
Los basquetbolistas terminaron una nueva temporada en la élite del básquet nacional con la permanencia del Tatengue al derrotar a Hispano Americano en la serie de play out. “Nadie creía que nos íbamos a salvar. Perdimos los dos primeros partidos por errores nuestros y fuimos a Río Gallegos e hicimos dos partidazos manteniendo el control del juego y del tiempo. Y en el quinto juego hubo un movimiento de hinchas por redes sociales, que siendo más un club futbolero la verdad que fue todo una fiesta”, manifestó Daniel Hure.
“Lo vivimos así. La verdad no queríamos jugar el play out, queríamos salvarnos antes de clasificar a los playoffs, no nos alcanzó. Creo que desde que nos sumamos nosotros, el equipo se acomodó a la categoría nueva, y de mitad de temporada en adelante se encontró una forma de juego”, reconoció el ala-pívot paranaense por adopción.
Por su parte, Juan Pablo Cantero se mostró contento por el presente de Unión y por poner a la región en él primer nivel. “Después de la última temporada de Sionista, la Liga Nacional (LN) no tuvo un equipo de la zona. A priori la idea no eran los play out sino salvarnos antes, hasta incluso estuvimos a dos partidos de los playoff”.
“Nos tocó este momento complicado. Como siempre son experiencias distintas porque uno nunca quiere jugar esas instancias pero cuando logras el objetivo no deja de ser un objetivo grande como salvar la categoría”, reconoció Cantero.
Con los años de rodaje y la experiencia adquirida, ambos fueron pilares importantes en el equipo santafesino que regresó a la máxima categoría tras 8 años en el ascenso. “Son instancias diferentes a los 20, a los 30 y a los 39 años. Me tocó la situación del descenso de Sionista yo estando en la vereda de enfrente con Lanús y fue una experiencia distinta de ahora. En esa oportunidad estuve 2 días en cama sin poder moverme”.
“Ahora con Dani lo vimos todos los días a Santa Fe. Era transmitirle tranquilidad a todos los chicos, era un equipo nuevo, con chicos que recién venían a la categoría y no solamente había que mantenerla, sino que ellos se estaban probando si estaban para la LN. Cuando llegamos en eso nos dimos cuenta, todos los chicos recién pisaban la categoría y querían quedarse”, sostuvo Juan.
“Se notaba el sentido de pertenencia por que la mayoría son de las inferiores del club. Con Sionista me pasó sentir dolor, yo estuve 10 años seguidos en el club. Soy un agradecido a Sionista, la gran parte de mi carrera fue gracias al club y cuando me fui al descenso fue durisimo por eso también les hablaba desde la experiencia propia. A esta edad lo tomamos de otra manera y es otra oportunidad”, señaló Hure.
"Es nuestro laburo, si nos va mal se ve reflejado en la parte económica. Pero con el tiempo te das cuenta que cada uno se tiene que hacer cargo de lo suyo y ocuparse. Después si las cosas se dan bienvenido sea porque es armonioso, porque el cuerpo técnico hizo su deber, la dirigencia, todos lo hicieron bien. Y si te toca perder, más allá que sea un partido de básquet, hay que hacerse cargo de lo de cada uno", destacó.
UN LARGO RECORRIDO
Cantero comenzó su relación basquetbolistica en Rowing y por el trabajo de entrenador de su padre se mudó a Colón donde inició su recorrido en el básquet argentino en el 2001 defendiendo a La Unión de Colón en el TNA, donde regresó tras su paso por Echagüe, luego pasó Sionista donde compléto 5 años. También llevó su basquet a Atenas de Córdoba, Libertad de Sunchales, Lanús (dos veces), Quimsa, San Martín de Corrientes, Comunicaciones de Mercedes, Peñarol y en el exterior estuvo en Italia (Dinamo de Sassari y Montecatini) Paraguay (Olimpia), Portugal (Benfica), Colombia (en dos equipos).
Agradecido y complacido por la carrera de más de 20 años en actividad, Juan Pablo solo se arrepiente de no haber tenido más permanencia en alguna institución. “Uno no puede cambiar el pasado, pero me hubiese gustado como en otra época estar más tiempo en un club”.
Por su parte el cordobés tuvo sus inicios en Club Atlético La Falda y Unión Eléctrica. El salto al TNA lo dio también en La Unión de Colón. En Sionista inició su proceso de más de 10 años de permanencia en la Liga Nacional, posteriormente pasó por Olímpico de Santiago del Estero, Gimnasia y Esgrima de Comodoro, Hispano Américano, Libertad de Sunchales, Atenas de Córdoba. En el exterior estuvo en Libertad de Paraguay y en Brasil vistió la camiseta de Paulistano.
