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Y eso que empezó a jugar de casualidad

Iara Navarro, el futuro del básquet entrerriano que crece a pasos agigantados

La paranaense cuenta con una historia particular. Empezó a jugar hace cuatro años y ya es jugadora de Selección Argentina, disputa la Liga Nacional y en unos meses continuará su carrera en el básquet universitario en Estados Unidos.

Con tan sólo 18 años, Iara Navarro vive un gran presente en el básquet, deporte que comenzó a practicar hace no más de cuatro años y todo por casualidad. De Paraná se fue con tan solo 3 años de edad junto a su familia a Neuquén capital y años después se mudaron a Villa La Angostura.

En el 2016 comenzó a jugar básquet en el Centro de Educación Física Municipal N°7, si bien años atrás tuvo una primera experiencia que duró poco tiempo, esta vez fue para hacerle un favor a una amiga. "Me pidió si me podía sumar al equipo porque no tenían jugadoras. Dije si por que no me costaba nada, fue como un favor".

El deporte en la familia venía del lado de su padre que en su infancia y juventud realizó varios deportes. “Siempre hablábamos pero nada en especial. En el CEF jugué entre los 8 y 9 años al básquet pero no me sentía cómoda con el grupo de chicas y después nunca más se me ocurrió volver por motus propio”, contó la joven que ya por aquella época sobresalía sobre sus compañeras por la altura, pero ella prefería jugar al handball.

“En el primer cuarto que jugué salí por 5 faltas, porque en ese momento me decían parate para que no tiren y si no tenés ideas vas a los manotazos. Era un desastre”. reconoció con gracia.

Estar en el equipo local le permitió ser observada por captadores de la Selección Argentina en un campus realizado en la Villa, oportunidad que casi se ve truncada porque su madre no quería llevarla porque sinó faltaría a la escuela. Participó, le tomaron los datos y le consultaron su ciudad de nacimiento “les dije y medio que se sorprendieron como diciendo qué hacés acá”. “Al otro día del campus se comunicaron con la Selección de Entre Ríos, ellos me llamaron para verme, pero sin ser partícipe de la selección”.

“Estuve en Paraná entrenando en Talleres con Cristian Pata Gomez. Al mes me volví al sur y me llaman para decirme que había quedado en la Selección de Entre Ríos Sub14, por esas fechas se jugaba el Argentino en Calafate. Para mi era todo nuevo no lo podía creer, literalmente la picaba con los codos. Fui, era todo nuevo para mi y di todo lo que pude en ese entonces”, recordó la pívot.

“Cuando vine a Paraná el Pata me ayudó, imaginense que yo entrenaba con joggins de la escuela porque no me gustaba mostrar mis piernas. Iba todas las mañanas y entrenaba fundamentos, tirar abajo del aro, el tiro mecanizado abajo del aro con tablero y todas esas cosas”.

Su primera participación fue consumada y quedaron en realizarle un seguimiento deportivo. Luego por cuestiones familiares de la madre, con toda su familia en la capital entrerriana, los Navarro volvieron a radicarse en Paraná. Esto permitió que Iara continuara con el básquet en Talleres y su hermano con el fútbol.

Tanto se ha encariñado con la ciudad que ya siente y juega con mucho entusiasmo el clásico contra Santa Fe, a nivel selección provincial. “Paraná tenía un lugar en mi corazòn porque los veranos viajamos de vacaciones. Creo que cada vez soy más entrerriana, si bien me cargan que hablo mucho con las ‘eses’. Y jugar contra Santa Fe es algo que no se puede explicar”.

JUGADORA DE LIGA

Como su carrera deportiva, por sorpresa e inesperadamente le llegó la oportunidad de jugar la Liga Nacional Femenina vistiendo la camiseta de Corrientes Básquet. Sorpresiva porque luego de hacer pretemporada desde octubre con la Selección Argentina U18, con un receso en diciembre, Iara quedó de licencia tras la cancelación del Campeonato FIBA Américas que se iba a desarrollar en Colombia. Pero en plenas vacaciones en el sur, visitando a su familia paterna, recibe el llamado con la propuesta del conjunto correntino

“Nos faltaban 40 horas para completar las 1000 horas de entrenamiento con la Selección y nos volvimos a nuestras casas. Ya la mayoría de las chicas tenían equipo para jugar la Liga y yo no tenía. Entonces yo iba a mi casa, seguí entrenando, volví a Talleres porque nunca me fui. En Neuquén, volviendo de un paseo veo que tengo un mensaje de mi entrenador con la propuesta y fue todo rapidísimo”, manifestó Iara.

