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Tuvo una gran experiencia en Chile

Carlos Andolfo, un arquero que marcó los tres palos del Decano

Un referente del Paraná en la década del 90. Sus primeros pasos los dio con la pelota de trapo de la abuela, imitando a Perico Pérez. Se recuperó de una brava el año pasado y da un mensaje de vida.

Carlos Andolfo nació y se crió en la zona centro de la ciudad de Paraná. Los primeros pasos en el fútbol los dio de chico y en su querido Club Atlético Paraná. “Siempre fui a la escuela La Salle y mis compañeros de clase también fueron parte de los primeros equipos que conformé en el club”.

También supo jugar al básquet en su época escolar disputando los intercolegiales “Ahí era contrincante de la Pepa Sauthier. En ese equipo de La Salle jugaba Uranga, los Jozami, los Domínguez, éramos fuertes y era básicamente la mitad de la preselección de Paraná”.

“Era una época en la cual el deporte ocupaba gran parte de tu vida. Uno hacía varias disciplinas y hacía que no estés en tu casa. Entonces el club era un lugar de contención importante. Yo siempre digo que mi segunda casa fue el club porque yo aprendí muchas cosas ahí como reglamentos, regla de comportamiento y demás. Tus viejos estaban tranquilos porque sabían que vos estabas ahí”.

Carlos se alejó de la actividad pasado los 40 años luego de una larga trayectoria que incluyó vestir la camiseta de equipos paranaenses y del fútbol chileno. “Después que me retiré no volví más a una cancha por tres años. Llegó un momento que el fútbol me saturó. Es más, un par de fechas antes no quería saber nada. Me dolían los pelotazos y dije hasta acá llegué”, recordó Andolfo.

El experimentado arquero reconoció que tanto el cuerpo como la mente le dijeron basta. “Una vez hablando con la Pipa Osoro, antes de retirarme, le pregunté ¿cómo sabés cuando te retiras? Y me respondió: ‘Te va a dar cuenta solo’. Y realmente es así”.

Retomar al mundo del fútbol no le ácilfue fácil, por eso se capacitó e hizo el curso de director técnico nacional. “Intenté insertarme. Estuve trabajando para un proyecto de la AFA, captando jugadores con talento, pero como en todo proyecto manda la parte económica, y más complicado es en el fútbol profesional”, manifestó.

“Después de eso pude dirigir divisiones inferiores en Juventud Unida de Gualeguaychú, donde hice mi última etapa como futbolista. Ahí entrenaba a los arqueros”, comentó el exarquero.

Carlos Andolfo es sinónimo de Atlético Paraná, aunque también dejó su huella en otras instituciones de la provincia y del exterior. “La gente por suerte recuerda mucho mi época en el club. En ese entonces tuve que lidiar con algo muy pesado, era la sombra de uno de los mejores arqueros que dio el fútbol paranaense como lo fue la Pipa Osoro”, recordó.

“Después de Paraná me fui a Cultural de Crespo porque la Pipa quería volver y yo sabía que no iba a atajar. Me fui a Cultural y fue uno de los mejores equipos de los que integré. Recuerdo que le ganamos una semifinal a Sportivo Urquiza por penales. La Pepa Sauthier atajó 3 y yo atajé 4 penales”, contó Carlos que durante su carrera se destacó como un buen atajador de penales.

Pese a haber integrado grandes planteles en distintas instituciones, reconoció que le quedó la ilusión de jugar en el rojinegro paranaense. “Antes de retirarme me di el gusto de jugar un par de partidos con Belgrano. También me hubiese gustado jugar en Patronato. El Doctor Quinodoz me llamó, fui a entrenar un par de veces pero justo surgió la oportunidad de ir a Chile, peor eso me quedé con ganas de jugar en Patronato”, contó.

