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Charlas de básquet

Müller y Barsanti, los asistentes paranaenses campeones de la Liga

Dialogamos con los dos coachs que ostentan ese lujo. Facu además contó sobres su actualidad como DT en el básquet de Japón. Titi repasó detalles del reciente título junto a Victoriano en Instituto de Córdoba.

Ignacio Barsanti y Facundo Müller son dos de los referentes del básquet local con gran presente en la conducción técnica. Como asistente técnico de Lucas Victoriano, Titi se consagró con Instituto de Córdoba en la Liga Nacional por primera vez en su carrera. En tanto que Müller transita su tercer año en el básquet japonés como entrenador. Facu formado en Echagüe y Titi en Ciclista, los coachs repasaron su trayectoria y contaron el presente, prensando en el futuro cercano.

Luego de tanto esfuerzo y empeño, Ignacio Titi Barsanti tuvo su recompensa en el deporte de su vida, el básquet al consagrarse campeón de la Liga Nacional con Instituto de Córdoba, primer palmar para La Gloria cordobesa. Es el primer título del entrenador entrerriano en la élite del básquet argentino, esta vez como asistente técnico de Lucas Victoriano.

“La verdad que es un orgullo poder llevar el básquet de Paraná a lo más alto y es muy significativo, algo que se hizo notar en este tiempo de que estamos en Córdoba”, sostuvo Barsanti que entre sus dirigidos tuvo al paranaense Luciano Chuzito González, una de las figuras del equipo.

Al pasar los días tras la consagración ante Quimsa en el quinto partido, Titi comenzó a observar el cariño y el afecto de la gente y de los clubes donde ha dejado una huella a lo largo de su carrera como jugador y como entrenador. “Siendo sincero la magnitud que sentí estos días por los mensajes de la gente, del ambiente del básquet, de las redes sociales fue algo impactante. No se si la palabra es shockeado, pero no hemos caído en el momento que estamos pasando y se hizo sentir mucho eso del afecto demostrado”.

“Con el Chuzito decíamos lo significativo que es para la gente llevar la bandera de nuestra ciudad y del básquet .Es realmente significativo que lo podamos compartir y que la gente lo viva como nosotros. Eso para mi no tiene premio”, reconoció.

Instituto de Córdoba logró el título tras quedarse con el quinto partido en condición de visitante y dando vuelta por completo la serie ante los santiagueños. “Fue increíble la convicción que teníamos. Haciendo el scouting antes de la serie final le decía a Lucas que sentía que podíamos dar el golpe porque se veía un gran nivel, podíamos generar situaciones y el ritmo de juego”, valoró Barsanti.

“Estábamos jugando con el mejor equipo de la fase regular, que contaba con 3 americanos muy buenos, con un presupuesto importante, pero la convicción y el deseo que teníamos era tan grande y los jugadores sentían lo mismo cada entrenamiento. Tienen una mentalidad ganadora impresionante y se dio ese conjunto de situaciones para que sea el resultado obtenido”, señaló el paranaense.

“Además creo que fue la primera vez que se da vuelta la serie en un quinto partido y de visitante. Sinceramente fue increíble, lo comparaba un poco con el quinto partido que ganamos con Echagüe en Hindú. Esas situaciones te van forjando el carácter para esos momentos y lógicamente se disfruta y se vive de una gran manera”, remarcó Barsanti.

Sumado a todas esas cosas también se dio el hecho de que nuevamente un club cordobés se quedó con la Liga Nacional. “Instituto tenía una ansiedad muy alta por lograr un título, lo hicimos nosotros y como se dio es muy significativo”.

“Hay momentos que no se pueden borrar de la memoria. En un encuentro de minibasquet en Ciclista me trajo recuerdos de estar y compartir con los padres, con Passadore, con los chicos y esa sensación de la familia, del barrio. A lo largo de lo que queda en la vida es tratar de ser buena persona. Que vengan y te reconozcan, que puedas compartir un evento, un entrenamiento, un asado lo que sea es lo mejor que te puede pasar, eso es impagable”, aseguró Titi.