El llegar y conocer a sus nuevas compañeras fue toda una odisea y digno de película. “Firmaba e iba a jugar el fin de semana. Tenía que ir hasta Corrientes pero como no llegaba porque tenía 2 días de viaje me dijeron que vaya para Buenos Aires. Pero de camino mis padres me llevaron hasta la ruta 1 y me levantó el colectivo del equipo”. Pese a la vorágine de todo, pudo estar en cancha y reconoció: “Estaba re nerviosa, me temblaban las piernas”.

Pese a ser su primera experiencia, Iara Navarro entiende que es el mayor torneo que se puede jugar a nivel femenino y destacó: “La profesionalización que hay es increíble, por lo menos a nosotras. Tengo entendido que a casi todos los clubes le dan todo, creo que hay contrato de por medio. Nosotras estamos en un hotel, comemos bien, con buena atención, tenemos médicos, utileros, está todo cubierto. Es super destacable porque todos los clubes están en las mismas condiciones”.

En pocos meses la joven pegará el salto al básquet universitario de Estados Unidos, donde se encontrará con un nivel distinto y por eso valora muchísimo su oportunidad en la Liga. “Es un torneo espectacular con un nivel alto a nivel país donde me encuentro con gente como Celia Fiorotto o chicas de mi edad. Hay mucha variedad y creo que por eso quería jugarla porque creo que me va a preparar para EEUU. Puede ser que me encuentre con algo totalmente diferente para bien o para mal, no lo sé, pero no quería dejar de jugar acá para prepararme y tener ese roce que es lo que me va a servir para seguir mejorando yo como deportista”, señaló la entrerriana.

El roce y la experiencia en un torneo con jugadoras jóvenes y sobre todo un grupo de experimentadas “trae muchas cosas sabas a colación”, señaló. “No es lo mismo una charla de equipo de U17, sin desmerecer a nadie, que las que tenemos ahora en el equipo con jugadoras de 25 o más años. Es otra la madurez con la que te enfrentas”.

“Lo comparo cuando estaba en U17, mi mejor amiga la capitana tenía que hacer frente a todos y como nexo entre nosotras y el DT. Ahora la capitana también es nexo entre nosotras y el cuerpo técnico, pero ya llega un punto que por ejemplo dice ‘no puede ser que estemos peleando por esto, ya estamos grande’. Si hay algún problema se charla, siempre con formas. El ambiente es distinto”, manifestó.

BÁSQUET UNIVERSITARIO NORTEAMERICANO

Durante el 2020 Iara recibió el visto bueno para formar parte del básquet universitario en Estados Unidos, más precisamente en Lake Region State College de Devils Lake, en Dakota del Norte. Allí podrá adquirir experiencia en el deporte y además le permitirá perfeccionarse profesionalmente.

“Es algo que está definido y sólo tengo que rendir los exámenes que los iba a rendir en el receso, pero salió lo de la Liga y no iba a decir que no. Ahora mi idea es rendirlo acá (Corrientes) o al llegar a casa”, contó la pívot de 1.89 metros que fue reclutada por una agencia que se encarga de captar jóvenes talentos.

El deporte y la educación van de la mano en los Estados Unidos, por eso Iara deberá optar por una carrera a seguir y cuenta con dos opciones de su agrado. “Administración de Empresas que es la salida que tenía mi escuela secundaria que es bastante fácil y me gusta. Pero siempre me gustó la educación”, contó.

