Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Nosotros

Lisandro Alzugaray, el Principito de Viale que cumplió sus sueños de fútbol

El talentoso volante repasó su carrera desde Ecuador, donde milita en la U Católica. A los 28 cumplió su sueño de jugar en 1ra. El agradecimiento a Paraná por pegar el salto y sus ganas de seguir en el extranjero.

El vialense Lisandro Alzugaray vive un buen presente en el Club Deportivo de la Universidad Católica en la primera división de fútbol ecuatoriano.

El mediocampista de 30 años llegó al equipo de la ciudad de Quito en diciembre de 2020 tras estar 6 meses en Aucas.

El futbolista repasó su carrera en el profesionalismo que comenzó hace pocos años y hoy sigue soñando con seguir triunfando.

Vive junto a su familia en el distrito de Cumbayá, un lugar tranquilo al cual no le costó adaptarse pese a estar situada a 2.200 metros sobre el nivel del mar. “Al haber jugado en Bolivia me sirvió y acá solo tuve 2 días que me dolió la cabeza, pero ya no lo sufro”. Además en el marco de la pandemia, la situación en la ciudad está tranquila aunque él mantiene todos los cuidados posibles, sobre todo para evitar contagiarse y perderse entrenamientos. “Yo me cuido por mi familia y para no contagiar a ningún compañero”.

Licha comenzó su carrera en las inferiores del Club Atlético Lanús, pero Atlético Paraná fue el primer equipo con más rodaje en los distintos torneos locales y nacionales. Su derrotero en el fútbol argentino lo tuvieron vistiendo las camisetas de Chaco For Ever, en dos ciclos y en el fútbol boliviano en San José de Oruro. Recién a los 28 años pegó el salto a la máxima división argentina con Newell's Old Boys.

“Siempre dije que era un sueño jugar en primera y gracias a dios pude cumplir con ese sueño. Hice inferiores en Lanús, me tocó arrancar desde muy abajo en Paraná y tuve que pelearla mucho. Igualmente creo que fue tarde, es raro por ahí debutar a esa edad”, reconoció el jugador que pese a eso decidió nunca bajar los brazos. “Esto es lucha, sacrificio y es seguir intentando siempre. Gracias a dios pude jugar en Argentina y en Ecuador estoy teniendo un buen semestre y espero que vaya por más”.

Con esa edad, la adaptación en un equipo de primera, con el renombre de la institución y la calidad de futbolistas en el plantel hicieron que fuese un proceso duro. “Más que nada al principio por llegar a un vestuario con tantas figuras como Maxi Rodriguez, Formica, Bernardello. Ellos fueron los que me apoyaron mucho, pero por ahí en los entrenamientos dudaban en pasarme la pelota. Me fui soltando y querían que gambetee, que patee al arco”.

“Me fueron conociendo y vieron que podía llegar a tener un buen rendimiento en Newell’s. Lamentablemente no jugué muchos partidos pero me fui tranquilo porque dejé todo para poder tener la chance de quedarme. Una experiencia muy linda jugar en el Coloso y que la familia esté feliz es lo mas lindo”, reconoció.

De su paso por la Lepra hizo amistad con Víctor Figueroa y Francisco Fydriszewski, ambos con presentes en Aucas, y con ellos mantiene el argentinismo con asados cada tanto. Aunque claro con la pandemia las reuniones se redujeron. “Siempre que podemos nos juntamos a comer asado. En la vida social me cuido mucho, pero salgo a comer, al super hago vida normal”.

OPINIÓN FUTBOLERA

El derrotero por varias de las categorías del fútbol argentino permiten a Alzugaray tener una visión más amplia sobre la realidad del fútbol, los cambios de forma de juego y hasta los requisitos que debe cumplir el futbolista para rendir. “Hoy el fútbol es más intenso, más físico . Uno sabe que si no corre, se va y me ha pasado”, manifestó Lisandro.

