
La uruguayense Magdalena Garro ya piensa en Rumania para una nueva participación en un mundial de canotaje.
El proceso previo lo transita con entrenamientos diarios y acompañada de su familia y amigas, a las que consideró, entre risas, "palabra autorizada" para opinar del deporte ya que hace 15 años que conocen su disciplina: "Mi familia y amigas son palabra permitida en el deporte. Hace 15 años estoy en esto y saben de la dedicación que le tengo. Ellas me ven distinta, me dicen estás más tranquila que años anteriores, me conocen, son las que me escuchan, son la que escuchan la parte personal que uno no cuenta, las del día a día y que me acompañan siempre como mi familia", rescató la palista entrerriana.
El canotaje es un deporte que requiere un sacrificio especial porque se entrena al aire libre llueva, haga calor o frío. Pero no queda otra que abrigarse bien y preparase lo mejor posible, más cuando a corto plazo está como objetivo un Torneo Mundial de Maratón en Rumania a fines de septiembre.
“El prepararte con mucho tiempo te da esas seguridad o esos detalles que capaz que si ya perdiste muchos días, ese día vas a ir a entrenar porque sino ya te quedan mal las semanas”, añadió.
“La preparación en el deporte no la haces una semana antes, si la haces con antelación vas a poder planificar mejor tu entrenamiento entonces por ahí tenes algunos permitidos. Por ejemplo esos días que hizo mucho frío, con 0 grados y 20 kilómetros por hora de viento, sabiendo que la competencia estaba lejos, veníamos bien con los entrenamientos entonces nos tomamos el día y así evitamos enfermarnos”, recordó Garro que sale a remar, con bajas temperaturas, siempre bien abrigada pero siente el frío una vez que pone un pie en el agua.
Además del factor que le aporta cada deportista, también es una disciplina que requiere una inversión económica para practicarla. Una pala ronda los 400 dólares y un bote está cerca de los 40 mil pesos. “Un bote y una pala lo podes tener por 10 años por ejemplo. Si te pones a pensar puede ser un poco caro, pero hay distintas versiones de palas. Hay algunas que las hacen en Paraná y son económicas y muy buenas. Yo tengo una pala que es la primera que tuve, la usó mi hermano y un amigo y ya tiene 21 años”.
Al momento de iniciar la práctica deportiva estos elementos ya los tiene disponible el club, pero no siempre hay disponibles para todos. “En el club (Regatas Uruguay) nos ha pasado que tenemos más chicos entonces hay que turnarse y por ahí algunos no quieren salir con tal bote entonces surgen esos temas que le piden a los padres que le compren un bote y bueno. Igualmente no es que sea necesario del día uno tener un bote y una pala propia”.
“Uno empieza y aprende a remar, capaz que puede estar un año hasta que aprende bien, y si le gusta ahí se quiere comprar bote y pala, o arrancan con todo usado como yo que eran de mi hermano. Después de a poco me fui comprando lo nuevo hasta que tuve mis cosas”, reconoció la palista.
En este aspecto económico también siempre es importante contar con la ayuda del Estado. En la actualidad Magui cuenta con el apoyo monetario gracias a los buenos resultados obtenidos en las distintas competencias que ha participado. Pero a su vez reconoce que es complicado acceder a ellas porque se tiene en cuenta una sola modalidad dentro del canotaje.
Al formar parte del equipo de velocidad cuenta con las becas otorgadas por la Secretaría de Deportes de Nación y la del Enard. "En canotaje hay dos ramas diferenciadas. La de velocidad, que es considerada una disciplina dentro de los Juego Olímpico y Juegos Panamericanos, manejado todo por Enard. Después está la maratón que no entra en el presupuesto y ahí se da la cuestión. Yo tengo las becas por estar en el equipo de velocidad, por mis resultados en Lima y demás", sostuvo.
Y añadió: "No sólo en canotaje, sino en otras disciplinas que no forma parte del programa olímpico. Es como que hay un pasivo presupuestario que una parte tiene y la otra no".
La entrerriana reconoció que el importe recibido siempre van de la mano del mérito deportivo de cada atleta. "Dentro del mismo equipo las becas son distintas, ese es el sistema de méritos que hay en el Enard que es lo que nos llevó al nivel que tiene el equipo a su totalidad".
Lo que a su vez ha servido para que los deportistas argentinos se sientan aún más motivados y se mejoren día a día. "Un sistema de mérito donde la deportista que tenga mejor resultado va a cobrar más y el entrenador también. A todos nos gusta ganar y esto ha servido para mejorar el nivel en los deportes porque uno ve que su esfuerzo será recompensado", enfatizó.
EL VIENTO, UN FACTOR FUNDAMENTAL
“El viento influye. Si uno se pone a ver el viento de una competencia normal, por ejemplo en Atenas la competencia duró 15 segundos más que lo normal”, señaló Magdalena que a su vez reconoce que el viento en contra es uno de sus principales enemigos.
“Uno siempre trata de entrenar con viento en contra o a favor, a algunos les cuesta adaptarse más y a otros menos. También cada uno sabe que tipo de viento hay donde va a competir, entonces entrenas con esas características. Y sabes que la carrera se va a hacer unos segundos más larga entonces eso también se trata de ver. No es lo mismo 1 segundo que 15 segundos”, destacó.
La pandemia también jugó su papel en cuanto a los entrenamientos durante el 2020. Debido a las restricciones en el país y en provincias particulares, Magui y el resto del equipo de canotaje tuvieron que concentrar un largo tiempo en Gualeguay y tuvieron estadias alargadas en Tafí del Valle, Tucumán y en Gualeguaychú.
