La selección Argentina se coronó bicampeona en el Sudamericano de Softbol Femenino de mayores realizado en Lima y reeditó el logro conseguido en 2022. El conjunto argentino terminó tercero en la Round Robin con cuatro victorias (Guatemala 9-0, Chile 5-0, Perú Rojo 12-2 y Perú Blanco 12-0) y dos derrotas (Brasil 6-5 y Colombia 5-1). Luego, derrotó a Perú Rojo por 5-4 y en las semifinales a Brasil 3-0. Y en la definición, Argentina se impuso por 6-4 ante Colombia. Fue el tercer título sudamericano. Una conquista que sigue posicionando al país entre los mejores del deportes y a la provincia como exponente softbolística.
“Fue nuestro primer torneo sudamericano con la mayor por lo que no sentimos tanto la presión de ir a defender el título anterior, fuimos más a disfrutarlo y dar todo lo que veníamos trabajando. Fuimos a hacer lo que queríamos hacer que era ganar la copa”, destacó Alba Cámara Páez (leftfield) una de las paranaenses campeonas 2024.
Por su parte, Martina Godoy (shortstop, segunda y tercera base), una de las fichas más jóvenes del plantel con 16 años hizo su debut en el seleccionado. “Fue mi primer torneo y significó un gran desafío. Contenta por el resultado porque se comenzó con un partido duro contra Brasil y después se fueron dando los resultados”, manifestó.
“Realmente es inexplicable ganar el torneo, estar recibiendo el trofeo, yo no podía parar de llorar. Sobre todo cuando pusieron el himno, que fue muy emotivo, incluso cuando terminó el himno seguimos cantando a capela. Fue una sensación increíble”, sostuvo Godoy.
El sóftbol, tanto masculino como femenino, viene en franco crecimiento desde hace varios años producto de un trabajo a conciencia que ha dado su fruto con títulos de relevancia. Inculcar esa metodología de trabajo en todas las generaciones que han pasado y que vendrán es importante para mantener el nivel y seguir creciendo
“Nuestro equipo de trabajo se centra mucho en los procesos porque sabemos que trabajando bien los resultados llegan de a poco. En este torneo en especial teníamos la presión extra porque llegábamos como defensores, sin embargo siempre nos apoyamos en lo realizado. Después, por suerte las cosas se fueron dando en el torneo y logramos el objetivo”, señaló el head coach argentino, Gonzalo Zapata.
“El softball femenino hizo un gran cambio a partir de Cristian Lacout, cuando él estaba a cargo del equipo, él empezó a aplicar de alguna manera el sistema de trabajo que se había implementado en el masculino tan exitosamente A partir de eso empezó a lograr todo esto que tiene que ver con la disciplina, con el trabajo todo eso a partir de los entrenamientos técnico y físico”, sostuvo el head coach.
Zapata está al frente del primer equipo desde hace 4 años, momento desde el cual comenzó a darle su impronta manteniendo el espíritu de su antecesor. “Primero empecé entendiendo que el femenino no es lo mismo que el masculino y empezamos a trabajar otro tipo de aspectos que tiene que ver con la construcción del equipo, la parte humana y que mucho tiene que ver con la fortaleza mental”, señaló.
Durante el torneo hubo momentos duros, como el inicio con la derrota ante Brasil que puso incertidumbre y dudas en el equipo que con el correr de los partidos se sobrepuso. “El equipo siempre se tuvo fuerte mentalmente, tuvo la moral alta todo el tiempo y confiaba en todo el trabajo que habían hecho. Todo eso no es casualidad, todo eso es fruto de un trabajo realizado durante muchos años”, valoró Duilio Scialacomo, jefe de equipo.
Varias de las integrantes del seleccionado mayor repitieron título en la edición 2024 y otras lo consiguieron por primera vez. La continuidad de jugadoras en el plantel desde hace varios años permite mantener la metodología de juego y trabajo, a la vez que la nueva camada se va insertando.
“Creo que cada camada es mejor porque va arrastrando la experiencia, el conocimiento y por sobre todas las cosas, cómo se va jugando. Y digo mejor en el sentido, no porque las jugadoras anteriores no hayan sido tan buenas, pero por ahí las posibilidades que tienen hoy las chicas, lo mismo pasa en los varones, no son las mismas que han tenido las anteriores”, manifestó Duilio.
Y reconoció que aproximadamente el 60% del equipo tiene varios sudamericanos y panamericanos “entonces las chicas que se van sumando, como en este caso Marti, Albi y otras más, por suerte se pueden acoplar bien a la filosofía que tiene el equipo”.
“La realidad es que la maduración en un softbolista, aunque parezca raro, es después de los 24-25 años, sacando de lado a los fenómenos que son buenos desde chicos. En este torneo hubo jugadoras, de las más antiguas que jugaron a un alto nivel lo que en cierto sentido a la hora de hacer cambios te obliga a poner a alguien que justifique el cambio. Por suerte las chicas más jóvenes que se suman vienen empujando y se genera un lindo desafío”, destacó Scialacomo.