PARANAENSE EN CHILE

Carlos fue uno de los tantos paranaenses que dieron el salto de la liga local al fútbol Chileno. En el país trasandino vistió las camisetas de Osorno y Magallanes. “Para lograr eso tuve que golpear varias puertas. Mi oportunidad llegó por medio de ‘Palo’ Cavalieri, ayudante de Carlos Trullet cuando nos dirigió. Palo mandó un representante que habló con el padre del Cari que llevó a otros jugadores y se encargó de llevarme a mí, a Carlos Céspedes y a Jorge Farías”, contó el exguardametas. Esa lista también la integraron Hugo Amatti, Gito Retamar, Japo Grandoli entre otros.

“Los dos que mejor carrera hicieron fueron el Hugo Amatti y Gito Retamar. Porque fueron los dos que llegaron a jugar Copa Libertadores y salieron campeones en el torneo local con sus equipos. Hicieron una carrera bastante importante en cuanto a logros, no hablemos tanto de títulos, sino de logros futbolísticos personales”, señaló.

Fue un cambio radical pasar de jugar la Liga Paranaense, que por ese entonces era una competencia fuerte con grandes futbolistas pero amateur, a un fútbol muy profesional como el chileno. “Fue algo muy lindo, aunque siempre sabíamos que al volver teníamos que laburar. Nos dimos el gusto de jugar profesionalmente y adquirir experiencia, y volver a la competencia de Paraná o la provincia era un cambio bastante sideral aunque considero que el profesionalismo lo hace uno”, manifestó.

Y explicó: “Creo que uno se hace jugador profesional por más que juegues en una liga amateur. Uno es profesional por la forma de entrenar, de cuidarse tanto en el físico como en la alimentación”.

“En Chile teníamos entrenadores de arquero, era más profesional. En Magallanes lo teníamos a Carlos Valenzuela, jugó en México y fue compañero del Pulga Rios y él nos entrenaba. Nos mataba, nos hacía ir dos horas antes terminamos de entrenar con los vagos fútbol o lo que sea y nos quedábamos una hora más”.

Sin embargo, reconoció que en la década del 80 el fútbol paranaense mantuvo un gran prestigio y los jugadores tenían un sueldo. En el caso de Andolfo, contó que en sus comienzos en Atlético Paraná, y siendo suplente de Osoro, se pudo hacer cargo del viaje de estudios. “Con un sueldo pagué mi viaje a Bariloche y de contado. Y eso que lo mío era poco comparado a lo que cobraban los otros monstruos que jugaban conmigo. Ya después en la década del 90 empezó a decaer el fútbol local”.

¿QUÉ ES EL ARQUERO?

Andolfo provenía de una familia donde el fútbol, o básicamente el deporte no eran parte de su vida. “Yo fui el que empezó a hacer deporte”.

Su pasión por la pelota y sobre todo el de ser arquero se dio en su infancia jugando con la tipica pelota de trapo de la abuela. “En una parte de mi casa había una arcada que dividía el living del comedor y yo lo usaba de arco. Me acuerdo que jugaba con la pelota de medias que hacía la nona y cuando atajaba jugaba a que era José Alberto ‘Perico’ Pérez, el reconocido arquero de River”, recordó.

VOLVER A NACER

A fines del año 2024 Carlos Andolfo vivió un momento de salud complicado donde su vida estuvo en riesgo tras una operación “Me tuvieron que hacer una reconstrucción de lumbar porque no tenía más disco. En la operación tuve una descompensación, algo pasó, tuvieron que hacerse transfusiones, estuve en terapia 5 días y me fui para el otro lado. Estuve jodido pero no me quieren ni allá”, contó.

Tras salir de las dificultades, el exarquero reconoció que esa experiencia le hizo replantearse muchas cosas. “Estar de un lado o del otro de la vida es más fino que la separación de dos baldosas. Ahí te das cuenta que no sos nada y que tenés que disfrutar lo que tenés”.

“Yo siempre fui de disfrutar lo que tengo, pero ahora lo hago con más pasión. Además lo hago acompañado de una familia hermosa, una compañera de vida la ‘Nana’ que va a la par y siempre estuvo presente y es un puntal importante en la familia, también tengo unos hijos increíbles y amigos de fierro”.

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