El Trencito es hijo del histórico Tren Valencia, el autor del quinto gol de Colombia a Argentina en las eliminatorias 1994. El delantero del Rojinegro repasó el presente del equipo en el Nacional B y apuesta a la recuperación en busca del ascenso. Tuvo una historia ligada a su apellido pero supo hacer su propio camino que hoy lo encuentra por primera vez en la segunda del fútbol argentino.
El Trencito llegó al rojinegro en el último mercado de pases de la mano de Iván Furios, su excompañero en Olimpo de Bahía Blanca. “Me sorprendió gratamente la llamada del pelado, que me pateó por todos lados en Bahía, y me comentó el proyecto y me dijo que si todo andaba bien con mi personalidad la gente me iba a querer”, comentó el delantero de 32 años.
El presente futbolístico del equipo no es el esperado y ante la nueva conducción técnica, de la mano del ex arquero Diego Pozo, las ilusiones se renuevan de cara a la segunda parte de la temporada. “Hubo partidos que perdimos por pequeños detalles y era tema de conversación con los más grandes del grupo que había que ajustar esos detalles porque si lo hacíamos íbamos a sacar más puntos”
“De no ser por esos partidos perdidos tendríamos 6 o 7 puntos más y estaríamos peleando. Sabemos que el hincha espera resultados y nosotros entrenamos todos los días para eso”, manifestó.
“Esperemos que sigamos sacando puntos. La verdad es un torneo duro, los partidos tienen sus complicaciones pero este grupo que se conformó es muy humilde y le va a meter muchas ganas. Por eso digo que el hincha crea porque se nos va a dar”, resaltó.
El colombiano recordó que Patronato ya lo había sondeado en mercados anteriores y nunca se había dado la oportunidad porque siempre faltaba algo para concretar. “Pero esta vez le dije a mi representante que me gustaba la idea porque iba a estar más cerca de mi familia”, contó José. Sin embargo, transita su estadía en la capital entrerriana en soledad ya que su esposa, sus hijos y seres queridos se encuentran radicados en Cali.
Previo a su regreso al fútbol argentino, en lo que significa su primera experiencia en el Nacional B, el Trencito estuvo jugando en Birmania (Yangon United Football Club) e Indonesia (PSMS Medan). “En anteriores experiencias iba con la flaca (esposa) para todos lados, era más fácil armar las maletas y salir. Ahora con Ángel y Alma es más difícil, porque hay que pensar en la comodidad de ellos y la adaptación que eso conlleva. Hay lugares donde difícilmente se puedan acomodar, como me pasó el semestre pasado en Asia donde hubiese sido imposible. Y esto lo hago por ellos, siempre que hay una buena oportunidad de crecer no lo dudo y emprendo el viaje”, sostuvo Valencia.
Y contó como ejemplo que a él mismo le costó la adaptación en su último club. “Son culturas distintas, en Indonesia eran musulmanes que a las 4 de la tarde cuando entrenábamos sonaba una alarma y se colocaban para orar mientras que yo tenía que esperar. Estaba muy lejos de casa y me di cuenta cuando estaba regresando”, contó.
Pero son situaciones donde el futbolista debe adaptarse porque la carrera siempre es incierta y le puede deparar destinos impensados. “Considero que fue una experiencia bonita y que surgió en el momento ideal porque ya era más grande, más maduro. Si iba con 22 o 23 años me hubiese vuelto a la semana”.
Y en Paraná sostiene que encontró un lugar ideal para desarrollar su carrera y para tener tranquilidad. “Conociendo lo que era Bahía Blanca, Buenos Aires, Rosario, Paraná es muy tranquila. El mayor movimiento lo he notado los días de partido. Si bien no he podido recorrer toda la ciudad, porque empleo el tiempo en entrenar y descansar, si pude visitar la costanera”, contó.
HIJO DE UN HISTÓRICO DE COLOMBIA
José es hijo del histórico delantero Adolfo Valencia. El Tren forma parte de la historia grande de Colombia e integrante de la gloriosa época del seleccionado cafetero con René Higuita, Carlos Valderrama, Asprilla, Freddy Rincón y otros. Además fue el autor del quinto gol a la selección Argentina en las eliminatorias para el mundial de 1994.