"Cuando fuimos a Tucumán el 30 de noviembre había una sola ruta de entrada y con horario. Ya no tenía ganas de hacer todo eso, pero después la pasamos genial en Tafí. También en su momento pasó lo mismo en Gualeguaychú que se daban las condiciones, nos quedábamos en unas cabañas que quedaban al lado del río. Porque había lugares que no nos aceptaban", recordó.
DEPORTISTA OLÍMPICA
Londres 2012 y Río 2016 fueron las dos participaciones de Garro en un Juego Olímpico (JJOO). En ambas citas deportivas obtuvo la medalla de bronce en la prueba K4 500 metros femenino. “Al ser un deporte con una clasificación difícil para nosotros un Juego Olímpico es un gran objetivo, único y a veces cuesta mucho decir qué es un JJOO, porque cuesta expresarlo con palabras, al menos para mi. La verdad que es ir, disfrutarla y competir”, destacó la atleta de 32 años.
La clasificación fue fruto del sacrificio y esfuerzo continuo de la gualeya que junto al equipo siempre fueron por más. “Hay veces que uno está tan enroscado con la competencia y tiene un objetivo tras otro que lo hace entrar en esa vorágine que no lo deja valorar lo que viene haciendo”, sostuvo.
“Mis conocidos me decían ‘Magui vi no te das cuenta todo lo que ya hiciste y les decía si me falta. Pero a veces uno piensa en lo que le falta y no piensa tanto en lo que hizo. Creo que ahí está la diferencia que uno como deportista siempre va entre un objetivo y otro”, reconoció.
Magui recordó momentos vividos durante su estadía en Río donde pudo compartir momentos con grandes deportistas y hasta logró obtener algunos recuerdos. Uno de ellos fue una foto con el extenista brasileño Gustavo “Guga” Kuerten. “Estaba medio lejos y dudaba si era él, pero lo reconocí y salí corriendo para la foto. Le dije Guga me puedo sacar una foto” y él accedió.
El otro recuerdo que perdura por medio de una foto es junto a Emanuel Ginobili y Luis Scola en un ascensor en el edificio de la Villa Olímpica. “Volvíamos de comer, y andábamos con la pala y nos preguntan ‘cómo andan con esto todo el día’ y si le dijimos ‘vamos venimos’. Porque la pala mide 2.10 y uno se acostumbró, pero la gente cree que te vas a chocar todo”, contó.
Ese tipo de encuentros, entre atletas amateur y consagrados, es continúo durante un Juego Olímpico. Más teniendo en cuenta que toda la delegación nacional se hospeda en un edificio con cientos de habitaciones. Y esos atletas con una gran carrera y que son profesionales no se olvidan de sus comienzos.
“Ellos por ahí ves que lo disfrutan porque están tranquilos, relajados y se manejan como uno más. También están acostumbrado más allá de lo que hoy son Ginobili, Scola o los chicos de la Generación Dorada o del Alma. Ellos también fueron socios de un club, y se llevaban sus zapatillas y tenían que hacer cosas para comprar su equipamiento, en algún momento tuvieron que hacerlo. Esa parte creo que es la que no se olvidan”, señaló Magui.
MEDALLA DE BRONCE EN LIMA 2019
La palista uruguayense se alzó por primera vez con una presea en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, fue la de bronce en los 500 metros del K4. Conquista que volvió a conseguir en Lima 2019 junto a su amiga y coterránea, la paranaense Micaela Maslein.
De esta última competencia rescató el crecimiento del equipo para sobreponerse a las malas actuaciones de un año antes. “El K4 no venía bien, con malos resultados, yo no estaba a buen nivel y venía complicada en los entrenamientos. Pero le pusimos garra con las compañeras, lo charlamos mucho y crecimos un montón ya que cada una puso mucho para que el bote mejore”, contó Garro que compartió equipo en Lima con Sabrina Ameghino, Maslein y Brenda Rojas.
Y destacó el trabajo en equipo “porque el canotaje tiene esa dicotomía que uno entra por su rendimiento personal pero después compite en bote de equipo. En 2018 la cara del K4 era otra completamente distinta y dijimos que si queríamos hacer un buen papel en 2019 teníamos que cambiar un montón de cosas, nuestra actitud, la forma de entrenar, la forma de subirnos al bote. Pulimos los detalles y creo que lo logramos. No solo nos fue muy bien, sino que competimos muy bien”.
Las argentinas marcaron un tiempo de 1:35.606, a 1.290 del equipo canadiense que se quedó con el oro. “No es que solo fuimos terceras, creo que en algún momento estábamos bastante más adelante y los otros botes se nos fueron adelante en los últimos metros de competencia. Estábamos muy felices las cuatros, y se nota porque uno trabaja muchos meses y es difícil a veces. No se cuanto antes de Lima empezamos y sacrificamos muchas cosas para una competencia que es tan corta habiendo estando trabajando muchas horas arriba del bote. Y en ese tiempo uno tiene que plasmar esos meses de entrenamiento”, rescató la entrerriana.
EL RÍO FAVORITO
Sin dudar, Garro eligió al río Uruguay sobre el Paraná en cuanto a la práctica del canotaje. "Hoy hay algo más a mi favor, todos los chicos de Paraná, Baltazar Itria, Franco Marchetti, Jan Abad, Micaela Maslein, y Eduardo Suarez “el Pala”. Ellos vienen desde Paraná a Concepción a entrenar".