Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Nosotros

Hugo Osoro, un referente en el arco del fútbol paranaense

Su carrera estuvo marcada por los tres palos en Atlético Paraná, Patronato y otros equipos de la ciudad. Es considerado uno de los mejores arqueros de la historia deportiva provincial. Casi va al Boca de Lorenzo. La leyenda de La Pipa.

Empezó en los torneos libres de papi fútbol y luego pegó el salto a la primera del Gato paranaense. Pudo ir a Boca de la mano del Toto Lorenzo, pero le cortaron la ilusión. La mayoría de la gente conoce a Hugo Osoro como “Pipa” apodo que se ganó en su infancia. Desde muy chico Hugo fue un apasionado del fútbol y todos los días se la pasaba jugando a la pelota con sus amigos en el campito del barrio en la zona de calle Patagonia, a unas cuadras de su casa. “Jugábamos desde las 8 de la mañana hasta el mediodía donde terminábamos muertos. Y diariamente por ahí pasaba un hombre con un carro ruso que llevaba arena a las obras y un día lo paré y le pedí que me lleve las tres cuadras que había hasta mi casa. Y justo el apodo de ese hombre era ‘El viejo de la Pipa’ y me quedo a mi”, recordó.

“También me decían el viejo de la pipa pero con el tiempo lo hicieron más corto porque se hizo popular”, contó.

Su carrera deportiva comenzó en el Club Atlético Central Laprida pero como jugador de campo, de número 9. “Era el club de mi barrio que ya no existe y después me fui a jugar en quinta y sexta en club Salta”. También tuvo su paso por el papi fútbol en Bajada Grande y luego en el club Estudiantes. “Mi viejo no me dejaba jugar pero yo me escapaba con mi primo que me esperaba en la esquina de casa con su moto y nos íbamos a jugar los campeonatos libres”.

“Y después pasé a jugar papi fútbol en la cancha de Atlético Paraná y ahí me vieron. Fue el Tano Omarini el que me descubrió, le dijo al presidente que por ese entonces era Roberto Muttio. Cuando me preguntaron si quería jugar ahí les dije el fútbol me encanta y ser arquero ni te cuento, el tema es que mi viejo no me deja porque quiere que estudie. Entonces me dijeron que lo iban a hablar para convencerlo, Muttio era primo de mi viejo, y así fue que minutos antes de que cierre el libro de pases me convertí en jugador del club”, recordó la Pipa

En su mejor época futbolística, Osoro tuvo la chance de convertirse en jugador de Boca Junior pero los dirigentes del xeneize le bajaron la ilusión. “Me quisieron muchos equipos grandes, pero cuando me veían decían ¿de dónde lo sacaste?”, sostuvo

Tal como le sucedió en Boca cuando el Toto Lorenzo lo vio jugando con Atlético Paraná contra Unión de Santa Fe. “Lorenzo me ofreció ir a Boca aclarando que no iba a jugar por que el titular era Gatti, pero que me iba a arreglar el sueldo y una vez que quede libre , porque una cosa era salir libre de Paraná y otra de Boca iba a tener otras oportunidades donde jugar”.

Igualmente el sueño se vio truncado por el propio presidente de Boca Juniors. “El presidente le dice al entrenador de dónde sacaste a este y estaba al lado mio A lo que el Toto le dice de Paraná. Al tiempo me dijo que me vuelva a Paraná y siga entrenando como estaba haciendo esperando otra oportunidad. Al tiempo me llama Lorenzo y me dice te mando el ticket, venite a Buenos Aires y de acá vas a Colombia. Le dije que no, iba a cualquier lado pero a Colombia no, pasa que justo era en la época brava de los carteles de droga”, reconoció.

LA ÉPOCA DORADA DE ATLÉTICO PARANÁ

En la década del 70, Atlético Paraná atravesó por una racha de cuatro finales perdidas en la lucha por ascenso a torneos nacionales. La Pipa Osoro fue parte de aquellos equipos y al respecto se expresó: “Creo que hay una sola explicación de lo que nos pasó. En determinado momento tuvimos dirigentes que no sabían en dónde se metía, si nosotros hubiésemos tenido a un Dr. Gan, como lo tuvo Patronato, nos hubiéramos cansado de jugar el Nacional”.

