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Homenajes a jugadores locales

Fredi Romero, talento nato surgido de Peñarol

Símbolo del fútbol de la Liga Paranaense y del Tricolor, su segunda casa. Infancia dura en barrio Las Flores, se apoyó en el fútbol y su madre. Un distinto en el mediocampo. A sus 58 sigue vigente en el fútbol libre de veteranos.

El nacido en barrio Las Flores de Paraná comenzó a patear y a jugar el fulbito con los amigos del barrio. En su zona las pasiones estaban divididas algunos con Sportivo Urquiza y otros con Peñarol. Y desde el primer momento su corazón tiró para el lado de Peña, lugar que le cambió la vida y se convirtió en su segundo hogar.

“En el barrio se hablaba mucho de ambos equipos y siempre elegían a dos o tres para ir a Sportivo y otros para ir a Peñarol. Y yo decidí ir de una al club que marcó la vida”, destacó Alfredo Romero.

La carrera futbolística lo llevó a vestir las camisetas de Atlético Paraná, Universitario y equipos de Paraná Campaña. “El que me llevó a Atlético Paraná fue Osvaldo “Nene” Castillo que me buscó a mi casa y me llevó al club. Ese fue un gran año con una experiencia nueva en un grupo bárbaro”.

Desde joven comenzó a trabajar en una dependencia del Ministerio de Salud de Entre Ríos y por ese motivo la carrera como futbolista no fue una opción para que sea su sustento. “En Paraná tuve oportunidades de dedicarme a ser futbolista, pero dije que no porque tenía a mis hijos chicos y un empleo estable por eso no me anime. Y no me arrepiento de esa decisión”, el exmediocampista.

“Gracias a Dios, a pesar de solo haber jugado en la liga y en Paraná campaña, pude hacer la casa para mis hijos. Yo con mi vieja pasé muchas cosas y por suerte a ellos les pude dar lo que yo no tuve”, destacó Fredi.

Fredi Romero se destacó por ser un jugador que se movía por todo el frente de ataque desde su posición de enganche. “Me gustaba moverme por todo el campo cosa que aprendí con los años en el fútbol”, contó. Uno de los jugadores de su época donde buscó reflejarse fue en Esteban “Chiquito” Barrios: “Es de lo mejor que vi en el fútbol paranaense, era impresionante y me enseñó algunas cosas”.

FÚTBOL DE VETERANOS

A sus 58 años de edad, Fredi sigue despuntando el vicio con la Agrupación Los Amigos en la Liga de Veteranos en el complejo Chapino. “Ya son varios años que conformamos un lindo grupo de fútbol que además ya es una familia. Jugamos los sábados y después disfrutamos del tercer tiempo comiendo algo todos juntos”.

“La pasión que no se termina nunca, es una cosa que al que le gusta no se acaba”, destacó Romero.

EL FÚTBOL, SU VIDA

“El fútbol para mí es todo. Es algo que lo llevé siempre de chico y hasta ahora de grande, por más que ande dolorido, los sábados salgo a jugar igual. Esos días son míos hasta que me dé voy a seguir jugando”, remarcó.

Pese a haber disfrutado de su carrera deportiva, Alfredo solamente se arrepiente de no haber podido compartir cancha con sus dos hijos al mismo tiempo. “No pude cumplir con el sueño de jugar juntos en Peñarol, si lo hice con el mayor y con el más chico en Universitario. Hicimos pretemporada los tres juntos pero al final no se dio”.

PEÑA, SU HOGAR

Peñarol lo cobijó desde el primer momento y esa contención Fredi la sintió desde el primer momento. “Amo a Peña porque viví tantas cosas lindas y creo que los clubes salvan vidas porque a mí me ayudó muchísimo al igual que a mi familia”, reconoció.

Después de haber pasado muchos momentos lindos, y otros no tanto, Romero lamenta el actual presente de la institución. “Me duele mucho ver al club así porque se han perdido muchas cosas. Cuando yo estaba había canchas de bochas, ping pong y otras actividades para los chicos y hoy ya no hay nada de eso. Me han llamado para colaborar pero he dicho que no porque yo quiero que las cosas se hagan bien”.

Y destacó: “Conozco al actual presidente del club y se que es una persona que ha ayudado a muchos chicos de inferiores ya que él mismo los llevaba cuando no tienen cómo ir para jugar”.

Una de las anécdotas que más recuerda vistiendo la camiseta del tricolor de barrio Pirola fue en una victoria que le valió la permanencia en primera división liguista.

“Me acuerdo que gambeteó a varios, al arquero y le doy el pase a Ricardo Montero que hizo el gol. El tema que después le entregaron un reconocimiento a él y yo había hecho toda la jugada”, recordó.

UNA VIDA SACRIFICADA CON LOS PILARES FUNDAMENTALES

Fredi atravesó una infancia marcada por el acompañamiento incondicional de su madre María. “Fue todo en mi vida. Además de mi vieja fue mi amiga y la extraño cada día. Además andaba siempre ayudando a Peñarol”, contó.

“Fue una infancia dura. Mi vieja me crió solo, éramos 3 hermanos y yo era el más chico y en su momento solo quedamos dos, yo fanático de Peñarol y él de Sportivo”.

“Ella, una persona que no sabía leer ni escribir, me enseñó los valores, el respeto y a nunca bajar los brazos. Por eso no me arrepiento de lo que hice en mi carrera”, señaló.

Y con respecto a sus hijos reconoció: “Mi familia es todo, ellos son todo para mi. A pesar que me porté mal con las madres de ellos, creo que está bueno reconocer en vida los errores de uno, ellos son lo más importante que tengo”.

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