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Los Benedetich, la familia sinónimo de básquet paranaense

Alguna vez hubo un quinteto completo en Universitario. Repasamos la historia con cuatro primos: Celso y Javier -Los Cacha, mayor y menor- y Sergio y Mario. El recuerdo de Enzo, El Longa. Marcaron una época.

Es una gran familia que marcó un camino en el deporte de la pelota naranja en la capital entrerriana. Son los hermanos Celso y Javier, más conocidos como Cacha, y Sergio y Mario, que también tuvieron una familia numerosa de basquetbolistas, básicamente un equipo completo.

Los cuatro jugaron juntos ya en el equipo de veterano, pero de más joven al menos algunos tuvieron la posibilidad de compartir equipo y hasta se han enfrentado a otro Benedetich a lo largo de sus carreras en el básquet.

“En su momento los cuatro integramos el Premini en Universitario. Pero en primera hemos jugado con Sergio, Mario y yo”, contó Celso. Sergio es el mayor de los cuatro y hermano de Mario. Celso es el de mayor altura y su hermano Javier es el más joven de todos.

En la familia Benedetich siempre se respiró básquet, aunque algunos hayan empezados en otras disciplinas. Sergio antes de la pelota naranja era futbolista en Universitario. “Fui nueve de área y defensor central en Universitario, que era un club casi exclusivo de fútbol y nosotros vivíamos ahí”, recordó.

“Y un día apareció Julio Chargué, si no me equivoco, y empezó a armar el básquet en el club y nos anotamos. Ya que estábamos metidos todo el día empezamos a jugar”, contó Sergio.

En tanto que su hermano Mario recordó que su vinculación con el deporte se dio por su hermano Carlos, “el que menos juega”. “Nosotros éramos 6, 5 varones y una mujer. Es más, alcanzamos a jugar todos juntos cuando ascendimos a primera con la U. Danilo (uno de sus hermanos) era de la vieja guardia y nos empezó a dirigir”.

Celso Benedetich llegó a ser de los más altos de su época en el básquet paranaense con sus 2.03 metros. “Era de los altos junto a Sergio Padula y a los pivot nos dejaban abajo del aro”.

Sergio también se desempeñó como pívot hasta su paso al Atlético Echagüe Club. “Al año que llegue empezó el proyecto de Liga Nacional y el entrenador me dijo que con mi altura no iba a jugar de pivot, sino que iba a ser 2 o 3. Le dije que no iba a tener problema, pero el me dijo que si porque el problema era que iba a mirar la cancha de otra forma”

“Tirar era lo de menos porque eso lo agarras fácil, el tema es estar de espalda y otra es mirar de frente. La pelota se pasa de diferente forma, hay que mejorar el dribbling y mejorar muchas otras cosas”, aseguró.

Sergio fue uno de los privilegiados que vivió en carne propia la adaptación del básquet local en profesionalismo. “Carlitos Scocco era el preparador físico y ya era otra cosa porque se entrenaba todos los días físico y mucho trabajo técnico. Y todo eso cambió más con Horacio Seguí. Fue un antes y un después con entrenamientos muy exhaustivos. Por ahí entrenábamos hasta las 11 de la noche y nos pedía quedarnos un rato más para practicar otras cosas”, relató.

Javier, más conocido como Cacha, hoy se desempeña como entrenador de la primera del club San Martín y en su época de jugador fue un número 4 con muchos recursos. “En mi etapa en Ciclista, que me lleva Mariano (Passadore) me movió un poco y me puso a jugar de 3. Además me hacía ir de siesta a tirar al aro, y así mucho trabajo fuera de entrenamiento”.

Asimismo, su hermano Celso reconoció que su mejor versión la mostró jugando en el Equipo de la Ciudad, bajo el club Talleres. “Éramos un par de jugadores de cada club por eso íbamos a Talleres a entrenar y después a la noche cada uno en su club. Y eso hizo que mejorara mucho el juego de la APB porque teníamos muchos entrenamientos por día”.

Por su parte, Mario fue un jugador diferente porque no paraba de correr. “Es todo parte del trabajo, no hay nada que descubrir. Tal vez fue gracias a mi fisonomía, que la mantengo igual desde los 18 años y nunca me tuve que preocupar por bajar algún kilo”.

¿QUIÉN ES EL MEJOR DE LOS CUATRO?

Celso, Javier y Sergio no dudaron en reconocer que el mejor de ellos fue Mario. Y Mario eligió a su hermano Sergio. “Sergio era el alma del equipo porque dirige desde adentro de la cancha”, dijo Celso.

Así como era buen conductor, Sergio sostuvo que la dirección técnica no era lo suyo. “Fui entrenador 2 años en Olimpia, pero me di cuenta que no era lo mío. Dirigir es docencia y yo estaba acostumbrado a ver cómo resolvía los problemas adentro de la cancha pero no sabía transmitirselo a los chicos para que lo puedan hacer de la misma forma”.

EL RECUERDO DEL “LONGA”

La muerte de Enzo Benedetich en 2009 caló hondo en toda la familia y hasta el día de hoy es una herida que no cierra, pero aún así el recuerdo se mantiene vivo. “Fue un momento durísimo”, reconocieron sus hermanos Sergio y Mario.

“En lo deportivo me hubiese gustado jugar más con él. Y no tengo duda que nosotros 4 con el Longa el resto del equipo tenía que sacar turno para jugar”, mencionó Sergio.

“El Longa era un crack, sino que no le gustaba entrenar. Si entrenaba adentro de la cancha”, señaló Javier.

LA FAMILIA QUE SIEMPRE ESTÁ

Los Cacha (Celso y Javier) han contado siempre con el apoyo de sus hermanas mellizas. “Siempre están y estuvieron con nosotros en el básquet. Cuando yo nací ellas tenían 15 años y me llevaban a todos lados. A mi papá no le gustaba ir a los partidos porque sufría mucho, entonces ellas siempre estaban presentes”, contó Javier.

Sergio ha podido pasar su pasión por el deporte a su hija Martina, que es jugadora y entrenadora de vóley. “Es mi fiel reflejo. Ama el deporte como lo amé, lo siente, lo lleva adentro y realmente es un orgullo”.

Por su parte, Mario reconoció que “más allá del básquet, lo que hemos luchado con mi señora siempre fue por nuestro hijo Gonzalo un buen deportista y ahora por Beltran (su nieto) que le dicen la bestia goleadora de fútbol”.

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