De campeón de Liga a crecer como ingeniero en empresas alemanas

El Tano festejó con Atenas en 1990. Jugó en Echagüe y Santa Paula. Fue Selección juvenil argentino con Vecchio. A los 27 se retiró para ser Ingeniero Industrial. Fue becado para capacitarse en Alemania y allí se radicó desde entonces.

Horacio Borghese fue campeón de Liga Nacional con Atenas de Córdoba en la temporada 1990. A los 27 años decidió retirarse de la actividad y se dedicó a pleno a desarrollarse como Ingeniero Industrial, título que consiguió mientras jugaba. Fue becado para capacitarse en Alemania a fines de la década del 90 y allí se radicó desde entonces.

“Hace 25 años que me fui y cada tanto vuelvo de visita a Paraná, donde siempre me atraen la familia, amigos. Son muchas cosas que se pegan y uno no se puede despegar de nada. Ahora cuando volví vi bien la ciudad, si bien hay algunas obras y cosas nuevas no cambió mucho que es algo bueno para mi porque me encuentro con la ciudad de mi infancia”, contó Horacio.

El Tano también jugó algunas temporadas en Liga Nacional con Echagüe y Santa Paula de Gálvez, además de jugar en la selección Argentina Juvenil. “El Butta repleto es un recuerdo fantástico de la emoción de poder entrar, correr, transpirar y pelearse en la cancha. Cuando jugamos la final en 1986 con la selección entrerriana de cadetes es uno de los que más recuerdo. Fue con una camada de amigos, un gran grupo humano, Juegos ante Santa Fe a estadio lleno”, recordó.

ATENAS DE CÓRDOBA

Motivado por la contratación de Atenas, en el apogeo de uno de los mejores equipos de Liga Nacional, Horacio se mudó a Córdoba donde también comenzó sus estudios de ingeniería industrial en la Universidad Católica de Córdoba

“Me quedaba bien para jugar, fue una combinación muy práctica y beneficiosas porque podía hacer ambas cosas. Con ciertas discusiones con la dirigencia de Atenas, pero con el apoyo del entrenador Walter Garrone, que me daba esa flexibilidad al igual que el equipo también me bancaba”, reconoció Horacio.

Marcelo Milanesio, Diego Ossela, Luis Chuzo González, Augusto Bussi, Germán Baralle, Germán Filloy, Gustavo Roque Fernández, Kennard Winchester, entre otros fueron parte del Atenas campeón de 1990. “Eran monstruos de jugadores, era un placer entrar a la cancha porque estaban todos atrás de 4 jugadores y me dejaban solo. Era para disfrutar”, contó.

“Mi función era ayudar en lo que podía en la defensa, entrar a desgastar al mejor jugador contrario, de vez en cuando me tocaba defender a algún extranjero y me tenía que pegar como sea. Aparte mi rol era ayudar a mantener un buen clima fuera de la cancha, era un papel a mi gusto estaba bien, nunca quise estar en la primera línea”, manifestó el paranaense.

Asimismo, Borghese reconoció que estar en el griego fue una etapa “linda de vivir el básquet a primer nivel” ya que implicaba jugar torneo internacionales que “quizás

en otros equipos no hubiese sido posible”.

ETAPA DE SELECCIÓN

Borghese integró el plantel juvenil de la selección Argentina que conducía Guillermo Vecchio. “Fue la primera prueba que hizo Vecchio con un equipo juvenil, con una preparación más de lo normal porque concentramos más de un mes en Concepción del Uruguay, con 3 o 4 entrenamientos por día”.

“Llegamos al Sudamericano y lo matábamos presionando, en la final contra Brasil fue presión en toda la cancha, ganamos cómodo y seguíamos presionando. Era la filosofía de Vecchio, y también esa sensación de dominar el juego, no había rival que nos hiciera sombra”, recordó el Tano.

“La Selección motiva a otro nivel, además de lo económico. La Liga es un mercado pequeño de jugadores y el que llega a la Selección se categoriza a otro nivel”, sostuvo.

Luego de casi una década en el máximo nivel basquetbolistico, Horacio comenzó a sentir que el final de la carrera se acercaba y ese momento se dio cuando fue becado para perfeccionarse en Ingeniería Industrial en Alemania.

“Mi idea de jugar era para mantenerme a un nivel y mi objetivo era lo máximo, como jugar en la selección como todo pibe, pero cuando vi que ese sueño era inalcanzable, porque no tenía el talento y las aptitudes para llegar a ese nivel, es donde decidí sacar el pie del acelerador y dedicarme a otra cosa”, reconoció.

“Estaba en la élite, con temporadas muy felices en Atenas, Echagüe, Santa Paula, fueron muchos momentos felices de éxito deportivo pero el ambiente en sí no me atraía para seguir. Era una situación que no me satisfacía y veía que el cuerpo no me daba para jugar a ese máximo nivel y ser preponderante en un equipo y demás”.

De Córdoba se fue hacia Aquisgrán (Colonia) en Alemania para continuar el desarrollo de su profesión con un doctorado en Ingeniería y una especialización en el área de gestión de calidad. Fue por unos meses pero ya lleva más de 25 años en suelo germano. “Me fui con un programa a cumplir, los primeros meses fueron fáciles porque estaba ocupado con todo eso. Cuando decidí quedarme en Alemania es cuando empecé a extrañar y a plantearme ciertas cosas, ya no estaba cobijado por el programa y me las tenía que rebuscar y ver la forma de avanzar. Esos fueron los momentos difíciles dónde uno piensa qué hace ahí”, recordó.

A lo largo de los años pasó por diversos trabajos y puestos. Comenzó en la Universidad de Aquisgrán; fue consultor de diferentes empresas internacionales en varios países europeos, un trabajo que le implicó comunicarse en inglés, que ya sabía el idioma, y también estudiaba el alemán.

“Después de varios años de consultoría, con muchos viajes todos los días, busqué un trabajo más tranquilo en la fábrica Deutz (fábrica de motores diesel). Luego fui a Aixtron, una empresa que produce reactores y semiconductores. Ahí logré hacer carrera y hoy soy vicepresidente, que fue luego de aprovechar muchas oportunidades que las fui aprovechando”, recordó el exbasquetbolista que volvió a la actividad con el maxibásquet junto a amigos.

Luego de una gran trayectoria por distintas empresas, Horacio reconoce que en Alemania hay posibilidad de estabilidad laboral “depende de lo que uno quiere en la carrera. Es posible que uno tenga que cambiar de empresa para subir de nivel. En mi caso tuve las oportunidades, las aproveché pero ahora ya sé que más que este puesto no voy a llegar porque el puesto de presidente es inalcanzable. Entonces creo que es el momento de preguntarme dónde voy a estar, qué voy a hacer, qué nuevos desafíos encarar”.

Y ya con tantos años recientemente obtuvo la nacionalidad alemana, que según reconoció lo hizo con el fin de poder dar su voto en las elecciones políticas. “Con 5 años ya podía nacionalizarme, pero no lo hice en su momento y lo decidí ahora con la intención de dar mi voto porque no quiero ver cómo ciertos partidos políticos ascienden. Pago impuestos y quiero decidir a dónde van”, destacó.

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