“Teníamos un gran equipo, hasta le sacamos el campeonato de liga a Talleres de Córdoba y estuvimos cerca en Formosa pero nos vendieron el partido con Sportivo Patria. Nos cobraron penales en contra, en otras oportunidades teníamos que sacar y sacaban ellos. Hubo mucho siga siga”, sostuvo.

“Y en Chaco al otro año nos fabricaron un penal después que por micrófono la voz del estadio le dijera al árbitro ‘señor referee, no se olvide que la clasificación de Sarmiento es suya y su vida está en nuestras manos’. Ahí ya nos echaron a uno y cobraron un penal”, recordó Osoro.

Con la llegada de la Pulga Ríos, proveniente de México y con paso triunfante por Vélez Sarsfield, el equipo de Atlético Paraná tuvo un cambio de mentalidad a la hora del trabajo y la preparación para los torneos. “Nos cambió el chip. Cuando llegó nos dijo ‘muchachos por como juegan y el plantel que tienen vamos a tener que poner un poco de seriedad al trabajo’ y eso nos entusiasmó”, señaló.

“Tal es así que nosotros entrenabamos a las 15 y ya a las 14 estábamos en el club. Y teníamos a una persona, el Negro Zapata, que era el encargado de prepararnos las cosas, el mate, el café y nos sentíamos de primera división”, contó la Pipa que por ese entonces además trabajaba en el banco de la Cooperativa del Este.

HIZO HISTORIA CON ATLÉTICO URUGUAY

La Pipa Osoro integró el plantel de Atlético Uruguay que consiguió el ascenso al Torneo Nacional de 1984 y además tuvo la dicha de enfrentarse nada menos que a River Plate. El grupo D de dicho torneo además contó con la presencia de Huracán y Estudiantes de Río Cuarto.

“Recuerdo que fue uno de los primeros partidos de Enzo Francescoli y debió haber sido el único gol de Américo Gallego de tiro libre y me lo hizo a mí”, contó Osoro.

El partido de local en Concepción del Uruguay y el que se disputó en el Monumental de Núñez terminaron en favor del Millonario 5-1 y 5-0. “Cuando entramos al monumental el pastito nos tapaba el tobillo. Empezamos a jugar de igual a igual los primeros 15 minutos, después no sabíamos qué hacer para agarrar la pelota. Era mucha la diferencia y se notaba”, manifestó.

EL MEJOR PARTIDO DE SU CARRERA

Dentro de los cientos de partidos que disputó a lo largo de su carrera, Osoro destacó un partido en Misiones, con Atlético Paraná que lo jugó lesionado.

“Nosotros viajábamos un sábado a Misiones y el viernes me lesioné jugando al básquet. Como llovía, fuimos a entrenar a la cancha de básquet de recreativo. Yo solía jugar al básquet con otros más y en una de esas me doblé el tobillo. Al entrenador le dije que lleve otro porque no podía ni estar parado”, relató. “Después apareció el doctor Ricardo Rizzo que me dijo vamos a hacer un trabajo especial para que el domingo juegues. Y yo le decía que era imposible, que conocía mi físico. Entonces me hizo un trabajo con cintas adhesivas, con hielo e inyecciones”. Las curaciones hicieron efecto y el domingo pudo estar presente en cancha. “Jugué con dolor, igualmente fue mi mejor partido además que ganamos 4 a 0”, contó.

Si bien se identificó mucho con Atlético Paraná, la Pipa vistió también la camiseta de Patronato. “Jugué mucho tiempo en Patronato pero me fui cuando me peleé con Gan. Yo era buen tipo, pero entraba a la cancha y me olvidaba del mundo”.

Pese a su paso por el clásico de la ciudad, el hincha de Paraná lo recuerda siempre y le tiene un gran aprecio. “Es hermoso que los hinchas de Paraná me recuerden con cariño. Los dirigentes me dieron una sorpresa cuando hicieron el mural y me encantó por el hecho que es lindo que te lo hagan en vida a los reconocimientos”.

PADRE DE UNA GRAN DEPORTISTA

Hugo Osoro es padre de la gran jugadora de pádel Aranzazú Osoro, referente a nivel nacional de la disciplina y que hoy es entrenadora de alto nivel en España. “Es una gran satisfacción verla crecer, alegre y bien. Haciendo lo que le gusta con el deporte que eligió. Es impresionante la fuerza y el talento que tiene” valoró sobre su hija.

Teclas de acceso