Kevin Schmidt cumplió con su sueño y completó la maratón acuática Villa Urquiza-Paraná. El paranaense de Puerto Sánchez logró finalizar la competencia la cual añoró durante mucho tiempo y para la que se preparó con mucho trabajo duro. Además de la superación personal, para Kevin esto sirvió para mostrarle a la gurisada de los barrios que con compromiso y empeño se pueden lograr las metas propuestas para la vida y en este caso en lo deportivo.
“Desde chicos empezamos a nadar, a andar en canoa pescando o yendo a buscar leña. A los 7 años ya nadaba, a los 11 años ya salimos con tormenta o viento río arriba recorriendo varios kilómetros, hasta la zona de Isla Bonita y alrededores. Además ahí ya nadábamos como método de supervivencia, nos entrenaban como obligación para que no nos ahoguemos”, contó Kevin.
El río lo es todo para el nadador de Puerto Sánchez. Las aguas del paraná siempre lo motivaron a nadar largas distancias por eso “nunca competí en pileta estaría bueno, pero me gusta la libertad, el río abierto. Siempre fue como un desafío”.
“Es un orgullo estar nadando en el río, representando a todos los pescadores y para demostrar la valentía del pescador, para que la gente conozca más al pescador”, rescató.
El deseo de competir en la Villa Urquiza nació cuando acompañó, durante varias ediciones, como remero. “Lo venía pensando hace mucho tiempo y estar de remero me sirvió para observar a los nadadores y analizar mis posibilidades de medirme con ellos. Al río lo conozco pero tenía que sacarme las dudas si lograba su ritmo”.
Además de probarse a sí mismo, Kevin utilizó esta experiencia para mostrarle a los gurises de Paraná que todo en la vida se puede lograr. “Quiero que vean que tienen posibilidades como las tuve yo. Una vez que toco la chapa puedo decir si pude. Los gurises hoy en día miran más arriba y piensan que no pueden llegar y se van para otro lado, pero tienen el corazón de deportista más grande que cualquiera”.
EL TRABAJO DURO, SU FORMA DE ENTRENAMIENTO
A temprana edad y tras la muerte de su padre, Kevin tuvo que dejar la escuela para dedicarse al trabajo y poder ayudar a su madre. “El sustento no era suficiente y tuvimos que buscar como sea para tener un plato de comida, éramos 5 hermanos con mi mamá. Ahí empecé a hacer changas de albañil, cortando árboles. Eso me marcó como persona y me limitó para hacer un deporte pero lo usaba como forma de entrenamiento para mantenerme en forma porque sabía que me preparaba para el futuro".
"Todo mi físico y todo está hecho a pulso, hacha y remo más que nada", destacó.
La historia de Kevin se hizo conocida (mediáticamente( a principio de año cuando comenzó su entrenamiento específico en las piletas del Club Atlético Estudiantes de la capital entrerriana. “María Mathieu, una mujer muy firme y conocedora, me acompaño y guió en este proceso en el club Estudiantes. Agradezco a ella y al club que me dieron este espacio que espero pueda generar más posibilidades para los gurises, tanto chicos como chicas”, destacó.
La preparación fue física pero sobre todo mental. “Me venía preparando solo, pero mi entrenamiento era trabajando en el campo cortando leña o con pollos que es un trabajo muy pesado y sacrificado. Eso me sirvió para fortalecerme en lo mental y físico porque a veces trabajábamos hasta 18 horas seguidas sin importar si había mucho sol o lluvia”, contó.
Pero en el último tiempo dejó de lado el trabajo para cumplir el sueño. “Hago de todo un poco albañilería, herrería, pintura, carpintería y la pesca más que nada para tener mis pescados. Pero gracias a dios aprendí muchas cosas”, reconoció.
También se hizo un espacio para reconocer el apoyo continúo de Andrés Solioz, exnadador y ahora organizador de la Villa Urquiza - Paraná, que le dedicó unas hermosas palabras de aliento. “Es un referente de todos nosotros, cada vez que tiene una maratón está siempre con nosotros, siempre está tratando de dar lo mejor y nosotros a él”.
Y este es un proceso que no transitó solo , sino que contó con el apoyo de todo Puerto Sanchez y pescadores de toda la costa del Paraná, de norte a sur hasta llegar a Buenos Aires. Pero el principal apoyo siempre fue su familia. “Ellos son mi vida”, sentenció.
“Tengo el apoyo de todo el barrio, siempre. Muchos pescadores me acompañan en esto no solo de Paraná sino de muchos lados de la provincia. Me siento orgulloso”, manifestó Schmidt