PARANÁ CAPITAL NACIONAL DEL SÓFTBOL
La plantilla de jugadoras que se consagró en Lima contó con varias jugadoras entrerrianas. Además de Martina y Alba las paranaenses María del Cielo Bonetti, Juliana Capdevila y Aldana Gómez y también las nacidas en Villa Clara, Candela y Violeta Figueroa.
“Lo que caracteriza a Paraná es cómo ha evolucionado el softbol en cuanto a equipos, muchos jugadores en una zona muy acotada y la cantidad de diamantes que hay por la ciudad. Que viene de la mano con el crecimiento de la rama masculina desde hace muchos años. Por ejemplo Capital Federal con más de tres millones de habitantes tiene un solo equipo y tiene que hacer viajes largos para jugar y acá tenes cancha a 20 minutos de distancia y varios equipos”, sostuvo Gonzalo Zapata.
“Y por ahí en las ciudades más chicas del resto del país lamentablemente no se ha desarrollado tanto el sóftbol en general y el femenino en particular. Hay muy pocos equipos, incluso hay muy pocas ciudades que tienen ligas competitivas con equipos permanentes que juegan. Y las que las tienen, tienen dos o tres equipos nomás y se las arreglan como pueden y está muy bien que así sea. La competencia constante eleva la vara”, acotó el head coach argentino.
En tanto, el softbol femenino viene en exponencial crecimiento y para eso las mismas jugadoras se comprometieron a darle más valor, en este caso a la liga local. “En Paraná estamos fomentando más la liga nuestra, intentamos coordinar y armar más o menos a los horarios que mejor nos conviene a cada equipo para que se vuelva realmente competitivo”, expresó Albi.
Uno de los objetivos es estar a la altura de la liga masculina que se encuentra entre las mejores ligas del mundo. “La idea entre las jugadoras es ir poniendo un poquito cada una para llegar a una liga realmente competitiva”, sostuvo la jugadora paranaense.
Parte del impulso del sóftbol en la ciudad tiene que ver con el auge que tuvo hace varios años la práctica del deporte en las escuelas, que en su mayoría era con elementos y diamantes muy básicos.
Duilio y Gonzalo tuvieron esas primeras experiencias en la etapa escolar o en el barrio durante su infancia. “Jugábamos con un bastón de mi abuela en medio de la calle y con pelotas de media. Y en esa cuadra vivía Ricardo Cargnel y un día salió con una bolsa y nos dijo ‘tomen jueguen’ y cuando abrimos era un tesoro porque había guantes, una bate corto y pelotas”, recordó Duilio
“Comencé en la escuela Rivadavia donde iba. Primero empezó mi hermano que era compañero de Julio Gamarci y después me sumé. Al tiempo fuimos a averiguar al polideportivo que teníamos a una cuadra de casa que jugaban sóftbol y lo daba Juan Carlos Godoy. Ahí nos juntamos un grupo de amigos y empezamos a jugar”, contó Scialacomo.
Alba con 24 años y Martina con 16 años lo han vivido en la última década en sus colegios. “Era todo muy precario, sin guantes, con pelotas de medias o casi sin elementos y con algunos profesores que enseñan”, coincidieron las jóvenes.
UN DEPORTE DE TRADICIÓN
Así como su difusión hace décadas estuvo enfocada en las escuelas, el deporte ya se ha vuelto una tradición en la ciudad. Muchos incursionan en la disciplina por herencia familiar o porque lo atrajo el juego.
En el caso de Martina Godoy viene de una familia muy softbolera con mucha historia y muy ligada al deporte. Marti es hija de Gustavo Godoy campeón del Mundo 2019 y Panamericano con la Selección Argentina Mayor Masculina y fue inevitable que su vida deportiva no esté ligada. “En mi familia todos jugaron desde muy chicos y en su momento me dijeron podés hacer lo que quieras pero sóftbol también tenés que jugar”, contó.
Mientras que para Albi la situación es muy distinta. Sin familiares vinculados al sóftbol ella llegó al diamante por invitación de amigos. “Yo jugaba al hockey sobre césped, en Estudiantes y en Talleres y en ambos casos la cancha de softbol estaba enfrente y cada vez que veía decía que estaba bueno. Hasta que un día un amigo de la escuela me dijo si quería jugar en Talleres y empecé”, recordó Cámara Páez.
“Desde chica estuve en la búsqueda de un deporte que me guste y fue instantáneo con el softbol y desde la primera practica dije esto es lo mio. Después por una cuestión de querer un poco más de competitividad y a medida que fui creciendo fui subiendo, llegué a primera y me cambié a Estudiantes donde estoy desde los 15 años”, contó Albi.