Asimismo Barsanti tiene la ilusión de que el básquet de la capital entrerriana resurja nuevamente con la experiencia y colaboración de los grandes basquetbolistas que han triunfado a nivel local, nacional e internacional.

“Sería hermoso ganar una plaza pura. Hay tanto basquet hermoso y clubes con una gran cuna de chicos. Ojalá que el dia de mañana tengamos un representante en la liga”, sostuvo

LA CARRERA DEL ENTRENADOR

Con años a cuesta como asistente técnico y como entrenador en Echagüe, Barsanti conoce muy bien la implicancia que conlleva el rol de conductor donde conviven con constantes cambios emocionales.

“Es muy estresante, porque temporada a temporada uno tiene que tomar decisiones de vida prácticamente. Todos pasamos por este camino de decir me meto bajo el ala de un proyecto o soy cabeza de un proyecto donde puedo continuar mi carrera. Con Lucas lo hablamos todo el tiempo porque somos entrenadores jóvenes y nos pasa a los dos el hecho de tomar una decisión o un desafío deportivo como en Instituto”, señaló.

“En Regatas estábamos de primera, es un club magnífico pero nos hacía falta dar un salto en el desafío deportivo. Instituto reunía esas características entonces cuando lo hablamos con Lucas, le dije vamos por todo, acá no hay que dudar, nosotros tenemos que seguir creciendo y apostando por grandes cosas. Es salir un poco de la zona de confort porque necesitas dar un paso más arriba todo el tiempo y eso se vio reflejado. El hambre, las ganas, el deseo y la convicción en busca de algo es lo que siempre termina pagando el resultado”, manifestó Barsanti.

Titi comenzó a trabajar con Victoriano en Regatas de Corrientes en 2018 por medio de la recomendación de Sebastián Uranga. “Antes de empezar a trabajar con él decía que increíble trabajar con Victoriano por lo que significa para el básquet argentino, uno de los primeros en jugar en Europa”, manifestó.

“Estaba haciendo sus primeras armas en Regatas y en el trabajo día a día nos soltamos y logramos una química difícil de conseguir y eso hace que todo sea más fluido y natural. A todo eso lo trasladamos afuera de la cancha porque tenemos una amistad. Además Lucas tiene la simpleza de un tipo normal, es sencillo y hace que todo sea más fácil”, destacó.

“Lucas es de esas personas que genera lo que genera la Generación Dorada. Hace un tiempo me tocó compartir con Campazzo unos días, que decís este tipo está en la NBA y compartimos como uno más del barrio, y Victoriano es así de sencillo. Es increíble lo que genera en el contexto del básquet. A donde vamos el tipo es hiper reconocido y todos lo quieren“, reconoció Barsanti que ya transita la quinta temporada con el tucumano.

CAMPEÓN DE LIGA NACIONAL

Las sensaciones luego de la consagración hicieron recordar sus comienzos, a su padre y todo el esfuerzo dedicado al básquet. “Me acordaba de mi viejo que fue dirigente de Ciclista mucho tiempo y cuando era chiquito iba a ver la primera y después fui a Echagüe a ver la generación linda del 90 con Volcan Sánchez y miraba a los jugadores. Me acordaba de todo eso y decía hoy me toca vivirlo”.

“Por ahí es tanta la vorágine y la adrenalina que tenés que estar enfocado en el trabajo porque más allá de todo eso hay mucho trabajo de focalización entonces no te podés distraer en ningún segundo porque todos los detalles cuentan. De a poco voy bajando los decibeles donde empiezo a ver dónde estaba y lo que se consiguió porque hay tantos entrenadores prestigiosos que quizás no han logrado un título o no han tenido la oportunidad de llegar a esta instancia y la verdad que es muy fuerte”, remarcó Barsanti.

Asimismo destacó que está “tranquilo de vivir las cosas. Soy nervioso pero tranquilo a la vez y es como que todavía estoy viviendo como se dio todo. Seba Uranga me habló y me dice ‘todavía no vas a tomar dimensión pero cuando pase un poco el tiempo te vas a dar cuenta dónde estás’”.

