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"El Ñandú", hombre récord

Antonio Silio, la leyenda del súperfondista que empezó a correr porque no tenía bicicleta

De entrenar en los campos de Nogoyá a ser subcampeón del mundo, competidor olímpico y poseedor de múltiples récords nacionales aún vigentes. El día que ganó un auto y no sabía manejar y el sulky que nunca buscó.

Antonio Fabían Silio es uno de los máximos referentes del atletismo argentino y poseedor de múltiples récords nacionales que aún sigue vigente. Desde España, su país de residencia junto a su familia, se mantiene muy vinculado al pedestrismo e incursiona en otras actividades relacionadas a lo deportivo. El Ñandú de Nogoyá recordó su etapa gloriosa con la participación en las olimpiadas de Barcelona 92, los logros en importantes competencias y su carrera.

“El tema de correr se hace un hábito. Desde los 15 años, que fue en el 81, que empecé con el profesor Roque López en Nogoyá fueron pocos los días que paré de entrenar y por fuerza mayor. Pero mi entrenador en Entre Ríos desde el fallecido Roque López y el de Buenos Aires, Manuel Olivera, fueron entrenadores que me inculcaron el sacrificio y el compromiso de estar ahí en cada entrenamiento”, señaló Silio.

“Ellos estaban ahí, lloviera o no. Roque López estaba con el paragüa todos los días en el campito, Manuel Olivera en Buenos Aires lloviera o viniera una sudestada en el Cenard no sé cómo cruzábamos, pero íbamos a entrenar igual para llegar a los más alto o a lo que uno se ha propuesto. Creo que hay que entrenar y entrenarse en el corto tiempo que tiene un deportista”, reflexionó el experimentado fondista argentino que se destacó en la década del 90.

Su extensa trayectoria en la pista lo llevó a ser uno de los deportistas más importantes de la historia argentina y con marcas que aún no han podido ser superadas (cuatro mejores marcas en Argentina y tres en Sudamérica). algo que tiene muy presente y es tema de discusión con colegas.

“Lo hablamos cada tanto y coincidimos que en esa época teníamos un entrenamiento un poco más natural. Veníamos de un entrenamiento que era de unos australianos que era en las dunas, entrenamos mucho en Villa Gesell, no hacíamos tanto gimnasio. Cuando me tocó correr el maratón, sufrí el muro de los 32 kilómetros. Hoy en día con los suplementos prácticamente al muro lo han derribado porque esos suplementos traen energía, potasio cosas que le hacen falta al corredor para llegar bien a los 42k. En las carreras más cortas también hay suplementos, se ha mejorado en el calzado que han generado un debate si están o no permitidas las especiales con rebote”, señaló.

Asimismo reconoció que lamenta que ningún atleta argentino supere sus marcas. “Me da lastima porque me gustaría que en la Argentina se batan los récords y que salga gente nueva. Lo tenemos a Federico Bruno, Julian Molina, Joaquín Arbe, y otros atletas pero como hablábamos al principio se necesita una conducta, tener un equipo atrás. En mi caso con Marcelo Cascabelo que lo apoyamos muchísimo, no nos salimos del esquema que era la competición. Cuando nosotros queríamos preparar una puesta a punto o los campeonatos más importantes no corríamos carrera de calle, no nos desviábamos del objetivo”.

Los referentes de su época mantenían sus objetivos simplemente con la ilusión competir. “Por ahí cuando uno empieza el deseo es poder ganar, tener una medalla, conocer lugares relacionarse con otra gente y bueno las circunstancias se fueron dando de que uno iba mejorando, subiendo el listón”, dijo.

“La ilusión es de cada uno. En ese entonces con mi actual amigo Ricardo Vera, de Uruguay, decíamos que no teníamos las Championes para correr. La ilusión en esa época la corría con lo que tenía. Yo en un momento quise ser ciclista pero no tenía para una bicicleta, por ahí el destino quiso que corriera. La circunstancia se fue dando de otra manera”, manifestó Antonio.

En 1982, Antonio dio el primer paso en su preparación profesional radicándose en Buenos Aires para terminar la escuela y realizar el servicio militar. “Tuve que presentarme en Crespo y de ahí me trasladaron a Campo de Mayo”. Así se estableció su rutina de preparación que consistía en ir a Campo de Mayo, de ahí a San Martín a terminar el quinto año de secundaria y por la tarde al Cenard para entrenar.

“A la noche no podía dormir por el estrés vivido ya que fueron momentos duros y los más difíciles en mi carrera deportiva. Luego lo demás por más que uno tuviese dificultades era mínimo. Uno pasa momentos duros, porque no tenía el apoyo del estado pero uno se acostumbra de no depender de eso e ir hacia adelante”, reconoció.

BARCELONA 1992

Antonio fue finalista en los 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de Barcelona finalizando en la 18ª posición con un tiempo de 28 minutos, 55 segundos y 22 centésimas. “Los JJOO son lo máximo porque hay que esperar 4 años y es todo a la suerte. A lo mejor no puede ganar el número uno del mundo porque tuvo un mal planeamiento o un mal día”, señaló.