“En mi caso fue raro estar mucho tiempo en un club. Del 2000 hasta acá habianEn su momento hicieron una nota, tenia 7 u 8 temporadas en Sionista, eramos 3 los jugadores (Marcos Saglietti en Libertad de Sunchales y Marcos Mata en Peñarol) que más años seguiamos en un equipo en esa época. Yo no me arrepiento porque crecí como persona en el club, en la ciudad y por eso me quedé acá”, reconoció Hure.
Luego de tantos clubes, el cordobés aseguró que todavía no eligió ser profesional. “Es mi forma de pensar y para superarme día a día. A los 16 años cuando decidí irme de mi casa a jugar al básquet siempre le dije a mis viejos ‘tengo esta meta, si no llego me vuelvo’. Pasaron los años y sigo pensando lo mismo, que valga la pena lo que estoy haciendo porque en el camino vas dejando muchas cosas”.
“Me radique en Paraná, crecí acá, tengo mi familia pero tengo cumpleaños, festejos fallecimientos que uno lo va dejando en el camino. Yo creo que vale la pena. Es un esfuerzo que hago día a día para poder seguir estando en el máximo nivel”, remarcó dejando en claro que aún tendrá más acción en el básquet.
Juan Pablo ya desde temprana edad vio que iba a tener una vida ligada al básquet por el rol de su padre de director técnico. “Tenía 4 años cuando nos mudamos a Colón, mi papá dirigió 5 años La Unión desde la primera local en los torneos de la costa del Uruguay y de a poquito ascendiendo hasta llegar al TNA y yo ya estaba ahí todo el tiempo en los entrenamiento con jugadores semiprofesionales. La verdad que mi meta era llegar. Había que concordar con mi familia, principalmente con mi madre de ver las posibilidades para intentarlo y siempre recibí el apoyo”. aseguró.
Y agregó: “Lo importante para un jugador es no estancarse mucho tiempo en la misma categoría, intentar dar el salto que a veces cuesta por la parte económica de no perder. Valoro muchas veces que jugadores a determinada edad dan el salto de categoría, sabiendo que van a ganar menos, pero que los va a poner en otra categoría deportiva. Ahí es donde uno nunca va a saber cual es el techo, creo que no hay techo si te entrenas y vas subiendo categorías”.
ENFRENTAR LA JERARQUÍA
En su carreras han compartido equipo y enfrentado a jugadores de esos que marcan la diferencia de un momento a otro. Pablo contó su experiencia con Pablo Prigioni en la época que recaló en la NBA. “En mi plenitud física en la Selección me tocó entrenar todos los días con Pablo. Era 6 años más joven que él y la verdad que en los primeros entrenamientos me di cuenta lo que me faltaba, ahí te das cuenta del impacto, de la jerarquía”.
“Físicamente estaba igual que él, capaz tiraba como él, pero él tenía más visión que yo de la cancha. Principalmente Pablo no te mataba en el uno contra uno, pero grupalmente se movía distinto, ocupaba mejor los espacios”, recordó el base
Pero asimismo reconoció que la diferencia se nota aún más cuando se enfrenta a ese tipo de jugadores. “Entrenar lo hacen todos, unos más u otros menos para superar al talentoso. Pero el tema es cuando el talentoso entrena igual que vos y ahí no hay forma”.
“Otra que siempre me río, porque le robé una pelota en un Premundial y no lo podía creer a Carlos Arroyo. En el 1vs1 te mataba en Miami, con movimientos que pocos lo tenían y en la última que me tocó decía le doy el tiro me tiró un movimiento y la metió”, contó Cantero.
“Ese tipo de jugadores te marca la cancha por la jerarquía que tienen. Nosotros jugando a nivel nacional u otra liga te enfrentas con jugadores que después dan el salto a la NBA y te das cuenta”, aseguró Hure y destacó la figura de Gabriel Deck, ex jugador de Quimsa y San Lorenzo y actual Real Madrid.
“A los 17 años el flaco te miraba, no te decía nada y te pasaba por encima. Te hace un desgaste que terminas reventado, el mejor Leo Gutierrez era igual. Físicamente no era como yo al momento que lo enfrentaba pero la cabeza asesina que tenía sabías que en algún momento te desconcentras medio segundo y te reventaba”, recordó Hure.
LA ACTUALIDAD DEL BÁSQUET ARGENTINO
Con tantos años de permanencia en las distintas categorías del básquet argentino, los deportistas coinciden que con el tiempo se ha perdido la impronta de potenciar el deporte local. Ambos reconocieron la devaluación que se ha producido con los años y la falta de procesos con proyección.
