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"Sabagol" y su mensaje de vida

La historia de Mariano Sabadia, ícono del fútbol de La Floresta

De niño acompañaba a sus padres en la venta ambulante. Llegó al profesionalismo y en su mejor momento una lesión y un diagnóstico "ausente" le cortaron la carrera. Aconseja a los más chicos en Sportivo, el club de sus amores.

El exdelantero surgido de Sportivo Urquiza llegó a jugar profesionalmente después de los 20 años, pero lesiones de consideración y la falta de cuidado físico terminaron tempranamente con su carrera. Hoy coordina las infantiles de la V Azulada paranaense. El fútbol le dio todo y la posibilidad de enfrentarse a su ídolo, Ariel Ortega.

Tras el retiro obligado del profesionalismo y luego de varios años en la actividad amateur, en la actualidad es el coordinador de las infantiles de la V Azulada paranaense. “A mis 41 años he pasado por muchas etapas en la parte futbolística y todo fue muy rápido. La vida sigue adelante así que muy contento por todo lo vivido”.

Nació en la zona oeste de Paraná, en el populoso barrio de La Floresta y se crió futbolísticamente en el club Sportivo Urquiza. Hizo toda la etapa de infantiles, juveniles hasta llegar a primera división. También incursionó en la conducción técnica en el Club San Miguel en Liga Paranaense.

A los 20 años decidió comenzar a probar suerte en el fútbol a nivel nacional y emigró, junto a otros jugadores paranaenses a Germinal de Rawson. “En ese entonces se fueron Toni Fontana, Seba Bértoli, Carlos Ávila, Lalo Zárate y me acuerdo que Toni le comentó sobre mi al intermediario que nos llevó a Germinal. Nunca había salido de Paraná para ese entonces. Ahí compartimos equipo con Pablo Migliore que fue a préstamo a Germinal siendo el cuarto arquero de Huracán”, recordó.

“Mi idea siempre fue llegar al fútbol profesional y no bajar los brazos. Tuve la primera oportunidad a los 20 años, así que la aproveche. Cuando tenía 13 años tuve posibilidades de distintos clubes, quedé en Lanús pero en ese momento mis viejos me extrañaban mucho y me fueron a buscar. Con el tiempo se dieron otras pruebas pero por la parte económicas nunca pudimos seguir con ese proyecto”, sostuvo “Sabagol” como fue apodado entre los compañeros de equipos que compartió a lo largo de su vida en el fútbol.

La vida de la familia de Mariano siempre fue muy sacrificada y siendo hijo único siempre intentaron darle todo. “En Germinal cobrábamos unas monedas y le pasaba algo a mis viejos que siempre se sacrificaron por mi. Mi viejos siempre fue vendedor ambulante, como toda su familia y yo en algún momento lo hice vendiendo conitos, alfajores. Mi papá solía vender en un puesto en San Agustín hilos, agujas, CD, lo que salía en el momento”.

El salir adelante con el deporte que tanto le apasiona fue unas de las grandes motivaciones para ayudar, entre otras cosas, a su familia. Y su rendimiento, con goles sobre todo, hicieron posible esa meta. Luego de Germinal de Rawson, en 2004 pasó a Deportivo Madryn y disputó el Torneo Argentino B.

El presente deportivo de ese momento le generó una oportunidad única en su carrera para probar suerte en el exterior, pero no la supo aprovechar. “Me dan a préstamo por 6 meses a Madryn y el gerenciador de Germinal iba a llevar a probar jugadores a Suiza. Yo andaba bien, había sido el goleador en Rawson, fui ternado deportista del año. Pero cuando tenía que ir a Suiza no fui por que me extrañaban, yo extrañaba, estaba de novio con quien hoy es mi esposa y me volví a Paraná. Hasta deje Deportivo en pleno campeonato”, contó el exfutbolista

En su regreso a la capital entrerriana volvió a jugar en Sportivo Urquiza la Liga Paranaense, fue pretendido por el Patronato de Kudelka “pero no se que pasó entre los clubes y no se dio”. Después pasó a Unión Agrario de Cerrito y jugó el Argentino B. Luego le llegó la oportunidad de su vida de emigrar al fútbol de Buenos Aires.

