hablo en particular en el básquet y en el deporte en general”, enfatizó.

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