
El Pilates es un sistema de entrenamiento, una metodología de entrenamiento corporal que nació en Alemania a principios del siglo XX. Esta disciplina ha tenido un gran crecimiento en la ciudad de Paraná, y en el país, desde la primera década del 2000. En la actualidad son más de 50 institutos o gimnasios donde aplican el pilates.
Angelino comenzó en el inicio del 2000 y hace más de 10 años que instruye a instructores. “Joseph Pilates se inspiró en el yoga, en gimnasia, en levantamiento olímpico, en acrobacia y creó un solo método para desarrollar todas las posibilidades dentro del movimiento de un cuerpo. Siempre con el objetivo de devolverle la via a las personas. Personalmente siempre sigo profundizando y explorando el método ya que nunca se termina”, comentó César Angelino, uno de los referentes de la actividad en la ciudad.
Nació en Maciá y se radicó en Paraná cuando llegó a estudiar para Analista de Sistemas que lo hizo por unos años hasta que encontró su verdadera pasión. “Mi hermana fue mi inspiración para estudiar sistemas, pero yo me di cuenta que pasaba mucho tiempo encerrado y estudiando. No veía que mi camino fuera ese si bien me gusta la tecnología pero ya no quería saber nada”, contó
“Mi viejo también fue mi inspiración porque en algún momento hizo educación física o hacía las veces de y me motivó hacer algo que tenga que ver con el movimiento. Trabajé en muchos gimnasios y en el 2004 apareció el pilates”, recordó.
Al conocer la disciplina comenzó a sentir intriga y a querer interiorizarse en el tema. “Me ofrecieron empezar a dar clases de pilates y me mandé de caradura. Me empecé a perfeccionar en Rosario y en Buenos Aires donde tuve la suerte de conocer mucha gente, entre ella una alumna que había viajado a Barcelona y trajo un afiche de un estudio en Barcelona donde tenían muchos aparatos y eso me dio más curiosidad”.
Tras integrar durante varios años el staff de una escuela de pilates, gracias al esfuerzo y el acompañamiento de familiares y amigos logró abrir su propio estudio de pilates. “Todavía sigo estudiando el método. Viajo tres veces al año a Río de Janeiro y también estoy haciendo una certificación internacional con un maestro español de pilates clásico”, sostuvo.
“Es algo que me ha dado tantas satisfacciones y me ha permitido llegar a distintos lugares. Además he conocido muchas personas y que hoy las considero mi familia pilatera. Creo que tuve la suerte o magia, o estaba destinado, no sé, de llegar tan lejos y a tanta gente. Todo eso me llena de placer y me motiva a seguir buscando y seguir conectando con gente que quiere conocer el método como a mí me gusta”, señaló.
Hace unos años existía una estigmatización sobre el sistema que solo podían e iban mujeres de avanzada edad o personas con problemas físicos, pero con el tiempo tanto hombres y mujeres, jóvenes y adultos, asisten a clases de pilates. “Cada vez son más las personas que van y hacen pilates”, destacó Angelino
“El pilatesno es aburrido. Muchos piensan que vas a estar acostado, pero es muy poco tiempo que estás en reposo”, acotó.
En el pilates “hay un método, una forma de hacer las cosas. Hay un paso a paso que nos da un orden porque todo empieza de fácil a difícil que se va desarrollando con el tiempo”, contó el profe de pilates que además se está perfeccionando para ser profesor de Educación Física.
MODALIDADES DE PILATES
Angelino reconoció que actualmente se aplican dos variantes de pilates: clásico y contemporáneo. “El pilates clásico, el que trabajamos en mi estudio, consiste en ciertos ejercicios que conforman una serie y un orden. Eso nos da un norte para poder trabajar con cada persona de acuerdo a sus posibilidades porque no todas las personas pueden hacer el mismo trabajo”, explicó el especialista.
“Es un trabajo personal donde se abordan las necesidades específicas de una persona. Nosotros tenemos esta línea de trabajo y además hay todo un sistema con aparatos, equipamientos, donde además del reformer (camilla) hay un cadillac (estructura metálica en forma de "dosel" sobre una cama acolchada)”, comentó.
En tanto que “el contemporáneo es una aplicación de la línea de trabajo del clásico, pero en realidad modificada para usar un mix con otras técnicas que hoy se usan bastante como en fitness y por ahí se usan otros elementos como pelotas, bandas, mancuernas y demás. También tiene que ver mucho con otras disciplinas como circo, telas, así que se mezcla con otras cosas”.
Asimismo, Angelino explicó que con el pilates se logra equilibrar fuerzas y flexibilidad en el cuerpo, tanto tren inferior como superior. Además sirve como una buena manera de suplementar con el gimnasio. “Se trabaja en toda la cadena muscular para conseguir que trabajen equilibradamente y en conjunto”.
“La idea fundamental es conseguir una metodología de trabajo ordenado y equilibrado. Particularmente siempre buscamos un balance. Generalmente todos tenemos un lado más hábil, más fuerte, más flexible o a veces hay algunos pequeños desbalances que hay entre ellos que generan algunas incomodidades. Lo que tratamos de hacer es que ese cuerpo esté equilibrado en fuerza y en flexibilidad”, sostuvo.
Y reconoció: “Las personas que hacen un deporte muy repetitivo, como tenis, fútbol tiene un lado más desarrollado que el otro por eso generalmente también las lesiones son muy repetitivas. Nosotros lo que tratamos de hacer es equilibrar el centro de energía para que el cuerpo siempre esté disponible de la mejor manera. Obviamente es un proceso, nada se hace de un día para otro nadie se para en una mano, nadie puede concentrar la fuerza, o tal vez sí pero podemos siempre buscar un poquito más”.
“Uno con la experiencia va encontrando cuáles son los puntos débiles a la hora de hacer pilates. En realidad a veces no es fortalecer lo que ya está fortalecido, sino trabajar en eso puntos donde tengo problemas y enfocarme en lo que requiere más atención. Hasta el más entrenado tiene sus puntos débiles pero igualmente se enfoca en nuevos desafíos”, reconoció Angelino.
Unas de las recomendaciones que da Angelino a la hora de iniciar con la práctica lo ideal es tener como mínimo dos estímulos semanales, ya que cada sesión normalmente es de una hora. “Con dos veces por semana es más fácil hacerlo parte de su rutina. Es lo que uno pueda, si bien para mi una vez es poco. El cuerpo se acostumbra, se adapta y uno va aprendiendo un poco cuál es el ritmo de la clase”, comentó.
Al ser una disciplina completa hace que trabaje todo el cuerpo. “Nuestro cuerpo es un todo, y en ese todo también está la cabeza que en ese momento hay que ver dónde está. Si uno siente lo que está haciendo, si se conecta con el ejercicio o el movimiento que uno le está enseñando, esa persona va a sentir la parte del cuerpo que está trabajando”.