
El crespense consiguió su primera victoria en el Turismo Nacional Clase 3 en el Autódromo de Concepción del Uruguay en la séptima fecha de la temporada 2021. El joven piloto tomó esta victoria como un gran premio al esfuerzo de tantos años que en su momento tuvo una pausa en el automovilismo debido a malos momentos.
“El Turismo Nacional te da la oportunidad de poder ganar por la paridad, porque el reglamento hace que cualquier marca pueda ganar. Si largó décimo también podés ganar no como en otras categorías que si no estás entre los 5 primeros de clasificación se te hace muy cuesta arriba”, reconoció por un lado el piloto de 29 años de edad.
Por otro lado, fue un desahogo de mucho esfuerzo, superación y relajación. “Cuando me dedicaba exclusivamente al automovilismo tenía ciertas presiones que no las tengo ahora que voy los fines de semana a divertirme. Insisto que pongo todo lo necesario, pero voy con otra mentalidad, lo encaro de otra manera porque estoy más relajado”, sostuvo.
Dice que es un momento divertido para manejar porque “cuando peor va el auto es mucho más divertido. En el TC cuando el auto va mal, te va mal directamente. Por ejemplo en el TN cuando se va de cola, es decir se pone de costado, es cuando más tenés que acelerar. Al ser de tracción delantera y se pone mucho de costado, cuando vas contra una pared es cuando más tenés que acelerar”, contó.
Y el pasado 25 de julio, en el circuito de La Histórica levantó la copa por primera vez y en ese momento de ver el cartel de última vuelta, el crespense recordó toda su carrera desde el karting hasta su presente. “Cuando te ponen el cartel es cuando dicen en la jerga que empezás a escuchar cosas que se van a romper o salir, pero en ese momento sólo empecé a recordar mi carrera, a los preparadores, a la familia, a amigos, a sponsors que tuvieron por una sola carrera´”.
“Cuando me pusieron un micrófono lo único que quería era decir gracias a todos esos que tuvieron. Hoy estoy corriendo gracias a los que están en el auto, pero todo tiene que ver con el inicio, con esos momentos malos, donde la pase muy mal durante mucho tiempo y hubo gente que no me dejó dejar el automovilismo”, sostuvo Gassmann.
Al respecto de esos tragos amargos, el piloto reconoció que son los que ocurren en cualquier ámbito de la vida, a cualquier deportista o persona. “Si las tenés que tomar como crítica, con pinzas y aprender de eso, peor no echarte la culpa. Porque en este rubro especialmente no te olvidas de manejar de un día para el otro. Si me preguntás, en Bahía Blanca me fue malísimo, y yo no aprendí a manejar desde ahí a Concepción del Uruguay”.
“La verdad en su momento la pasé muy mal. Soy muy autocrítico y cuando las cosas no empiezan a salir una cosa lleva a la otra desencadena en muchas cosas de malas, en decisiones o como quieran llamarlo que empiezan a escuchar las opiniones 'porque el auto’ o ‘aquello' que te empieza a bajonear y empezás a escuchar eso que no tenes que escuchar”, explicó.
“Pero hace 2 años cuando me iba mal por varias fechas la culpa era mía. Y ahí es cuando empezás a escuchar muchas cosas, comenzás a presionarte y de golpe ves el presupuesto, el esfuerzo, la cantidad de gente que depende de vos, la marca de la empresa que estás representando y empezás a presionarte por muchas cosas y lleva a pasarla mal. Yo la pase mal, quería dejar de correr”, contó, y señaló que "el automovilismo en sí es un deporte ingrato, porque de 16 fechas al año, sólo tres pilotos se van contentos en cada jornada".
“Hay que trasladar eso a cualquier ámbito de la vida. No siempre vas a estar en la élite y vas a cometer errores. El tema es estar preparado en el momento que cometiste el error”, remarcó Joel. Su apoyo para salir de ese embrollo fue estar con las personas adecuadas, a los que hoy agradece por el apoyo incondicional que le dedicaron. Pero igualmente agradece a quienes le hicieron mal.
“A los que me criticaron e hicieron mal también les agradezco, porque hoy lo veo con el diario del lunes, porque en ese momento me dieron la fuerza que necesitaba. Ese desahogo que tuve al final de la carrera fue por todo eso. Fueron miles de nombres que se me cruzaron por la cabeza para recordarlos pero no. Les agradecí porque me dieron fuerzas para haber llegado. Solo digo que hay que verlo del lado positivo”, remarcó el piloto.
Asimismo, hizo hincapié en los criticadores que siempre hablan por demás y desde la comodidad de su casa a través de las redes sociales. “También tiene que ver con la exposición, está ese tipo que lo mira desde el sillón de la casa y uno dice que le voy a dar bola a este tipo que está tirado tomando cerveza. Decís no le voy a dar bola, pero pasa una o dos veces, el tipo se convierte en 15 personas y vos seguís con la cabeza que venís mal de pronto te acostás mirando el techo y recordás eso y decís: no, no puedo”.
