
El fisicoculturismo es una disciplina que requiere de mucho esfuerzo y especial dedicación del cuerpo. Una labor nada sencilla que conlleva un compromiso importante de trabajo y sobre todo tiempo. “Es un estilo de vida”, destacó Esteban Tamareu, multigalardonado en la disciplina: Campeón Fisicoculturismo, Subcampeón Argentino IFBB Master +50, Nacional Mesopotámico 1991, Nacional Cen. Litoral 1992, Máster +50 2023.
Los Tamareu han adoptado el culturismo como un estilo de vida. Y por esa costumbre es que dedican mucho tiempo a la preparación de su cuerpo. Tal es así que desde los primeros días del año comenzaron a prepararse de cara a las competencias a fines de 2025. “Completé una parte de crecimiento y ahora estoy en la fase de achicar y marcarme un poco más para en unos meses empezar otra etapa de crecimiento y ahí si para ya encarar la competencia”, contó Lucca de cara a los compromisos del año.
Por su parte, Esteban ya con más años de experiencia y conociendo bien su cuerpo, está nuevamente en el ruedo y se sigue preparando para competir. “Si bien seguí entrenando me tomé un año sabático de preparación específica para competir. Sobre todo lo hice para relajar un poco porque la preparación es muy estresante. Ahora particularmente voy de a poco. Empiezo con bajo nivel y pocos días de entrenamiento y de apoco voy aumentando la exigencia. Así hasta llegar a entrenar mínimo seis veces por semana y de una a dos horas por día dependiendo del grupo muscular”.
La inspiración para regresar fue gracias a Lucca. “La vida me llevó por otro lado y siempre tuve el deseo de volver. La preparación requiere mucho sacrificio y realmente vivir de esto es complicado, más en mi época. Siendo profesional se puede pero hay que dedicarle mucho”, reconoció.
Haber sido motivación para que su padre regrese a su pasión también es parte del rol que Lucca cumple en redes sociales como influencer.
“Siempre nos ayudamos mutuamente. Hay mucha información nueva que llega de un montón de lugares y es un aprendizaje constante. Él tiene muchísimo recorrido, muchísimas cosas que yo desconozco, que puedo llegar a aprender con él. Y a mí me llega, por suerte, información de otros lugares que están un poco más avanzados que acá en ese sentido. De esta manera intercambiamos información y conocimientos”, manifestó el joven culturista.
El camino lo comenzó Esteban, al principio solo yendo al gimnasio haciendo la parte de musculación. “Siempre me llamaron la atención las personas musculosas, sobre todo la de los cómics Superman, Batman, He-Man y yo quería ser como ellos. El primer culturista que llegó a mí fue Lou Ferrigno (el Increible Hulk), después Arnold Schwarzenegger, Silvester Stallone. Entonces empecé en mi casa haciendo flexiones de brazo, me hice unas mancuernas y hacía algo de calistenia, un entrenamiento parecido a lo que es el crossfit actual”, recordó Esteban que también fue jugador de rugby.
“Con el tiempo me anoté en un gimnasio con un amigo y al profe le gustaba el culturismo y nos daba rutinas parecidas. Al tiempo, ya con esa base de entrenamiento, caí en el gimnasio de Marcelo Bagnati, un referente del culturismo en la provincia”. Pasaron 3 o 4 años desde que Esteban inició con el entrenamiento y sus primeras competencias fueron a los 18 años en los comienzos de los años 90.
En cambio Lucca prácticamente nació en el gimnasio. “Creo que lo primero que hizo mi viejo después que naviera fue llevarme al gimnasio”, dijo entre risas. Comenzó con el kung fu en el mismo gimnasio de su padre hasta que llegó el momento que quiso hacer lo mismo. “Me atrapó desde chico y a los 11 ya estaba entrenando en el gimnasio”, comentó.
Siempre le dedicó tiempo al gimnasio y la musculación pero hasta antes de la pandemia de 2020 nunca se le cruzó empezar a preparar su cuerpo para competir.