Facundo Müller y su experiencia en Japón

Del otro lado del mundo, en suelo japonés, Facundo Müller pone en práctica los conocimientos adquiridos desde los 18 años como monitor en el Atlético Echagüe Club y su trayectoria en el básquet nacional. Desde 2021 es el encargado de conducir al Veltex Shizuoka en la tercera división del básquet nipón. Con contrato renovado recientemente, el paranaense regresará prontamente para encarar la nueva temporada donde tienen por objetivo ascender a la segunda división.

En 2017 tuvo su primera experiencia en el básquet japonés al dirigir por un corto período de tiempo al seleccionado del país asíatico como suplente de Julio Lamas que lo recomendó provisoriamente. “Julio me abre las puertas en ese momento porque tenía que terminar su contrato en Liga Nacional y me lo ofreció. Dirigí el equipo durante un mes”.

La llegada de Lamas, y en parte su también la de Müller, tiene que ver con el reconocimiento al básquet argentino por medio de la Generación Dorada. “Ellos dijeron queremos jugar como ese equipo, siempre preguntan por la selección y por eso buscan a los argentinos”, señaló.

Estos años le han permitido observar el nivel de organización que manejan para la vida diaria y así lo aplican al deporte. “Si bien el país es una potencia, el básquet tiene muy pocos años y cada año aparecen equipos nuevos. Tienen un gran crecimiento en lo organizativo y económico y comenzaron a contratar jugadores de Euroliga”.

“Es un país muy ordenado, muy planificado. Hace poco tuvimos una reunión y me preguntaron en qué horario quería jugar, si a las 15 o a las 16 y recién empiezan en octubre. O la cancha de entrenamiento para noviembre y diciembre, hora y tiempo que lo vamos a utilizar. En Argentina te avisan de un día para otro y en Japón es así en todos lados”, afirmó. Y también reconoció que son muy respetuoso de la palabra y los compromisos como el anuncio que realizó el presidente del club durante 2020. “Ahora están buscando los avales municipales y económicos para el nuevo estadio que quieren construir recién en 2024. Planifican todo con tiempo, es algo increíble que me llama la atención. Me encanta porque los entrenadores somos de planificar. Los tipos te dicen en tal fecha empezamos a construir y lo van a cumplir”.

LA ADAPTACIÓN A UN MUNDO DISTINTO

En su llegada a Japón la principal dificultad de Facundo fue la barrera idiomática que hasta el día de hoy le cuesta. “Es el tema central de este trabajo o para la gente que trabaja en otra cosa en Japón. La cuestión es cómo comunicarse, porque con los americanos se puede hablar en inglés y es lo más parecido en todos lados e incluso en Argentino. Pero con los japoneses es difícil porque tampoco hablan inglés, en mi equipo de 10 jugadores solo uno habla inglés”, sostuvo el entrenador paranaense.

Es por eso que Facundo da las charlas e indicaciones en español y es asistido por un traductor japonés que vivió 15 años en nuestro país. “Llegó a Buenos Aires sin saber una palabra, jugó en el ascenso del fútbol argentino y estudió kinesiología en la UBA. Yo hablo en español en las prácticas, partidos, reuniones y el traduce al japonés”.

Asimismo manifestó que a pesar de estar pronto a iniciar su tercer año en el país, continuamente todo le implica un constante aprendizaje. “Hay muchas cosas que sé cómo son y otras que no, es un constante aprendizaje que nunca se termina. Me ha pasado de pensar que estoy bien y cómodo, pero de repente hay otras cosas que me tiran todo atrás. Creo que es lo más difícil de todo”.

“En Argentina y en Europa los entrenadores somos más temperamentales y tenemos formas de reclamar de una manera con reacciones calientes y subida de tono a lo que ellos no están acostumbrados. Cuando pasan cosas no reaccionan, y puede tomar esas reacciones como un ataque de ira”, reconoció y asintió con respecto a la diferencia que se notan en el lenguaje corporal entre las costumbres.