“Con 21 años, Salchicha Lell y Delfor Botello me recomendaron a un representante para probarme en Defensa y Justicia. Para ese entonces yo ya tuve a mi primera hija y cobraba un plan nacional de 150 pesos asi que dije vamos a meterle con eso”, manifestó.

Sabadía consideró que esa etapa fue el mejor momento de su carrera. “Me dieron de todo y tuve más continuidad”, recordó Mariano, que en ese entonces se desempeñó de volante ofensivo.

“Fui como un proyecto a corto plazo, que fueron primero 6 eses y después se fue estirando de a poco. Al ser jugador del club no cobraba mucho, los que venían de afuera si por eso tenía que pelearla mucho y en su momento me tocó andar bien. Hubo un tiempo que no fui a entrenar para ir a pelear por mi sueldo que no fue mucho pero era lo que pretendía”, manifestó.

UNA LESIÓN QUE MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS

Así como vivió cosas muy lindas en Defensa y Justicia, con una gran cantidad de goles y siendo parte de la historia de la institución. “Fui parte del milagro de la famosa promoción contra Morón en 2005 que luego se recuerda como el Día del Hincha; le convertí un gol al clásico rival (Quilmes) que fue la primera vez en la historia que le ganamos de visitante. Fueron momentos lindos que me ha dado y que han quedado grabado en la memoria de los hinchas”.

Sin embargo, el fútbol tiene sus riesgos y Mariano lo sufrió en carne propia. La tarde del 5 de agosto de 2006 en el marco de la primera jornada del campeonato Apertura de la Primera B Nacional, quedará grabada por la dura lesión que le ocasionó Darío Rivadero, de Talleres de Córdoba.

“Fue para el olvido, porque me rompió toda la rodilla”, recordó el exdelantero. Los estudios posteriores arrojaron que sufrió la rotura de los ligamentos y el menisco de una de sus rodillas. La recuperación le demandó cerca de un año. “En su momento me llamó Rivadero para disculparse, lo entendí porque son cosas del partido que por algo pasan”.

En esa oportunidad la AFA dio un falló inédito en el fútbol argentino sancionando al jugador de Talleres por 16 fechas. “Ese fallo fue ejemplar que después se podría haber repetido por la patada de Carlos Tevez que fracturó a Ezequiel Ham o el golpe de Agustín Orión que lesionó a Carlos Bueno”, contó.

Tras el regreso siguió un par de años en el Halcón de Varela y en 2010 recaló en Chacarita de la mano de Marcelo Fuentes. “Marcelo me había contactado antes para ir a Atlético de Rafaela pero no se dio. En Chaca nos reencontramos con José Tabarez que salió de Sportivo y con quien generamos una muy buena relación”, sostuvo.

La ficha aún seguía perteneciendo a Defensa y Justicia que lo dio nuevamente a préstamo a Sportivo Italiano, su último club antes de la nueva lesión. “En un entrenamiento quise girar y me quedé trabado. Supuestamente fue una subluxación de rótula, aunque hubo cosas raras y extrañas. Me dijeron que no era nada, que no me iba a decir la verdad de lo que tenía. Así que volví a Defensa y pensando que todo iba a andar bien y que me iba recuperar, rescindí contrato para poder después manejarme por mi cuenta. Y no fue así”.

“Volví y empecé a entrenar en Atlético Paraná pero no me pude recuperar, hasta que Esteban Paván, kinesiólogo del club, me hizo hacer una resonancia y salió que tenía roto lo que sostenía la rótula. Fui a un médico y me dijo que no iba a poder volver a jugar al fútbol y un montón de cosas. Ahí se me vino el mundo abajo”, reconoció. Con 27 años Sabadía tuvo que dejar de lado el deporte que tanto le dio y durante un par de años laburó de remisero.

