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"Facu" Altamirano, el héroe del campeón argentino, Patronato

El 5 que se volvió arquero. La era post Bértoli y sus manos salvadoras. La historia del penal atajado a Suárez y la "locura" de ser campeones. La confianza de Sava. El pibe de Rojas que se metió en el corazón y la historia rojinegra.

El arquero fue clave para Patronato en la obtención de la Copa Argentina. En la competencia tapó penales decisivos que lo llevaron a reconocimiento del hincha rojinegro y a la historia grande del club paranaense. El nacido en Rojas recordó el histórico logro y remarcó las claves del equipo.

Con 26 años y poco menos de un año en la institución, Facundo Altamirano se metió en la historia grande del Club Atlético Patronato. El arquero fue una de las figuras claves para la obtención de la Copa Argentina con grandes actuaciones y decisivo en los penales. El oriundo de Rojas, provincia de Buenos Aires, reconoció que fue algo impensado e inesperado. “Muy contento por el logro, siendo muy sincero es algo que no esperábamos. Es más recién caí de lo que logramos en vacaciones que me puse a ver algunos partidos desde que arrancamos el torneo y la copa. Fue una locura hermosa”, contó el joven arquero que fue recibido como héroe en su pueblo.

El arquero, sin dudar, reconoció que gran parte de este logro fue por la impronta y el aporte continúo de Facundo Sava en la conducción del equipo. “Fue clave porque le dio forma al plantel con más jugadores y le cambió la cabeza a todos. Siempre nos habló transmitiendo seguridad y tranquilidad para poder hacer lo que querramos adentro de la cancha”.

“Nos decía que si nos equivocamos no pasaba nada, pero que no nos caigamos pensando en lo qué pasó y volver rápido al juego apoyando a los compañeros ante cualquier error”, sostuvo.

“Eso para mi fue la clave y para llegar a esos niveles arriesgando, lo hicimos mucho, no podríamos regalar nada, teníamos que ganar los partidos y así íbamos. Esa fue una clave, ser atrevido”, remarcó.

Colón, de Santa Fe, Gimnasia y Esgrima de La Plata, River, Boca y Talleres. Esos fueron los escollos que tuvo que superar el Patrón para llegar a la historia. Y de esos cinco cotejos, en tres, Altamirano fue el de las manos salvadoras tapando penales de Pulga Rodríguez, Aliendo, Matías Suárez, Óscar Romero, Alan Varela y Sebastián Villa. “Fueron partidos complicados que pudimos sacar adelante”,contó.

Y de esos recuerda la anécdota que tuvo como protagonista a Matías Mansilla en el Partido ante River. “Con Mati en la concentración miramos a los rivales y el entrenador de arquero nos pasaba los penales de cada uno y nosotros anotamos todo. Y Suárez había pateado pocos y no me acordaba dónde pateaba, en el momento del partido cuando va a patear miro al banco y no entendí la seña que me hacía, dije ya fue que sea lo que dios quiera. La cruzó fuerte y la pude tapar”.

“En el vestuario le pregunté a Mati que quiso decir y me dijo que era al medio, menos mal que no le hice caso”, recordó.

Facu Altamirano llegó a la institución de calle Grella a principios de 2022 para ser suplente de Mansilla. Realizó la pretemporada y comenzó la Liga profesional en el banco de suplentes, pero ante la desafortunada lesión de Mati, el bonaerense tuvo su debut en mayo en la caída ante Defensa y Justicia. Desde ese entonces su participación fue de menor a mayor que culminó con la coronación en la Copa nacional.

“A Patronato lo conocía de enfrentarlo con Banfield, lo mismo que la ciudad que solo venía a concentrar y jugar. Acá me encontré con todo lo que es el club, la ciudad me encantó”, recordó.

Asimismo, reconoció que fue toda una apuesta al crecimiento personal aceptar la propuesta. “En si me la jugaba porque necesitaba y quería jugar. A los retos en sí me los tomo con tranquilidad sabiendo el potencial que uno tiene y viendo que depende solo de mi. Si no tomaba esos riesgos no pasaba lo que pasó, además la comodidad no me gusta. Por suerte se dio así”.

Además venía a defender un arco que en su momento dejó Sebastián Bértoli y que costó conseguir un reemplazo. “No era sencillo, conozco a Bértoli y lo que significa para el club. Son riesgos que uno toma y cualquier jugador lo sabe. Ojalá el que venga lo haga mejor porque así el club va a estar bien”.

Sus actuaciones, coronadas con el título, le dieron un mayor reconocimiento el pueblo rojinegro del cual Facu siempre estará agradecido. “Patronato va a seguir en mí siempre. Me marcó como jugador y le estoy super agradecido por lo que pasó y el reconocimiento de la gente. Mucha gente nos acompañó, sobre todo después de lo de Barracas donde se complementaron con nosotros viendo que estábamos comprometidos con la situación”, manifestó.

“Si me toca irme me va a doler mucho porque vivimos cosas muy lindas, pero uno siempre piensa en la familia y en el futuro”, remarcó el futbolista que aún mantiene incierto su destino.

DEL MEDIO AL ARCO

En su pueblo Facu comenzó jugando al fútbol de 5 por superpoblación de arqueros. “Siempre me gustó el arco, pero no me dejaban atajar porque no había 5 y si arqueros. Más que siempre completamos el equipo con lo justo, entonces también al ser grandote sacaba ventaja con el físico”.

“Pero a los 12 años tuve una operación de rodilla, donde estuve un año en muletas y tenía que tomar corticoides, lo que me hizo engordar. Ahí sí me mandaron al arco”, contó.

Durante su formación futbolística, Altamirano realizó distintas pruebas en varios clubes pero en cada institución lo rechazaban por que ya contaban con arqueros similares. “Me decía que no por esa cuestión y además para no ocupar un lugar en la pensión”, recordó el futbolista que sí tuvo suerte en Banfield.

”Facundo Espina entrenador de arquero de Rojas (su pueblo natal) estaba en Banfield y me contacta para probarme. Fui una semana y quedé, ahí comencé con la formación de profesional”, señaló el arquero categoría 96 que tiene como referente a Marcelo Barovero y a Federico Vilar, colega y coterráneo. “Fede me ayudó mucho en el fútbol, siempre me acompañó en los momentos que estuve mal en Banfield, siempre le pido consejos. También es un referente como persona”, valoró.

Pasaron los años de formación, en 2017 debutó en Primera del Taladro en la derrota ante River Plate, pasó por Estudiantes de Buenos Aires, regresó a Banfield y llegó a Patronato. En ese corto tiempo Facundo aprendió a mantenerse tranquilo y ajeno al exterior para que no afecte su rendimiento.

“Para entrar a un partido voy tranquilo, siempre fui así. Desde el día que debuté me plantee estar tranquilo si no salían las cosas mal. Después veo los partidos y estoy tranquilo. No me permito estar nervioso porque de esa forma pueden pasar cosas que no son habituales con distracciones, entonces yo trato de dejarlo de lado para hacer mi partido”.

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