Con más de cinco décadas ligadas a la formación y conducción técnica, Cantero es marca registrada de básquet en Paraná y el país.
Aníbal Cantero es sinónimo de experiencia y mucho amor con el deporte con más de 50 años de trayectoria en el Básquet de Paraná. Son décadas dedicadas a la docencia, por un lado como maestro de educación física, y por otro como entrenador y formador de basquetbolistas en la capital entrerriana.
La vinculación con el deporte se dio desde chico con el fútbol en Patronato como número 5 y también jugaba al básquet. “Fueron muchos años ahí. De chico estaba todo el día en el club, vivía cerca de la cancha. Además del fútbol jugaba al básquet en la cancha de portland con zapatillas que se rompían enseguida. Al principio la arreglábamos con cartón y después íbamos a vulcanizarla a una gomería”, recordó.
Con el tiempo se abocó al rol de entrenador, donde comenzó a los 17 años en la primera infantil que conformó el club. “El técnico que me motivó fue Roberto Benvenuto que fue una persona muy trabajadora y responsable, con el que me identifiqué mucho con la forma del juego”, destacó.
Con el tiempo se comenzó a vincular con otras instituciones como el club Estudiantes y el Paraná Rowing Club institución con la cual se siente muy identificado y es su segundo hogar. También formó parte del equipo técnico del Atlético Echagüe Club en el inicio de la Liga Nacional. Luego comenzó su derrotero con distintos clubes de la ciudad y la provincia, con una destacada conducción de La Unión de Colón. Tras cinco años decidió regresar a Paraná.
“Tuve familia, con cinco hijos y prioricé eso. En sus inicios me acompañaron a Colón, después me hablaron desde Misiones y dije que no por ellos. No me arrepiento de las decisiones que tomé porque disfruté de mis hijos”.
Tras una historia ligada al básquet, con más de cinco décadas, Anibal valoró que “es importante hacer con mucha pasión lo que a uno le gusta. Si uno va a estudiar algo y no es lo que le gusta, va a fracasar”.
DOCENTE DE VOCACIÓN
“Yo soy profesor de educación física. En síntesis, me gusta que me digan maestro”, manifestó. Anibal terminó sus estudios secundarios en la escuela industrial y al terminar se decisión por iniciar la carrera universitaria que era su pasión, la educación física.
“Nadie daba nada por mi. Y uno en la medida que se preocupe por mejorar intelectualmente, incorporando conocimientos va logrando sus objetivos. Siempre me gustó el trato con los chicos que son los que te dan vida y me tocó una época linda de enseñanza”, reconoció el ex docente que hizo sus primeras experiencias en las prácticas universitarias en el Club Estudiantes de Paraná.
Comparando los inicios docentes con la actualidad, Anibal no dudó en reconocer que hoy el trato con los alumnos es un poco más problemático. “Hoy los chicos tienen la razón y se lo hacen saber a sus padres, que si bien no suelen estar muy presentes en las actividades de sus hijos, se lo hacen saber a los docentes o entrenadores. Antes si yo iba con una mala nota a mi casa mis padres me hacían saber que la razón siempre la tenía el docente. Por eso también creo que la formación docente ha caído y es regular”, señaló.
LA FAMILIA
“Con mi familia he logrado un objetivo fundamental, que ellos me superen. Uno es médico, otra es abogada, otra licenciada y el jugador de básquet, uno de los mejores de la ciudad”, destacó Anibal sobre sus hijos.
Y justamente en su carrera tuvo el privilegio de dirigir a su hijo, Juan Pablo Cantero. “Es un jugador muy tenaz y fuerte mentalmente. SObre todo por su fortaleza para superar todas las lesiones que ha tenido en su carrera”, aseguró sobre el actual jugador de Olimpia Kings de la Liga Nacional de Básquetbol de Paraguay.
“Soy feliz con toda mi familia. Yo vengo de una familia humilde, con padres que dieron todo y a su vez eran muy exigentes. Y con hermanos que estudiaron y son profesionales”, acotó el experimentado entrenador.
CUANDO CONOCIÓ A BOBBY KNIGHT
En sus etapa de perfeccionamiento, Anibal tuvo la oportunidad de compartir y aprender de un referente y exponente del básquet como lo fue Bobby Knight.
“En un viaje a Estados Unidos con Volcan Sánchez fuimos a la Universidad de Indiana Bloomington y estuvimos con Bobby que nos invitó a correr con él e ir a un scouting que organizaba”, recordó.
Y también contó que desde el entorno de Knight se sorprendieron al saber que no eran entrenadores de Capital Federal. “Un asistente nos preguntó de dónde eramos y se sorprendió cuando le dijimos de Paraná porque justo se había dado que hubo porteños que fueron a un scouting y se fueron enseguida y habían salido a hablar mal por un diario”.