“Rebobinando un poco, ya había algunos adelantados en lo que es velocidad en los países que tenían mejor apoyo económico a nivel Olimpiadas como EEUU y otros países. Siempre digo que uno se va a ir a la tumba sin saber realmente si corrió con los demás de igual a igual, esa es la sensación que a uno le queda por todo el sacrificio que uno ha hecho”, manifestó.

Y añadió: “Por supuesto sin desmerecer a ningún atleta, porque sin hechos o pruebas no se puede decir nada, el mundo está hecho así. Hoy en día con los récords mundiales que se están haciendo, casi 2 hs en maratón creo que se está desvirtuando un poco lo que es el atletismo profesional, se nos está yendo un poco las manos”.

NEWCASTLE 1992

En Newcastle, Inglaterra, se coronó subcampeón del mundo en la media maratón con 1 hora y 40 segundos. “Me trae lindos recuerdos esa carrera luego de los JJOO de Barcelona, fui relajado con poca presión y una de las mejores carreras que tuve porque corrí de menos a más. Fui ganando puesto, a mitad de carrera había 10 africanos y pude meterme en el grupo”, sostuvo.

Esa superación y los resultados positivos para el atleta entrerriano fueron fruto de años y años de entrenamiento sin parar como señaló en un principio. “En ese momento corre la cabeza y las piernas, porque también hay que estar bien preparados mentalmente. Eso requiere muchos años de entrenamiento, hacer las series que corresponda en la pista te endurece, fortalece y te prepara para las competencias. Eso fue en el 92 con más de 15 años de entrenamientos”, reconoció el hombre que decidió emigrar a España para desarrollar la disciplina y lo logró entre ello compitiendo para el Club Larios de Madrid y defendiendo los colores argentinos.

STUTTGART 1993

Silio fue parte del Campeonato Mundial de Atletismo de 1993 en Alemania, donde consiguió el 8vo puesto en los 10.000 metros. “Uno nunca sueña con eso, nunca piensa que puede llegar a lo más alto. Uno va pasando etapas de correr en Entre Ríos, viajar a dedo, correr por Villaguay, Villa Elisa o en Hasenkamp que fue mi segunda carrera, con 15 años, en una pista que habían pintado con cal en una cancha de fútbol. Pensaban que estaba mal medida, querían que corriera de vuelta”, recordó.

“De esas cosas a llegar a un Mundial o una Olimpiada la verdad creo que es lo máximo a lo que uno aspira. Gané una serie que la rematé con 56-57 segundos los últimos 400 metros. Con Ricardo nos hicimos muy amigo con uno que queda segundo, Richard Chelimo. La verdad que disfrutamos de lo que fue el atletismo en esos momentos. Fue una época intermedia donde no estaba tan profesionalizado, sin zapatillas buenas, se corría a puro coraje”, manifestó Silio que además contó cuál fue su primer calzado.

“En la escuela primaria me regalaron unas zapatillas Adidas de cuero con una franja. Eran las máximas que tuve, porque uno venía de las Flecha o de la Sorpasso”, contó

FAMILIA

Antonio vive en España donde conformó su familia con Jaqueline, de nacionalidad francesa, y tuvieron a sus hijos, Nahuel y Matías. Pese a la distancia, mantiene el recuerdo y el anhelo de poder reencontrarse con su familia establecidas en Entre Ríos y en Chubut. “Mi familia me llena de orgullo”, reconoció tras observar los mensajes recibidos por sus hermanos y parientes en Argentina.

“Ahí estaba mi hermano que cuando me vine a España estuve 11 años sin poder volver a verlos, cosas de la vida, del deporte. Cuando fuimos a visitarlos, que también quisimos ver las ballenas con mi esposa, nos tocó un temporal y tuvimos que verla por postal. Mi hermano Ramón que tengo una ganas enorme de estar con él, de poder hablar muchas cosas. Violeta que es enfermera y a mi hermana Gloria. También estaban Rosa y Guillermo que es el más grande el que me ayudó a hacer la casa en España”, manifestó.

“Somos 8 hermanos y mi madre pobre tuvo que cuidarnos a todos, mi padre ferroviario así que se tuvo que romper el lomo para traer comida para todos. El espejo de uno en el deporte se ve reflejado sobre todo en nuestra familia y en nuestros padres que se han sacrificado”, recordó Antonio.

“La verdad que fueron años duros. Mi padre hacía mantenimiento de las vías, recuerdo que trabajaba los días de calor con 40 grados bajo el sol. Por ahí uno no quería eso y pudo buscarle la vuelta en el deporte, vi que tenía una salida en eso y mejorar la parte económica y poder vivir en otro país, formar la familia. Creo que el deporte te deja muy lindas cosas”, reconoció el atleta.

Y su hijo Nahuel mantiene la estirpe deportiva con el Triatlón. “él cada tanto me saca con la bicicleta de ruta con esa que quise empezar cuando tenía 8 años y recién ahora a los 50 me me estoy empezando a dedicar al ciclismo”.

