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Figura en el ascenso de Platense

Lucas Goldenberg: "El básquet y la vida en sí, siempre dan revancha"

Foto álbum personal L.Goldenberg.
Foto álbum personal L.Goldenberg.
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El paranaense ex Sionista pasó por El Pelotazo y contó pormenores del arduo y largo torneo que atravesaron para conseguir el único boleto a la máxima división. Además de su buen momento deportivo, empezó a estudiar periodismo.

Lucas Goldenberg llegó a Platense para la temporada 2018/19 y su calidad de juego supo adaptarse al elenco porteño. Institución que lo recibió con los brazos abierto, donde lo sorprendió “la pasión que hay con el equipo, siendo que es un histórico del fútbol. La gente, los dirigentes todos te hacen sentir parte del club, son muy hinchas”, destacó el alero de 25 años.

El paranaense reconoció que el actuar del Calamar en la pasada temporada en la segunda categoría fue de menor a mayor. “No comenzamos bien, no encontrábamos la química y se dieron derrotas que, a priori, no estaban en nuestras espectativas, no pudimos clasificar al Súper 4 que era uno de los objetivos. A pesar de eso con el apoyo de la gente salimos adelante”, contó.

“Durante toda la temporada el equipo tuvo mucha convicción y carácter, nos supimos levantar rápido pese a los golpes. Tras las caídas a los otros días entrenamos durísimo, pese a que siempre se acostumbra a hacer regenerativo. Revisamos lo que teníamos que corregir, y al finalizar nos decíamos que íbamos a ir a ganarlo. Estábamos con esa sed y hambre de ganar”, reconoció el paranaense.

Lucas tuvo una gran labor a lo largo de la Liga, estuvo presente en 57 partidos, cosechó un total de 1385 minutos en cancha y aportó 446 puntos (fue el quinto goleador del equipo). “Me caractericé por lo defensivo, por darle al equipo un poco más de intensidad, de fuerza, sobre todo en Liga Argentina que los roles están más definidos. Con las seis fichas mayores te da la posibilidad de cumplir más roles, no sólo el específico. En algunos me tocó hacer lo que siempre hago y en otros tomar más preponderancia en la parte anotadora, lo trabajamos sobre todo en el receso. Teníamos una forma de juego donde todos éramos protagonistas, eso nos costó al principio pero cuando lo logramos se formó una gran química. Sabíamos que teníamos muchas variantes, el equipo se sintió cómodo en toda la temporada”, destacó.

El alero de 25 años disfrutó y festejó por primera vez un ascenso a la Liga Nacional, pero antes tuvo que pasar por las difíciles del deporte, como perder la categoría. Su anterior club fue Salta Basket que descendió a la segunda división en lo que fue la temporada 2017/18. “Lo bueno de este deporte, y la vida, es que siempre da revancha, una nueva oportunidad. Culminar el año con el ascenso es una satisfacción muy grande que se sigue disfrutando”, contó.

“Es la primera vez que me toca jugar una final por el ascenso como profesional. Con Sionista pude jugar definiciones del torneo local, ahora fue con otras responsabilidades y fue muy impresionante. Me mentalicé disfrutarlo y lo logré dentro de lo que se puede disfrutar una final. El equipo estuvo muy bien a pesar de los dos golpes duros en la serie que perdimos de local y bien”, manifestó Goldenberg, quien además reconoció el duro trabajo extradeportivo que tuvo que atravesar.

El entrenamiento diario, las derrotas, las victorias, las malas actuaciones personales requieren un proceso en todo deportista, que en muchas oportunidades requiere una asistencia por profesionales. “Todas esas cosas las trabajé solo, con mucha ayuda de mi novia, con quien vivo, y mis amigos, todos me acompañaron durante toda la temporada. Tener ese apoyo te hace muy bien si bien soy consciente que en algún momento tendría que haber buscado ayuda profesional porque es una cuestión que es totalmente natural y hay que tomarlo así”, señaló.

“El deportista tiene un grado de responsabilidad y tiene que responderle a alguien. En un punto hace bien recibir esa ayuda, que a veces no se hace por tabú porque uno cree que sería vulnerable. Soy muy temperamental, me tomo las cosas muy a todo o nada y se que tengo que relajarme en algunos momentos”, reconoció Lucas.

“La temporada al ser larga te da esos momentos que tenés un mes o cinco partidos malos y después tenes dos meses que te comes el mundo. El básquet es irregular en un mismo partido a veces es muy dinámico e inestable. La gente no sabe lo difícil que es llegar hasta ahí, todos se guían por lo que cobra, pero hay un montón de cosas que se hace difícil. Es un deporte muy popular que por año salen 20 figuras nuevas que te van a empezar a quitar lugar. En el tenis por ejemplo con Federer que no pueden sacarlo o a Paolo Quinteros que es un tipo que siempre está listo, pese a que no está al mismo rendimiento que hace años pero siempre responde en los momentos importantes que lo deja en vigencia”.

