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Resiliencia

Alan Montero apuesta a la superación de la mano de nuevos deportes

Fue futbolista de Colón y tenía proyectado emigrar a Ecuador. Pero un accidente de tránsito provocó la amputación de su pierna izquierda. Encontró el apoyo en la familia y su hijo para salir adelante. El parabadminton fue su salida.

Con 24 años representa a la provincia y al país. Sus objetivos se enfocan en seguir la senda deportiva y contar con una prótesis especial para la práctica de actividades.

Mirá a nota aquí: https://www.youtube.com/watch?v=cn9EviGDKCI

La pasión deportiva de Alan siempre fue el fútbol que comenzó a practicar a los 8 años, junto a un grupo de amigos en el club Toritos de Chiclana en la categoría 97. Se destacó en la delantera y tras un torneo disputado en la localidad de Crespo, Colón de Santa Fe se fijó en el joven paranaense. “Era la final contra Colón, ahí me vieron y le dijeron a mi viejo que me esperaban para empezar la pretemporada en marzo”, contó Montero. Desde los 12 años hasta los 19 realizó las inferiores en el sabalero y llegó a debutar en Reserva.

“Todos los días nos íbamos en moto con mi viejo que me dejaba en el estadio y me esperara a que volviera”, relató Alan del gran apoyo que recibió de su padre Claudio. “Salía de la escuela a las 12.30, iba a lo de mi abuela a comer algo y ahí me levantaba mi viejo que venía de recorrer la ciudad en su trabajo de preventista” contó.

Más de una vez sufrieron percances en la ruta en medio del viaje a una práctica o a un partido. “En un clásico contra Unión se nos pinchó la rueda y me tuvo que venir a buscar un profe”.

Tiempo después tuvo su lugar en la pensión del club y llegó a debutar en Reserva en un clásico ante Unión en el estadio 15 de Abril. Luego quedó libre y recaló en Belgrano de Paraná y a su vez jugaba en los torneos libres de la Liga Altos de Paracao.

CAMBIO DE VIDA

Alan comenzaba el 2019 con nuevos proyectos con su hijo de 6 meses y expectativas para continuar jugando al fútbol en Ecuador. “Mi representante estaba hablando con un equipo ecuatoriano y estaba todo arreglado para empezar en marzo, pero en enero tuve el accidente”.

El sábado 19 de enero Alan colisionó su moto contra un auto estacionado en la esquina de Don Bosco y Grella de nuestra ciudad. Debido al gran impacto, y para salvar su vida, tuvieron que amputarle la pierna izquierda.

“Hasta el día de hoy no recuerdo qué pasó. Recuerdo que habíamos salido a la noche con los chicos, llegamos al lugar, pedí un trago y ya no me acuerdo. Me desperté 9 días después en el hospital”, relató Montero.

Al momento del siniestro en las inmediaciones se encontraba un policía que estaba terminando su turno y fue el primero en socorrerlo. “Él vio el choque y me empezó a hacer RCP, también había una ambulancia en el geriatrico qu está cerca y me llevaron al hospital”, contó y agradeció nuevamente a Martín, el funcionario policial.

“Nadie se animaba a decirme lo de la amputación. Mi padrastro me lo contó y cuando me lo dijo me quedé tranquilo, ya lo estaba presintiendo. Ahí no más empecé a pensar en recuperarme y estar bien para lo que venía”.

En ese momento comenzó una nueva etapa en su vida donde predomina la superación. “Salí solo con mi fortaleza y la compañía de mi familia, mis amigos y mi hijo. Muchas veces me dijeron que vaya al psicólogo, pero sabía que estaba bien. Hoy estoy afrontando la vida, gracias a dios que lo puedo hacer y estoy contento con eso”, sostuvo.

Poco a poco comenzó la recuperación que incluyó kinesiología para recuperar fuerzas y volver a caminar con la ayuda de una prótesis. “Me imaginaba cómo volver a caminar y estaba ansioso de tenerla para volver a caminar. Tuve la prótesis y sabía que iba a costar porque no tenía fuerzas en las piernas. Le metí garra hasta un año y medio después que empecé a caminar solo y sin muletas”, señaló.

La falta de su pierna le hizo notar la falta de inclusión dentro de empresas y comercios a la hora de tomar personal en su situación. “Hay limitaciones para el trabajo, no me dan mucha bola pero no le doy tanta importancia y me sigo enfocando en mis cosas. En mi familia, en mis cosas y disfrutando con mi nene”, destacó Alan.

Si bien es hincha de Boca, pasar por las inferiores del Sabalero lo hizo encariñarse y convertirse en un hincha más. En medio del proceso de recuperación la suerte estuvo del lado de Alan y fue uno de los ganadores de la rifa que tenía como premio una entrada para la gran final de la Sudamericana 2019 en Paraguay ante Independiente del Valle.

UNA NUEVA FACETA DEPORTIVA

Tras la recuperación, y con el sueño truncado de la carrera futbolística, conoció el Bádminton, un deporte poco conocido que involucra una raqueta y una pluma o volante, lo que funciona como pelota. “Encontré algo que me gusta y me gusta competir. Bienvenido sea todo para sumar experiencia en esta nueva vida que tengo”, destacó Montero.

“Un día me habló el profe Pablo Pérez y me preguntó si quería probar. Acepté y me buscó para ir a un poli en barrio Santa Lucía. Me dio una raqueta y empezó a tirar plumas. Yo le daba para todos lados sin agarrar una y de a poco empecé a entrenar. Hasta le he agarrado la mano para tirarla al otro lado cortita y que le sea difícil llegar al rival”, recordó.

Al poco tiempo comenzó a participar de torneos y en el primero, desarrollado en San Luis, se coronó campeón. “Ahi agarre confianza, fue el primer torneo y era pura risa porque hacía puntos tirado en el piso. Me falta mucho pero con el tiempo he aprendido y he ganado torneos”. Asimismo destacó que se siente más cómodo jugando en single, si bien ha jugado en dobles

Con 24 años de edad representa a la provincia en los torneos que tiene sede en distintos puntos del país y se prepara para ir al torneo internacional de parabadminton en Sao Paulo, Brasil del 18 al 24 de abril junto a la Selección Argentina. Montero integra la categoría SL3 y en Paraná también es acompañado en la disciplina por Ángel Yelpo, con varios palmares deportivos, y Carla Colman.

En los rivales a vencer dentro del parabadminton, el paranaense reconoció que se encuentran un brasileño y un peruano. “Ellos son buenos y además tiene la prótesis de carbono como un gancho (Sprinter) que es más para saltos y desplazamientos para atrás. Con una de esas no me para nadie. Vale 3 millones de pesos, es muy difícil adquirirla, pero es un sueño tenerla”, aseguró Alán

Con ese objetivo deportivo y de superación, es que encara cada tanto una rifa solidaria para recaudar fondos y poder obtener la nueva prótesis. Ya lo hizo con indumentaria de Colón y dentro de poco hará una nueva con una docena de premios. “Con mi novia Faviola y con el profe Pablo estamos vendiendo la rifa”, contó.

EL FÚTBOL SIGUE PRESENTE

Luego del accidente, Alan volvió al fútbol pero como hincha. Durante la etapa como entrenador de Patronato, Mario Sciacqua estuvo en continuo contacto con Montero, a quien conoció en Colón y lo invitó a ver prácticas del primer equipo y a algunos partidos. “Mandaba a un profe a buscarme para ir a ver las prácticas y en partidos contra Boca, Lanús y otros. Teníamos una buena relación. Mario se portó muy bien conmigo. Fue a casa cuando se entero lo del accidente”, contó.

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