La carrera del Trencito siempre estuvo ligada a su padre por poseer una apellido tan reconocido, pero su vida fue muy distinta. “En mis inicios viví muchas situaciones de comparaciones y de exigencia porque era el hijo de. Por eso en algunas situaciones es difícil ser hijo de un famoso”.
“Gracias a Dios, mi madre que fue psicóloga siempre estuvo presente para mi y me ayudó mucho. Mi mamá fue un punto muy importante como para tener la cabeza firme y saber de que yo tengo que hacer mi carrera. Mi viejo fue en su momento y bueno ahora me tocaba a mi”.
Cuando el futbolista de Patronato tenía 2 años sus padres se separaron por lo que toda su crianza estuvo a cargo de su madre y a su padre no lo vio tanto por lo que implicó su carrera deportiva. “No había muchos medios de comunicación y era díficil estar pendientes del otro. Pero cuando tuve hijos entendí muchísimas cosas y mejoramos la relación totalmente”.
José reconoció que el apellido le sirvió de mucho pero estaba en uno demostrar que estaba listo. “Si fuera por portar el apellido todos los hijos de los futbolistas de esa época estarían jugando. Además soy una persona que toma las críticas y las dejo porque no me quedo con eso porque se que con mi esfuerzo lo puedo superar para hacer las cosas bien”, señaló.
Su infancia contó de pleno con el sacrificio de su madre. “La gente se imaginaba que por ser el hijo del Tren iba a tener lo mejor, pero en la escuela yo andaba con zapatos rotos porque vivia jugando al fútbol todo el día, no tuve celular en la época que se empezó a usar”, recordó
“Pero ahí es donde destaco el papel muy importante de mi vieja. Mi mamá en medio de todo le surgió una idea y creó el restaurante Quilichao, que funciona hace 21 años. Resulta que vivíamos frente a un hotel que estaban construyendo entonces mi madre les comenzó a hacer las viandas a los obreros que eran más de 30 por día”, contó sobre el emprendimiento de su madre a la cual apoda “caballa” por la fuerza que posee para salir adelante.
RECUERDO CON CR7
Durante su estadía en Europa, más precisamente en el Feirense de Portugal, el Trencito aprovechó el tiempo libre para visitar lugares y a amigos. Así fue que se contactó con su parce, James Rodríguez por entonces jugador del Real Madrid para visitarlo en su casa. “Jugué en la liga un viernes y luego le escribí ‘Parce voy para Madrid’. Me fui en auto, en un viaje de 5 horas, y llegué el sábado a la mañana cuando ellos entrenaban. Me encontré con él y le dije que lo esperaba en el estacionamiento”.
Y continuó relatando: “Por ahí escucho que viene un auto con un motor que sonaba y cuando veo que para baja Cristiano, un tipo grandote. Y cuando venía le dije Cris por favor una foto y bueno salió ese recuerdo”. Y reconoció que es un jugador de otro nivel “mentalmente está en otro cuento”.
EL FUTURO
José se formó futbolísticamente en Independiente Santa Fe, jugó en Estados Unidos, Portugal, Birmania, Indonesia y en Argentina vistió las camisetas de Olimpo, Rosario Central e Independiente de Avellaneda. Además representó a su país en torneos de sub 17 y sub 20, donde obtuvo el Torneo Esperanzas de Toulon en 2011.
Además de entrenar, José Valencia aprovecha el tiempo estudiando para en un futuro seguir ligado al fútbol. El delantero suplantó “el tiempo que perdía en la play” para dedicarse de lleno al curso de entrenador. “En unos años el futbolista se termina, cambia la situación y hay que estar preparados”, sostuvo.
“Mentalmente ya me estoy haciendo la idea para el futuro. Por eso hago el curso porque creo que sería bueno seguir por el camino del fútbol, a lo que le he dedicado toda mi vida”, reconoció Valencia y además aseguró que se ve más en el rol de asistente, como nexo entre el entrenador y el futbolista.