CAMBIAR LA CABEZA TRAS EL DESCENSO

Lucas Goldenberg cuenta con una buena trayectoria en el básquet pese a su corta edad. Conoce del esfuerzo diario, los entrenamientos constantes, pero todo tiene un punto de inflexión con altibajos, y afecta más cuando sucede en el club que te da todo y donde uno comienza a transitar todo el proceso deportivo. En este caso, Lucas con Sionista.

“Me dolió y costó procesar muchísimo el descenso de Sionista en su momento porque fue muy duro por todo lo que significó para mí. Fue parte de la adolescencia y el comienzo del profesionalismo, con gente del club que quiero mucho y les tengo mucho cariño, que es recíproco porque me han mandado saludos por el ascenso”, recordó el basquetbolista que luego tuvo un aceptable paso por Libertad de Sunchales y posteriormente por Salta.

“En Salta Basket tuve otro duro descenso pero con una cabeza más preparada. El descenso duele porque se ve el esfuerzo, la confianza y un proyecto que no puede continuar. Fue una apuesta ira la Liga Nacional un año. Y no quería esperar que me llegue una propuesta de primera y mi cabeza no estaba preparada para pasar otro año mal. Llegó la propuesta de Platense la analizamos con mi representante y vimos que el equipo iba a intentar buscar ser protagonista, intente cambiar la cabeza para buscar ascender con un equipo de categoría inferior”, recordó el paranaense que firmó la renovación con Platense para comenzar a transitar nuevamente el camino de la primera división del básquet argentino.

EL ASCENSO, UN LARGO PROCESO

Lucas es consciente que a cualquier equipo le significa un gran esfuerzo abordar un torneo, sobre todo la Liga Argentina. El viejo Torneo Nacional de Ascenso actualmente es un largo periplo donde 28 equipos luchan para un solo ascenso.

“Me acuerdo de ver a Sionista y Echagüe en lo que era el TNA, había menos cantidad de equipos pero se armaban mejor. El formato de hoy permite que los equipos especulen y vean cuál es el momento para invertir. Antes jugaban los que estaban mejor preparados y los que llegaban, porque era durísimo, había jugadores de primer nivel o que eran jóvenes o resignaban jugar en Liga porque en el TNA tenían un rol importantísimo”, reconoció Lucas.

“Hoy también es muy difícil al haber muchos partidos, ganar de visitante es durísimo porque los equipos se hacen muy fuertes de local. A nosotros nos tocó perder con equipos que terminaron últimos, pero de locales eran mejor”.

“Me dio pena por San Isidro (el otro finalista de la Liga Argentina), ya que hizo un gran torneo y sólo había un ascenso. Primero porque tengo amigos, hicieron el mismo laburo que nosotros a lo largo de la temporada. Me parece que si a la final llegan dos equipos, ambos están preparados para jugar la Liga Nacional. No como algunos equipos que se armaron para ver qué pasaba, ya que tampoco hay descensos”, destacó.

“San Isidro, nosotros y otros equipos se prepararon para el ascenso. Por eso hay que replantearse muchas cosas, Hay que ser coherente por la situación del país y ver que no todos los equipos están bien económicamente para solventar los gastos. Por esos que han demostrado el esfuerzo armando equipos competitivos está bueno que vuelvan los dos ascensos”, señaló el alero.

ALTERNATIVA AL BÁSQUET

Goldenberg además de tener un gran presente en el básquet, decidió pensar en el futuro y comenzó a estudiar Periodismo. “Me gusta opinar de todo”, señaló. “Está bueno estudiar y me arrepiento no haber empezado antes, porque de grande es difícil volver a estudiar, cuesta y sentis como que si hubiese empezado de más joven ya estaría recibido”, reflexionó.

“El básquet te da la posibilidad de estudiar y creo que hoy es lo primordial. Cuando sos joven y tenés el ejemplo, como Alejandro Zilli que empezó a estudiar Martillero Público con 30 y pico de años, está bueno porque te da la pauta que se pueden hacer ambas cosas. La vida del basquetbolista son 15 años y después tenés que hacer algo más”, aseguró el joven que cursa sus estudios en la Universidad Siglo XXI.

La pasión por el deporte con la pelota naranja comenzó a los 13 años, siendo que antes transitó por el fútbol y el básquet. La convocatoria para el selectivo de Entre Ríos motivó aún más las ganas de dedicarle tiempo al básquet. Tiempo en que relegó reuniones con amigos, vacaciones y otras cosas.

“Uno cuando elige ser jugador de básquet, a los 17 o 18 años llega un punto que podes dar marcha atrás, nosotros siempre buscamos exigirle a los más chicos pero hay que esperar un poco porque pasan cosas de la vida diaria. En mi carrera he tenido que resignar muchas cosas. Cuando terminé la escuela mis amigos se fueron de vacaciones y yo estaba en el plantel de Sionista, entrenaba, nos nos iba muy bien con las inferiores, pero pensaba si realmente era lo que quería. Uno cuando piensa esas cosas tiene que hacerlo pensando en los beneficios que puede traer siendo constante, hoy puedo decir que tomé una buena decisión porque el vivir del deporte te hace vivir otra experiencia”, admitió Lucas.

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