
Damián Arce es uno de los refuerzos de jerarquía para esta temporada en Patronato de cara a la Primera Nacional y la histórica participación en Copa Libertadores. En los primeros partidos el desempeño fue muy óptimo, pero la falta de eficacia y juego no le favorecieron, pero los goles se dieron en el tercer partido ante Melgar y en el debut de manera internacional en el Grella.
El mediocampista, de anterior paso por el rojinegro en la temporada 2016/17 de la Liga Profesional, reconoció que tras el partido por la tercera fecha “fue una gran felicidad para todos, no solo de los jugadores y el cuerpo técnico, sino también de cancheros hasta el último empleado del club. Fue un día histórico para todos”.
Sin dudas el 4 de mayo de 2023 quedará grabado en la historia del club por ser el primer partido internacional de local, el primer triunfo y por goleada. “El Grella es nuestra casa, en el partido nos sentimos muy cómodos. No sólo dentro del campo de juego, también por la gente lo más lindo que hay es jugar con todo el público, es algo especial, creo que te da otro plus”.
“Creo que necesitábamos estar en casa el tema de jugar en otra cancha, que no es excusa, se nos estaba haciendo muy difícil. Necesitábamos volver y creo que lo demostramos”, destacó Arce.
La Libertadores es el sueño de todo jugador sudamericano y Arce, como casi todo el plantel de Patronato, está cumpliendo el sueño. “La verdad que tras esa camiseta, la 8, hay muchos sacrificios, no solo míos, sino de la familia. Nunca jugué una copa internacional, y me cargaban porque es el único partido que tengo internacional y yo le decía que jugué uno y gané uno. Hablando con mi señora en el hotel, antes de ir al estadio, le decía que era como volver a debutar”.
Recordando el partido contra FBC Melgar (Perú), el mediocampista manifestó que se le hizo un buen planteo desde el minuto cero. “Le cortamos los circuitos, no los dejamos jugar, lo trabajamos mucho al rival, tal cual lo trabajamos en la semana”.
“No teníamos que dejar de correr, de jugar, estar siempre atento. Creo que salvo el gol de ellos que fue ese pequeño bache que tuvimos después creo que fuimos claros dominadores. Si bien ellos manejaban por un momento la pelota, nosotros fuimos claros dominadores del partido”, manifestó.
“La verdad que hicimos un gran trabajo todo, los chicos se brindaron al máximo todo, se corrió mucho. Eso habla de lo bien que venimos haciendo las cosas, a veces no se dan los resultados y eso no cuenta, pero nosotros adentro creo que nos merecíamos el triunfo”, remarcó Arce que a su vez reconoció que plantean un juego distinto entre la Primera Nacional y la Libertadores.
“Creo que se da así por la clase de rival. Jugar el Nacional es muy difícil y más ahora que todos nos quieren ganar. Creo que se hace difícil así, nos estamos acomodando”.
La victoria lo posiciona con expectativas a una posible clasificación a octavos o con un buen puntaje para ser tercero y porqué no pensar en la Sudamericana, pero Damián sabe que lo mejor es ir paso a paso pensando partido a partido.
“Si bien vemos la tabla, no es que lo dejamos de lado pero hoy ya no podés relajarte. Sabemos y somos conscientes todos de que cuando llegue ese partido (contra Olimpia), las cosas que nos jugamos. La ilusión obvio que la tenemos todos. Y yo creo que por el papel que estamos haciendo en la Copa, podemos dar un poco más ya que estamos a la par de los demás. Por eso se están dando los partidos y por eso es lo bien que estamos compitiendo”.
Si bien el andar en la Primera Nacional, el objetivo más importante, no es el adecuado o el deseado por el plantel, Arce es muy autocrítico y reconoció: “La verdad que no estábamos como queríamos. El sacrificio que hacíamos en la semana no se veía plasmado en el partido, entonces todas esas pequeñas cosas nos fue haciendo fuerte como grupo. Contra Melgar se notó que el grupo está unido y estamos muy fuertes. Sabemos a lo que estamos expuestos, a lo que se habla en los medios y tenemos que convivir con eso, somos profesionales y hay que abstraerse cuando las cosas están mal y seguir trabajando”.