“Hasta que apareció Claudio Gregorutti que me dijo que me iba a operar y que iba a volver a jugar. Así fue, volví a jugar pero no lo pude hacer a nivel profesional”, manifestó.

Y recordó: “Tuve la posibilidad de firmar un precontrato con Central Córdoba de Santiago del Estero, hice pretemporada pero la parte física no la pude pasar, no tenía fuerza, no era lo mismo”.

Mariano se lamentó por las malas situaciones que le tocó atravesar y truncaron su futuro. Asimismo hizo un meaculpa porque hubo momentos donde su comportamiento no fue el ideal para un deportista profesional. “En la última lesión estaba excedido por 9 kilos en mi peso ideal que fue un factor fundamental en mi lesión. Por eso hoy que estoy coordinando las infantiles trato de inculcarle a los chicos que no hagan lo que yo hice o la parte mala de todo eso”.

“Después cada uno va a hacer las cosas como le vayan surgiendo. A veces el profesionalismo conlleva un montón de cosas, muchos sacrificios, mucha disciplina. Y la verdad que por ahí, por momentos yo, hoy que soy más grande y maduro, digo que yo fui más del 50% culpable de que no pude seguir con mi carrera, porque había cosas que tenía que hacer y no las hice. Por eso digo que hay que ser ordenado, cuidarse en la alimentación”, comentó.

Por momentos “Me sentía bien después de alguna lesión y dejaba la recuperación que tenía que seguir por más tiempo. Ese es el pensamiento malo que tenía. Son cosas de la vida que hoy me doy cuenta”, señaló.

APOYO INCONDICIONAL

Para un deportistas, el cariño y el acompañamiento continuo de los seres queridos es fundamental. Y su familia fue el pilar necesario para sobreponerse a los momentos más duros de su carrera.

“Mi señora siempre estuvo en todas, en las buenas y en las malas. La verdad que es de fierro y estoy orgulloso de la mujer laburadora que tengo”, reconoció Mariano con quien formó una familia con 3 hijas.

Y en sus inicios, el que siempre le dio todo lo que podía fue su padre, Roberto. Vendedor ambulantes y con una gran pasión por la música, integrantes del grupo Jamaica Tropical y llegó a tocar en Jesús María y Cosquín. “Mi viejo era todo, era impresionante porque siempre me apoyó y me siguió a todos lados. Con mi madre fue de los pilares más importantes por la educación que me inculcaron”.

“La música era todo para él y yo le salí jugador de fútbol, pero a él le encantaba. Tengo un montón de anécdotas ahí en Sportivo porque siempre se sentaba en los viejos bancos de suplente, y a veces salíamos a los boliches e íbamos a jugar, cosa que no se debe hacer, y le decía al técnico ‘sacalo porque anoche se quedó hasta tarde’. Nunca era hincha del hijo, sino que siempre fue hincha de Sportivo Urquiza”, recordó sobre su padre que además era muy querido por sus compañeros y la comunidad de la zona.

JUGAR CONTRA SU ÍDOLO

Mariano es hincha fanatico de River Plate. Desde chico siempre mantuvo su habitación con afiches, cuadros y distintos decorativos rojo y blanco. Dentro de eso fotos de Ariel Ortega “mi ídolo”, reconoció.

Y su carrera le permitió enfrentar a su ídolo futbolístico en un partido entre Defensa y Justicia e Independiente Rivadavia de Mendoza. “Ese día me tocó marcarlo. No me animé a pedirle una foto ni autógrafo, no se si de vergüenza o qué pero me daba cosa”, contó.

“Me acuerdo que ese era el partido presentación del Burrito en Independiente con la cancha que explotaba. Pude hacer un gol y él también hizo uno de penal, que fue inventado para él. También lo pude enfrentar de local y en un amistoso con el River de Passarella”.

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