“Me fascina el idioma inglés y de chiquita decía que de grande iba a hacer algo con el inglés, no sabía qué. Busqué traductorado, relaciones internacionales, pero ninguna me llenaba a lo que me gustaba, mientras iba creciendo me fui dando cuenta que me gustaba la educación y pensé en ser profesora de inglés. No solo de niños, que me encantan, por más que con mis hermanos nos peleamos, me gustan los niños y sé que con esa salida se puede enseñar en empresas que hoy en día se usa mucho. Por suerte la Universidad tiene las dos opciones, si bien tengo tiempo todavía para decidir, pero creo que me inclino por la educación”.

Si bien su mente está puesta en continuar jugando la Liga y luego dar el salto a Estados Unidos, Navarro se encuentra en una disyuntiva de qué camino continuar: la deportiva o la laboral. "Es bastante complicado, es algo que evaluó bastante porque ya tengo que empezar a tomar una decisión de vida de qué voy a hacer".

"Voy a ir a estudiar a EEUU, pero la verdad es que quiero seguir jugando pero no quiero dejar de estudiar. Pongo el ejemplo que en algún momento voy a tener que elegir entre un parcial y una final. Pero quiero seguir jugando los siguientes 3 o 4 años y ver también hasta dónde puedo llegar o saber cuál es mi techo para ver mi potencial, en paralelo voy a seguir estudiando", sostuvo Iara Navarro.

Y aseguró: "La verdad es que no se si me quiero dedicar a esto para el resto de mi vida. Es algo que me pregunto todos los días. Ahora a corto plazo si quiero seguir jugando".

TALLERES

El Club Atlético Talleres fue la institución que formó y ayudó a crecer deportivamente a una de las promesas del básquet femenino paranaense. Desde su regreso desde el sur argentino, Iara ha transcurrido parte de su adolescencia en el club de calle Feliciano e Irigoyen. "Talleres es el único club importante para mi".

En 2017 hizo la primera pretemporada en e? club y desde entonces ha pasado por las distintas categorías y distintos entrenadores, de los cuales rescata algunos aspectos de ellos. De todos fui tomando distintas cosas ya sea para formarme como deportista o como persona. Pero el entrenador más importante es Pata Gómez, básicamente me enseñó todo lo que sé, él formó mi base", precisó la joven de 18 años.

Asimismo, reconoce que su crecimiento también está ligado a la sana competencia diaria que se daba en el equipo. "Para mi son muy importante las chicas, si no tuviese el mismo nivel de competición en los entrenamientos, yo no podría ser lo que soy hoy"

JUGADORA CON AUTOCRÍTICA

“Siempre me pasa que juego un partido muy bueno, pero me digo que tal vez pueda mejorar esto o aquello. A veces eso me come la cabeza y ya me lo han dicho bastante, pero siempre trabajo sobre eso”, rescató Iara. Con la incipiente y vertiginosa carrera ha conseguido saltar varios escalones en la carrera deportiva, pero sin embargo no se queda solo con eso y siempre va por más.

“Siempre quiero un poco más y perfeccionarme en un montón de cosas que creo que me faltan, lógicamente como a todos. Yo estoy bien, pero siempre voy por un poco más”, manifestó la paranaense que reconoció que ha aprendido cosas de sus colegas como Celia Fioroto, con quien ha compartido equipo y la ha enfrentado.

Si bien no es de las que se sienta con su familia a mirar básquet, si en su afán de mejorar su técnica analiza partidos y cuando puede presencia algún juego en Paraná. “Cuando sabía que no iba a jugar la Liga obviamente quería ver los partidos porque la mayoría de las chicas del Sub18 juegan ahí, quería verlo de toda forma porque es la Liga”, señaló.

EL DILEMA

¿Villa La Angostura o Paraná? "Son muy distintas porque La Angostura es un pueblo paradisíaco, hermoso, pero Paraná tiene un lugar en mi corazón y me encanta. Puede tener sus cosas buenas y malas como cualquier lugar pero Paraná me fascina, no puedo comparar el río Paraná con el lago Nahuel Huapi", aseguró la joven que divide su corta vida entre la ciudad que la vio nacer y el pueblo que la recibió a temprana edad.

"En mi adolescencia me gustó más Paraná porque tenía muchas más cosas, pero para una crianza de niños más chicos Villa La Angostura es mucho más armoniosa", manifestó Iara.

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