“A mi me tocaron los primeros Torneos Nacional de Ascenso y es como que ahora se devaluó un poco. Las ligas de ahora no son tan fuertes deportivamente como hace unos años y ahora casi sin extranjeros. De esos venían varios de buena categoría y elevaban mucho a los jugadores de Liga Nacional (LN). Después está la parte dirigencial que van a prueba y error continuamente”, manifestó Cantero.
A su vez diferenció la etapa que vivió en sus inicios con los actuales juveniles que transitan, o son estimulados a pegar el salto con más rapidez. “Bajaron la ficha de mayores lo que hace estimular a los más chicos. Antes había que hacer mucho para llegar a la Liga. Pasar de TNA a la LN antes era porque la venías rompiendo en los últimos 3 años, y te subían a probarte. Ni hablar pasar desde el Federal de un año a otro a LN. Sin embargo hoy ocurre eso por una cuestión económica que no entiendo y se ha dejado ir a muchos jugadores por este combate con mayores para poder venderlo. Hay una maraña de cosas que no le dan previsibilidad a LN y creo que eso le ha bajado el nivel”, aseguró el paranaense.
“Hoy creo que el espejo es la NBA y para ser espejo tenés que ser bueno realmente. Antes los clubes tenían la camiseta de los clubes de Liga Nacional, hoy eso casi no se ve. Yo me crié con el Atenas dorado de los ‘90 y me veía reflejado en eso”, sostuvo Hure y acotó: “En el básquet se toma de otra manera distinta a lo que es el fútbol, que muchos tienen la necesidad de ser jugadores de primera para salvarse, en el básquet es la forma de vender el producto para que se contagien las inferiores”
LUEGO DEL BÁSQUET
Con más de 20 años de trayectoria, Hure y Cantero ya piensan en el mañana sin el básquet. “El después se piensa más a nuestra edad, por cuestiones de la vida. Pero yo estoy en plenitud, tuve una carrera sana y puedo seguir pensando en eso”, aseguró Hure.
“Uno tuvo la suerte de compartir en equipo y con gente y la familia que lo contuvo. Lo poco o mucho que logramos en el básquet lo fuimos invirtiendo y tengo ese orden que puedo pensar en eso. Obviamente tengo cosas en las cabeza para hacer después, como algo de turismo en las Sierras y también me gusta la gastronomía”, añadió el ala-pívot.
En tanto que el paranaense de 39 años reconoció que “aprendí un poco de buscarle la vuelta y no pensar tanto. Ya tengo la orientación más o menos, mi idea es seguir ligado al básquet en el entrenamiento de los jugadores”.
“No tengo ganas de seguir con esta vida porque uno va metiendo cosas debajo de la alfombra y va perdiendo momentos importantes, principalmente con mis hijas. La vida de entrenador es prácticamente lo mismo”, remarcó Cantero que cuenta con una experiencia en la conducción junto a su padre en un proyecto escolar en el básquet asociativo. “Lo disfruté en su momento pero ahora no lo siento”.
Asimismo, valoró la vida ordenada que adquirió en la relación que formó con sus excompañeros de equipo con el Chini Sili, Pablo Jaworki, Villares entre otros en Sionista. “Siempre ayudado en el momento justo con Benjo Svetliza que era un formador sin ser personalizado de la educación. Sionista siempre fue hipermega ordenado y las cosas había que hacerlas así”, contó. “Sin decirnos nada, en Sioni nos ordenaban porque si no eras ordenado no estabas en el proyecto”, acotó Daniel.
EL PRESENTE DE ECHAGÜE
“Siempre me preguntan, ¿Echagüe una vez más?”, reconoció Juan. El Atlético Echagüe Club fue su segundo equipo en el TNA donde dejó un buen recuerdo y no ha podido repetir experiencia. Pese a eso, el base se lamenta del presente que vive la institución.
“Lo de Echagüe es muy particular, yo lamento mucho habiendo tanta gente que ama el club, ha jugado y hoy está bien, no lo digo por la parte económica, sino socialmente son tipos profesionales que pueden armar una buena Comisión Directiva y un buen proceso para el ascenso. No creo en los proyectos unipersonales y mágicos donde no se trabaja en equipo, donde no hay una manager bien establecido, donde no hay proyecto de un entrenador”, señaló.
Y recordó los primeros pasos del AEC en LN con miles de personas acompañando el equipo y un Butta sin espacio para más público. “Vine jugando en San Martín de Corrientes y en la entrada en calor ya había dos mil personas. Dije ojalá sea así, pero sin embargo todos los años tuvo distintos equipos que no se aprovecharon. El año pasado hubo varios chicos en un buen proceso, se rompió ese equipo y vino otro. La verdad que lo pienso y digo públicamente siempre”.