DE AYUDANTE A TÉCNICO

Facundo tiene una vida ligada al básquet. Siempre sintió que estaba para aportar desde el banco sus conocimientos basquetbolísticos. Desde los 18 años comenzó con la tarea de monitor en Echagüe, fue DT interino por un tiempo y luego por más de 20 años se dedicó al rol de asistente técnico. Fue hasta el año 2013 que Olímpico de La Banda lo contrató como entrenador y desde allí pasó por Libertad de Sunchales, Instituto de Córdoba, San Lorenzo de Almagro.

“El rol es diferente entre el asistente y el entrenador. A los 19 años dirigí el equipo de Echagüe, algo que creo es récord en argentina y en el mundo. El cambio de ayudante a técnico es muy importante y en estos 20 años más de uno me preguntó cuándo iba a dirigir y mi respuesta siempre fue: quiero dirigir pero tiene que aparecer la oportunidad, el DT no tiene el trabajo cuando quiere, primero se lo tienen que ofrecer y después uno acepta o no”, contó.

“Estando en Liga Nacional no buscaba oportunidades en TNA porque pienso que siempre hay que tratar de estar en el máximo nivel y no fui, me quedé como ayudante hasta que Olímpico de La Banda me ofreció dirigir el equipo. Analizé la situación viendo el equipo que teníamos y si podíamos cumplir el objetivo de no quedar entre los últimos y acepté. Desde ahí se fue haciendo la carrera de entrenador que siempre fue acompañada por los resultados”, reconoció.

Asimismo sostuvo que “es todo muy difícil porque primero tiene que estar la oportunidad y después te tiene que ir bien, porque también te puede ir mal. Seguramente muchos novatos, primerizos tienen poco margen de error porque enseguida aparecen las derrotas y surge la inexperiencia. Es difícil el comienzo, seguramente muchos lo intentaron y le ha costado, los que hemos tenido la oportunidad de laburar algo estamos un poco bendecidos”.

Desde sus comienzos a corta edad le tocó atravesar distintas situaciones en cuanto a lo social, con la situación argentina, hasta con la parte dirigencial. “Me ha pasado varias veces que termina la temporada y no tenés contrato y surge la incertidumbre. Me pasó un par de temporadas y aunque estés bien parado hasta que no está la propuesta no tenés trabajo”

“Con mi familia hemos vivido en Corrientes, Santiago del Estero, Sunchales, Buenos Aires, mis hijos han vivido en varias ciudades lo que es un gran cambio. Es todo un desafío, una aventura familiar, pero son las cosas que tiene este trabajo. Si de hecho soy paranaense a morir, hace muchos años que no vivo en la ciudad y en un punto uno empieza a ser de ningún lugar, eso es lo negativo de la profesión”, sostuvo Müller

JUGAR BIEN Y GANAR

A diferencia del fútbol, que hasta jugando mal podés ganar, en el básquet es primordial el buen juego y el orden para ganar. Facundo así lo entiende y lo aplica en sus equipos. “En el fútbol a veces el equipo no tiene la pelota, se defiende agarra un contraataque y gana por eso. En básquet eso no se puede hacer por la regla de los 24 segundos que hace que el partido sea ida y vuelta”.

“Cada 20 segundos atacas y cada 20 segundos defendés, es lo lógico no podes sólo defender o atacar. Por lo que en el deporte tenés que atacar bien y defender bien. Después están los entrenadores que tratan de jugar a pocos puntos o pocas posesiones, con un partido de bajo score o jugar a tirar rápido haciendo un partido de muchas posesiones haciéndolo un partido de score alto. Esas son las variantes que se pueden asemejar al fútbol, ser un entrenador más ofensivo o más defensivo en cuanto a jugar a más o a menos posesiones”,consideró Müller.

Y sostuvo: “El básquet es muy cambiante, dinámico, no te quedas con una defensa todo el partido. Aunque tengas un gran jugador, un Messi o un Curry. Además cambian reglas, por ejemplo de FIBA que no se aplican en NBA. Con FIBA podés marcar en zona o poner dos que marquen a uno y en NBA eso no podés hacerlo. En FIBA podes hacer cualquier cosa, podés anular a un jugador pero hay otros cuatros que van a tirar solos, entonces arriesgas”.

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