“Con 17 años y en pandemia hubo un quiebre en mi vida. Fueron muchas cuestiones por un lado tuve una relación tóxica con mi expareja y mi estado físico era cualquier cosa, había engordado, no entrenaba y no me cuidaba, siendo que tenía un buen físico para esa edad”, recordó.
“Terminó la pandemia, logré salir de lo que era esa relación y de ahí en adelante empezó este camino. Yo creo que ni siquiera ese pibe que empezó de muy chico se esperaría lo que está viviendo hoy en día”, manifestó Lucca de 22 años que ya ostenta un subcampeonato de fisicoculturismo Argentino y promete mucho más.
LA COMPETENCIA
Son meses de preparación para mostrarse, lo más espléndido posible, por algunos segundos ante los jurados. “Uno se prepara específicamente para ese día. Es más, capaz que días anteriores vos te notás destruido y no querés ni verte al espejo porque no te gusta lo que ves, pero nuestra preparación tiene que ver con eso, no nos preparamos para todas las semanas previas”, simplificó Lucca.
En ese sentido precisó que al momento de subirse a la tarima para ser analizado el deportista tiene que estar en todos los detalles. “Siempre se busca posar con el mejor ángulo posible para mostrar el cuerpo, hay que saber hacerlo”, dijo el culturista de 22 años.
En la actualidad las competencias se dividen por categorías, no como sucedía cuando inició su camino Esteban Tamareu. “Ahora es más amplio porque antes vos, siendo joven, tenías que competir con alguien más grande entonces ya eran otros parámetros de análisis. Hoy es distinto porque se puede elegir qué mostrar”, sostuvo.
“La mayoría pide el mejor desarrollo muscular con la mayor definición. Y después entra todo lo que es la estética, la forma, las proporciones, la simetría del cuerpo y las poses, la puesta en escena. Más que nada es importante saber mostrar el cuerpo ya que todos tenemos puntos fuertes y puntos flojos, entonces hay que tratar de esconder los puntos más débiles”, señaló Esteban.
La preparación previa incluye mucho trabajo de gimnasio, apuntando a zonas específicas. Asimismo otro punto fuerte que hay que tener muy en cuenta es la alimentación y que repercute y mucho en los cuerpos. “Es un estilo de vida”, destacó Esteban.
Comparando los tiempos de esplendor con la actualidad, Esteban contó: “Estaba dos semanas sin comer hidratos de carbono, era sólo carne que era una tortura realmente. O el agua que antes tomábamos destilada. Hoy las cosas han cambiado mucho a tal punto que viendo y aprendiendo con Lucca, ahora he logrado tener un estado que nunca tuve siendo más joven”.
ACOMPAÑAMIENTO NECESARIO
Durante toda la preparación, además de la dedicación a consciencia, es un punto muy importante contar con el apoyo de los seres queridos.
“Mi vieja está siempre presente. Ya sabe de cómo es esto así lo conoció a mi viejo. Claro que siempre está con esos miedo propios por que no es un deporte sano, sino que es llevado al límite pero lo entiende, apoya y acompaña”, valoró el joven sobre su madre.
“Mi novia se banca todo y por eso creo que ella tiene más fuerza mental que yo. También le gusta entrenar, lo hacemos junto, me sigue el ritmo y todo. Construir las cosas junto a ella es lo que también me motiva para ir hacia adelante”, reconoció Lucca sobre su pareja Carla.
Quien sigue los pasos del culturismo es Alejandro, el menor de los Tamareu. “Es un pilar. Entrena como un físicoculturista no para competir aunque sigue los cuidados, no tanto las dietas pero está en el ambiente”, contó Esteban.
Asimismo, Esteban también destacó el apoyo incondicional de su madre: “Es un ejemplo de vida, de fuerza y de lucha. Siempre estuvo, me preparaba las comidas y siempre para adelante. De ella sacamos ese empuje y ese no caer, porque las debilidades nos vienen a todos, entonces hay que saber levantarse ante las adversidades”.