De su tierra natal guarda los mejores deseos y desea volver de visita luego que pase la problemática mundial. “La provincia que me ha dejado lindos recuerdos. Siempre que viajé por Argentina me decían qué buena gente la entrerriana y yo la verdad que orgulloso que hemos hecho bien las cosas por nuestra provincia”, sentenció.

“No se cuando pueda regresar a Argentina, mi idea era regresar lo antes posible por ahí no se puede planificar ni a corto plazo por la situación del virus. El bicho nos ha perjudicado, ha modificado nuestros hábitos de vida. Cuando salgo a correr voy sin mascarilla, porque no puedo con eso y era el único que andaba así porque no vi a nadie que no tuviese protección. Me sentía como que estaba incumpliendo las normas”, manifestó.

“Espero regresar pronto pero me preocupa la parte económica de nuestro país, es duro porque son los momentos que uno piensa que el Estado tendría que tener recursos para momentos difíciles, como para sanidad y esas cosas. Creo que no estamos preparados para eso y la mano se pone dura. En España quizás también pero hay más ayuda a las personas que se han quedado sin trabajo, inclusive a los que tienen empleados”, reconoció Silio.

HOMENAJE AL ATLETA

En Nogoyá Antonio es un héroe deportivo y para homenajearlo le realizaron un monumento con su figura y el reconocimiento olímpico. Valentina, vecina nogoyaense y pareja del autor de la obra, le envió sus saludos y Antonio recordó sus inicio con esa familia. “Tengo lindos recuerdos de cuando salía de la escuela Técnica, que iba de mañana y tarde, pasaba por la casa de Valentina y entrenaba con el marido de ella e íbamos al campito San Miguel.

“Por ahí teníamos la compañía de ellos porque no teníamos luz, entonces entrenábamos un poquito ya sabiendo por donde había que pisar. De hecho una vez casi nos chocamos una vaca que estaba en el medio de la pista porque era campo abierto y te podías encontrar con cualquier cosa. Valentina que me vio crecer y el sacrificio que teníamos que hacer, más la gente del pueblo, creo que es un reconocimiento sobre todo al esfuerzo de uno y no bajar los brazos para salir adelante”, señaló Silio.

PREMIOS

Sus logros deportivos también lo han hecho acreedor de premios importantes entre ellos un auto y un caballo. “A mi primer auto lo gané en una carrera en Vallecas. Era un Clio, pero no sabía manejar”, recordó con gracia.

“Al auto lo habían puesto en una tarima y me dicen ‘te entregamos la llave para que disfrutes el auto, podes sacarlo de ahí’. Les dije que primero quería disfrutar la carrera y descansar. Nos fuimos a tomar un café con leche con mi entrenador y esperamos que se fuera el último. Cuando se fueron todos le pedimos a uno que pasaba por ahí para que nos bajara el auto. Tuve que aprender a los golpes, tenía 23 años no era ningún nene”, contó.

También le regalaron “un caballo y un sulky en Simoca, Tucumán, la capital del sulky Todavía lo tengo, aunque no se si sigue vivo”, sostuvo.

Tenemos un grupo que se llama los pichicome, llegamos a Madrid en abril del 89 y él se vino con menos de 300 dolares para vivir un año, yo le dije que con eso no iba a aguantar. Todos estábamos en las mismas circunstancias y Ricardo dijo ‘y bueno sino me voy a vivir con los pichicome (indigentes) debajo del puente.

ACTUALIDAD

Pese a la situación de pandemia Antonio no se relaja y mantiene los entrenamientos en su hogar en el centro de la península ibérica. Su casa se ubica en la localidad de Guadalajara en zona de montañas rodeado de campo que son parte de su recorrido en sus salidas a correr. “Antes quizás no disfrutaba mucho la casa porque era como un nómade, de un lado para el otro, pero este tiempo creo que es el período más largo que estoy en mi casa”, reconoció Silio.

La experiencia del entrerriano en el deporte le ha valido de cierta fama y en la actualidad es convocado para organizar maratones y eventos deportivos. “Estoy organizando la maratón de Córdoba para el mes de junio-julio de 2021. Les dije que le metamos para adelante porque hay que pensar en positivo, si hay que dar marcha atrás será en su momento, ojalá que no. A los proyectos hay que seguir planificándolos, la ilusión hay que mantenerla”, señaló Antonio que también tiene en su grilla la maratón de Buenos Aires.

Pero además busca continuamente incursionar en otras ramas, como en la del cuidado y entrenamiento de deportistas. “Ahora quiero trabajar con mi hijo, que es fisioterapeuta y kinesiólogo. Hice el curso de masajista y también empezar a entrenar atletas de Argentina y España. Esta pandemia hizo que me replanteara un poco la situación y buscar nuevos caminos”, manifestó.

Y eso no es todo porque su más próximo objetivo está a unas semanas, donde planea pedalear algo más de 800 kilómetros de Francia a España. “Me voy a ir de visita a lo de mis suegros en los Alpes, cerca de Mont Blanc. Y estaría llegando un día antes de que el Tour de Francia pase por los Alpes. Y a la vuelta planeo hacer 100 kilómetros por día en bicicleta de regreso a mi casa”, contó el incansable Silio.

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