Pese a la realidad del equipo entre un torneo y otro, Damián valoró que el amplio plantel con el que cuenta Walter Otta está muy unido y tirando todos hacia el mismo lado. “Hay muchos jugadores nuevos, conformando un nuevo equipo donde la convivencia es bárbara. Muchos son jóvenes que están haciendo sus primeras armas en el fútbol y nosotros tratamos de acompañarlos porque en su momento también nos tocó a nosotros estar de ese lado y a veces se hace difícil”, reconoció el mediocampista de 31 años.
Y valoró que todos han levantado su nivel de acuerdo a la exigencia. “Todos respondieron y eso habla de que el nivel se levantó. Y si el nivel se levanta en lo individual, creo que lo colectivo sale solo”.
“Es un plantel amplio y de muchos jugadores de jerarquía que es necesario para el largo recorrido creo que se está notando. La verdad que hay mucho recorrido, entonces hay que tratar de aprovecharlo y creo que lo estamos haciendo bien, la verdad que nos estamos doblegando en el esfuerzo porque si no, no te alcanza. Eso hace que las dos competencias sean buenas”, dijo Arce.
Damián nació en Monte Grande (partido de Esteban Echeverría, provincia de Buenos Aires), pero se crió en Ezeiza. Allí transitó su infancia y dio sus primeros pasos con la pelota en el baby fútbol en el club de su barrio Tala Unión. “En mis vacaciones siempre voy de visita para estar con mi gente, mis amigos. Nuestro trabajo requiere mucho tiempo afuera y por eso se los extraña mucho, pero bueno es lo que elegí, la carrera que siempre quise”, sostuvo Arce.
El futbolista de 31 años comenzó haciendo inferiores en Boca Juniors, donde llegó de la mano de Ramón Madoni. Transitó las formativas Xeneizes hasta que lo dejaron libre, un momento duro para un joven deportista donde se también se le cruzó dejar la actividad.
“En ese momento estaba bloqueado, uno piensa que se le acaba el mundo. Ya quería dejar de jugar pero mi vieja me dijo que siga porque era lo que había elegido. Creo que le pasa a todos porque uno es chico pero después el tiempo te va encaminando a lo que vos querés hacer y así fue”, señaló el mediocampista.
“Así y todo tuve que lucharla, tuve que pasar por todas las categorías para poder hoy disfrutar y poder ganarme un nombre en el fútbol”, remarcó Arce. Continuó inferiores en El Porvenir, también quedó libre, y tuvo un derrotero por Lamadrid, Talleres de Remedio de Escalada, Nueva Chicago y pudo debutar en primera con Deportivo Riestra en la Primera D. “Ahí no dudé porque yo necesitaba jugar, ya el tiempo estaba pasando, entonces le dije a mi mamá que me aguantara que hacía la última prueba”, contó.
“Todo el sacrificio que hay en mi carrera también es parte de ella que siempre me alentó a ir hacia adelante”, manifestó el futbolista que le regaló, pese a ser suplente, su primera camiseta internacional, que visitó ante Atlético Nacional, a su madre.
Ese sacrificio y el rechazo a bajar los brazos lo llevaron a cumplir su sueño. Ese proceso le hizo comprender que “es complicado llegar a la primera división, la verdad que hay muchos sacrificios en todo sentido después están uno en poder hacer las cosas bien y meterte en el ambiente es difícil”.
Riestra, Almagro (dos veces), Quilmes, Unión de Santa Fe, San Martín de Tucumán, Instituto de Córdoba, Santiago Wanderers son los equipos que defendió en sus 10 años de carrera que continúan en el rojinegro.
Esta es su segunda experiencia en Paraná visitando la camiseta del Patron, en la primera temporada (2016-17) tuvo un andar que fue creciendo y se ganó el reconocimiento de la gente. En el segundo semestre se dio el lujo de marcar el tanto de la igualdad a Boca en la mismísima Bombonera.
“El fútbol tiene eso también. Pero la verdad que era algo único, la verdad que hacer un gol ahí no es de todos los días y no lo hace cualquiera. Más que nada fue un sueño también de poder hacer un gol”, recordó de ese día que lo festejó con las manos al cielo recordando a su abuela que había fallecido hacía poco tiempo.
No solo fue un buen pasar deportivo en esa primera experiencia en el Rojinegro, sino que en la capital entrerriana tuvo a su hija Guillermina. “Fue motivo de mi vuelta en esta oportunidad. Cuando me llamaron no lo dudé, sabía que tenía que venir. Junto a mi esposa, Micaela, tomamos la decisión de volver a a un club que me dió mucho. No solo como jugador, sino como persona”, destacó.