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Homenaje a Armando Sosa, uno de los héroes de Patronato 78

Se formó en Peñarol, desde donde fue transferido a la 1ra. de Colón a los 17 años. Su huella quedó plasmada en el ascenso al Nacional con Patrón, a quien eligió por sobre Lanús. Marcó a Maradona en el Grella. Su humor, su garra y su zurda.

Oriundo de Diamante y por cuestiones de trabajo de su padre se radicó en Paraná desde muy chico. En la zona de barrio San Agustín uno de los primeros equipos que integró fue en Almagro, un club del barrio y luego se desarrolló como futbolista en Peñarol.

“A los 7 años arranqué con varios muchachos que empezamos jugar juntos y ganábamos todos los campeonatos. Carlos Toly, Armando Toloy, Luis Martínez, Rubén Zarate, un muy buen equipo pero no llegamos a jugar en primera. Jugaba en cualquier parte con tal de jugar.

En el año 1971 me vendieron de Peñarol a Colón. “Dos años después de debutar en primera me vendieron cuando tenía 17 años”, contó. “Mi llegada fue una incógnita porque antes de un partido contra Atlética Paraná, el padre de Daniel “El Tarta” Martínez, me llama y me dice ‘Zurdo mirá que te vinieron a ver de Colón’. Aparentemente anduve bien y arreglaron enseguida y ni el club me avisó porque me dijeron tenes que viajar a Santa Fe”, recordó.

“Aparecí en el predio, me presentaron al plantel de primera ni bien llegué. Había cada figura, cada jugador que estaban dirigidos por el Gitano Juarez. En Colón se portaron muy bien. Siempre digo que por algo tienen ese estadio y esa institución por la calidad de los dirigentes. A mi me dieron todo. Fueron 4 años que anduve bien y me llevé el reconocimiento de la gente”, contó.

El regreso a Paraná se dio tras la finalización del contrato con el Sabalero. Se fue a probar a Lanús, “quedamos en encontrarnos y cuando volví a mi casa mi hermana me dice que vaya a hablar con el doctor Gan, presidente de Patronato, que me había ido a buscar durante varios días. Lo busqué y me ofreció jugar en el club y un trabajo. Me dijo ‘Patronato no te puede pagar lo que ganabas en Colón, pero no te hagas problema yo te consigo un trabajo’. Gan era un apasionado por el fútbol y por el club”.

Pese a haber tenido las oportunidades para ser jugador profesional, no se arrepiente de dejar pasar las oportunidades que surgieron. “Nunca me arrepentí de lo que hice porque todo lo hice conscientemente”, sostuvo.

PATRONATO 1978

Para Armando, y como tantos otros jugadores que pasaron por ese plantel que consiguió el Regional de 1978 y que luego disputó el Torneo Nacional, Patronato llegó a esa instancia gracias al buen trabajo previo. “Siempre trabajamos muy bien la parte física con Oscar Oliva y Carlos Zuiani. No sentimos para nada la diferencia, por algo hicimos una buena campaña, que fue todo mano a mano donde ni Boca nos pudo ganar”.

“El Regional lo ganamos muy bien. Me acuerdo del regreso tras la coronación, fue un recibimiento para llorar. Ese recorrido que hicimos por la ciudad estaba todo lleno de gente, mi hija que era chiquita lloraba porque veía que no llegaba”, recordó.

Sosa destacó al grupo por sobre la individualidad de aquellos planteles donde había “grandes personas y todos somos amigos con los que nos solemos juntar todos los años”. Y también resaltó la figura del entrenador del equipo, Ángel “Tano” Omarini. “Era muy capaz, tenía mucho conocimiento a veces nos hablaba personalmente, otras le hablaba al grupo. No dejaba escapar nada”.

Unión de Santa Fe, Huracán, Atlético Tucumán, Boca, Chacarita, Gimnasia y Esgrima de Mendoza y Platense fueron los equipos que les tocó enfrentar en la máxima división del fútbol argentino de aquella época. Los buenos rendimientos demostrados en el Regional y la preparación que hicieron en meses anteriores le sirvieron para afrontar el duro torneo contra rivales de fuste.

“Para planificar esos partidos teníamos que tener mucho cuidado y en el partido teníamos que estar atentos a todas las jugadas y los movimientos de los contrarios.

SOSA ENTRENADOR

A principios de la década del 80, Armando Sosa, ya alejado de las canchas de manera activa, incursionó por un corto tiempo en la conducción técnica en las inferiores de Patronato.

Sin embargo se lamenta no haber podido continuar en ese rol por falta de propuestas. “Nunca me llamaron. La única vez que me preguntaron si quería dirigir en el club pero creo que es una deuda pendiente. Igualmente creo que en el club le han dado pocas chances a los jugadores del 78”, dijo.

EL DÍA QUE MARCÓ A MARADONA

El 17 de abril de 1981 el Presbítero Bartolomé Grella fue sede de un amistoso histórico para el fútbol de la ciudad. Un selectivo de Paraná enfrentó a Boca Juniors que contó en su alineación con Diego Armando Maradona, entre otros grandes jugadores argentinos de la época.

Y Armando Sosa fue uno de los jugadores de la ciudad que conformó ese equipo y tuvo la complicada tarea de marcar a Maradona. “No fue fácil pero tampoco tan difícil porque teníamos una metodología con los muchachos cada uno lo agarraba a uno y siempre había que estar atento a los demás. Por ejemplo si se iba mi marca tenía que mirar y ver quién estaba libre. La picardía del jugador es cuando uno anticipa al contrario por eso hay que saber leer el partido”, señaló.

“Cuando entré a la cancha y lo vi a Maradona no lo podía creer. Le pedí la foto y enseguida dijo que sí y nos sacamos la foto con Julio (Solanas). Era un pibe que volaba con 22 años, había que tenerlo y marcarlo. Ni quise tocarlo”, contó Sosa.

EL FÚTBOL, SU PASIÓN

Con 73 años de vida y una carrera que lo colmó de alegrías y de satisfacciones por haber conseguido lo que se propuso, Armando reconoció: “El camino que hice fue hermoso. No me arrepiento de nada porque me dio una gran satisfacción todo el recorrido. El fútbol me dio muchos amigos. La Mona Ibarra es uno de esos que cuando yo debuté en primera él ya era La Mona y me hice amigo cuando llegué a Patronato”.

Sosa dejó un gran legado en el fútbol paranaense y sobre todo en Patronato, donde lo tienen como referente. “Al haber jugado en el Patrón tuve y tengo la suerte que los padres que llevan a sus hijos al fútbol me pidan consejos. Yo lo único que les digo es que tienen que practicar, para ser cada día mejor, y ser buenos con sus compañeros. Creo que es importante aconsejar a los más chicos”.

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