Abstraerse de la opinión de afuera es uno de los aspectos más importantes que promueve Gassmann porque es en ese momento donde uno empieza a dudar si el problema es uno mismo. “Venir ganando 19 vueltas y media. Me faltaban 300 metros para llegar, me tocaron, me pasaron y terminé segundo. Es decir terminaste segundo de Ardusso, de Manuel Ursera que ganó 4 campeonatos y es puntero del TC. No me fue mal, es como decir que a la Selección le fue mal y no. Pero en ese momento cuando venís pensando cosas y dices seré yo, el auto u otra cosa”, ejemplificó.
UN PILOTO CON RESPONSABILIDADES
A finales del 2018 Joel dejó el TC Pista para dedicarse a la empresa familiar que fundó su padre hace varios años que se dedica a la nutrición animal, a la producción de huevos, corralón de materiales de construcción y transporte que también tiene puestos de venta en el resto del país.
“En el automovilismo hay de todo, algunos que viven de eso. Yo tengo la suerte de estar a cargo de la empresa familiar y me doy el gusto de correr en auto como hobby poniendo la responsabilidad que se merece”, destacó el crespense.
Es el segundo año que hace ambas cosas al mismo tiempo, sobre todo desde el 2020 cuando su viejo decidió retirarse por la pandemia y le delegó toda la responsabilidad.
“A fines del 2018 tomé la decisión de no correr y dedicarme a la empresa que es lo que más necesitaba. Tengo 3 hermanas, dos no están vinculadas con la empresa y una me dio la responsabilidad de quedarme con la gerencia y tenía que ponerme las pilas. Bueno apostamos a eso y una cosa fue llevando a la otra”, reconoció.
Pero la ausencia arriba de un auto de competición fue corta ya que en enero de 2019 confirmó su arribo al TN ya vinculando ambas actividades. “Después vimos la posibilidad de seguir corriendo sin tener que dejar de prestarle atención a la empresa. Es una categoría que te da tiempo, qué es lo que más se necesita. Hasta fin de año apuesto a poder terminar con las dos tareas “, manifestó
UN AMANTE DE LOS DEPORTES
El automovilismo en la vida de Joel Gassmann llegó por mera casualidad ya que nadie de su familia estaba ligado al mundo de los fierro. Es más, Joel tuvo un periplo importante por las distintas disciplinas deportivas que se podían realizar en Crespo.
Practicó fútbol en Unión y Sarmiento, siendo “un 5 bastante olvidable, tratando de manejar”. Básquet en Unión, donde jugó de base y tuvo participaciones en la Selección de la APB. Hizo tenis en Cultural. Jugó a las bochas y ahora juega al padel. “Me gustan mucho los deportes, y las disciplinas que no entiendo por ejemplo en los Juegos Olímpicos las busco y me meto en eso”, destacó sobre su pasión deportiva que en un momento de su infancia lo llevó a realizar fútbol, básquet y tenis al mismo tiempo.
La etapa arriba de los cuatro ruedas comenzó en una de sus vacaciones familiares a Carlos Paz. “De chico veía por tele correr a Rossi, a Werner correr en Karting, y después el tiempo me dio la posibilidad de correr con ellos. Pero en ese entonces con mi viejo fuimos a correr una carrera entre los dos y le gané. El muchacho que está ahí le preguntó a mi viejo hacía cuanto corría y le dijo que nunca había corrido. Y me invitó a correr con unos amigos. Era entre 12 y les gané”, recordó.
Meses más tarde su padre, y en medio de un viaje, le preguntó qué quería ser cuando sea grande. “Le dije remisero y me preguntó por qué, ‘porque me gusta manejar’ y de sorpresa me compró un karting a los 11 años. Unos meses después de debutar, hice podio en mi primer podio. Igual ya estaba grande por el karting, ahora se suben con 4 años”.
Lo más curioso es que su padre nunca estuvo relacionado al automovilismo “en su vida vio un auto de carrera”, reconoció. Y contó una anécdota ya desde su infancia que lo conectan con la pasión fierrera. “Yo miraba las carreras e iba con compañeros de trabajo que eran empleados de mi viejo a las carreras en Paraná. Los chicos acá cobraban y dejaban 10$ para la carrera. Esa semana la empresa se cerraba el martes y todos se iban a Paraná y mi viejo iba, donde había joda él iba”.
Con el correr del tiempo comenzó a seguir las distintas categorías argentinas y comenzó a tener de ídolo a Omar “Gurí” Martínez. “Siempre miré y admiro mucho al Gurí. Estas idas a Paraná nos dio la oportunidad de ir a los boxes los sábados a la tarde que dejaban al público me instalaba 5 horas afuera de la casilla del para sacarme una foto con él”.
“Después de vernos tantas veces empezamos a tener una mini relación. El puso una tienda en Crespo, que atendía a la mujer, y por ahí teníamos charlas con él. Tuvimos una relación casi impensada con una persona que para mí era un dios. Después, tener la suerte de correr en su equipo fue todo medio loco”, manifestó el piloto que dejó el equipo Martínez Competición en 2018.