“Me pasé en Paraná con Sevilla mucho tiempo. Yo creía que tenía las condiciones para jugar de enganche y por ahí algunos partidos o no presionaba o no iba a la pelota como tenía que ir y me tocaba ir afuera. Yo me daba cuenta. Empezaba a hacer esas cosas y me sacaban. En Paraná me pasó muchas veces porque no corría”, recordó.

Y ahora su presente es en el fútbol ecuatoriano, una liga para nada fácil ya que de por si los jugadores locales disponen gran parte de su entrenamiento a las condiciones físicas. “Muchos conocidos decían que era fácil jugar acá, pero la verdad que me sorprendió porque los jugadores son muy intensos, rápidos y fuertes. Lo hablaba con un profesor que si yo no me entrenaba en mi casa me iba a costar mucho porque son todos rápidos”.

“Te ganan en velocidad y la verdad que al principio me costó. Gracias a dios hoy estoy un poco más entrenado y no se nota tanto la diferencia. Lo que tienen ellos es genética. Por ejemplo en las concentraciones me controlo en las comidas porque me veo pancita y me siento pesado y por ahí los chicos comen como si se terminara el mundo. No suben un gramo de grasa, de nada. Son todo músculos”, contó el mediocampista.

Su función dentro del campo de juego también ha sufrido modificaciones con el tiempo. “Ser enganche es una posición difícil porque hay muchos que no tienen la posibilidad de jugar en esa posición y eso me pasó a mí en Atlético Paraná. Mucho tiempo me tuve que correr para los costados porque se jugaba con un esquema distinto”, recordó.

En Universidad Católica juega de extremo derecho que le permite enganchar para adentro, pero él mismo reconoció que en varias oportunidades no le hace caso al entrenador con sus directivas. “Por ahí no le doy mucha bola al técnico y juego por toda la cancha. Pasa que por ahí te desespera no poder tocar la pelota cada 10 o 15 minutos y me vuelvo loco, entonces digo ya fue voy para adentro”.

“En Católica arranque jugando de extremo y estos últimos partidos contra Libertad y Guayaquil si comencé de enganche, creo que se dio cuenta el DT y que no le daba bola de extremo. Pero si dentro de la cancha yo creo que decide el jugador, muchas veces me han cagado a pedo pero si la jugada termina en gol o termina bien no te van a decir nada, muchas veces lo he hecho y lo voy a seguir haciendo”, sostuvo.

FIGURA EN EL NUEVO GASÓMETRO

Central Córdoba de Santiago del Estero fue el segundo equipo del vialense en la primera argentina. Atravesó una temporada irregular y estuvo en la cuerda floja y a punto de ser dejado de lado por el entrenador del Ferroviario, Gustavo Coleoni, hasta que llegó el duelo ante San Lorenzo en la novena fecha de la Superliga 2019/20.

“En la semana previa había tenido una charla con el Sapo que me iba a dar una última oportunidad. Venía teniendo partidos buenos pero por ahí era muy intermitente en muchas situaciones del partido. Me dijo Te voy a dar una última oportunidad contra San Lorenzo y espero que entiendas. Me metió un poquito de tensión”, contó el mediocampista que se lució con 2 goles en el triunfo histórico por 4 a 1 del conjunto santiagueño.

FUTURO

“La idea es quedarme varios años acá. Obviamente lo que pensaba o mi sueño era jugar en primera en Argentina y lo logré, pero hoy económicamente no me conviene. La idea es quedarme afuera pero si hay chances de volver, se pensará”, sostuvo.

Si bien proyecta permanecer en el exterior, las costumbres, la familia y las amistades tiran mucho y es lo que más extraña. “El asado con amigos o sentarme en el frente de mi casa con mis viejos a tomar mate son esas pequeñas cosas que significan mucho. Se extraña pero uno ya está acostumbrado a esta vida. Igualmente espero poder ir a visitarlos pronto”, manifestó el hombre que para no perder las costumbres argentinas adquirió en su último viaje por Uruguay 20 kilos de yerba.

Teclas de acceso