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Leyenda del arbitraje

Time out: Darío Rodríguez pitó por última vez

Arrancó a los 15 y dirigió Liga Nacional, Liga de Brasil, 4 Mundiales, 1 Preolímpico y Panamericanos. Tras 50 años se retiró uno de los mejores jueces del básquet argentino. El recuerdo del día que dirigió a para él, el mejor: Magic.

Hace poco tiempo, el paranaense -de 65 años- se retiró de la actividad profesional que inició con sólo 15 en la Asociación Paranaense de Básquet y lo llevó a las altas competiciones internacionales y mundiales.

Con 50 años de trayectoria, Darío Rodríguez se despidió del arbitraje profesional de básquet. Pasaron 4 mundiales, innumerables torneos locales, nacionales e internacionales desde esos incipientes 15 años cuando comenzó a arbitrar en el Club Universitario y hoy con 65 años se siente conforme por lo conseguido.

"Lo venía masticando hace un tiempo, venía buscando las fechas y se tenía que dar. Después de la pandemia entré en un análisis más profundo y dije que antes de fin de año me iba a retirar. Creo que he cumplido mi ciclo en medio siglo y por ahí en este período es mejor que te digan ¿por qué te retirás?, a que te pregunten cuándo te vas a ir", manifestó Darío.

Consideró que logró cumplir todas las metas propuestas en este mundo que se inició en la U y a los 3 años obtuvo la licencia Federativa y Asociativa. Al poco tiempo se convirtió en árbitro nacional y 3 años más tarde rindió la licencia FIBA en San Pablo. "Así empecé y nunca paré". Su primer partido en la APB fue el 13 de abril de 1972 en la cancha del Recreativo Bochas Club en un duelo entre el local y el Atlético Echagüe Club.

Su primer torneo internacional fue el mundial juvenil masculino en Edmonton, Canadá. "Fue mi fogueo. En Liga Nacional tuve un andamiaje rápido que me fue calibrando para ese torneo. Y me fue bien porque quedé en la terna de los mejores árbitros de los 28 que éramos. Me inicie en Universitario e ir a ese mundo era totalmente nuevo para mi y lógicamente la persona tiene que saber escuchar a los mayores. Ahí me fui adaptando y componiendo mi ritmo de vida a esto que era anormal" reconoció.

Es amante del básquet admirador de la NBA y además hincha de River por lo que mira partidos de fútbol y también le dedica un tiempo al fútbol americano. Su árbitro de básquetbol al que admira es Raúl Chávez, radicado en España que dirigió 4 Euroligas

BÁSQUET ARGENTINO

La mayor parte de su trayectoria estuvo vinculada a la Liga Nacional, dirigió todos los clásicos argentinos lo que le permitió formar su persona y obtener el respeto de todo el ambiente.

"Tenía un buen feeling, no solo a nivel local, lo debo reconocer, pero a nivel nacional jugadores y entrenadores me tenían respeto. El árbitro no tiene que ser ningún enemigo del jugador, ni del entrenador ni viceversa. El árbitro es alguien que imparte justicia y eso es todo. Me daba cuenta de eso hasta ahora los últimos que arbitre. Siempre tuve un trato especial, también con dirigentes", contó Rodríguez.

El tiempo y la experiencia, también dirigiendo en el básquet de élite de Brasil, le permitió entender la forma en la que se vive el básquet en nuestro país.

"El básquet sacándolo del contexto de Argentina es un básquet muy educado, de muchos profesionalismo del jugador, entrenador, público y dirigente. El argentino es muy especial, en mi currículum dirigí un año la liga profesional de Brasil. A pesar de ser más potente en equipos, en dinero, en todo, es mucho más tranquilo. El argentino es muy fervoroso, muy protestón, calentón. Es el latino más caliente que hay", señaló.

Siempre se destacó por su formas al arbitrar ya que recurría al diálogo y al entendimiento de las partes que tenían como fin hacer un juego más limpio y claro. "Yo lo lograba equilibrar hablando. El árbitro tiene que tener una respuesta conducente para que el juego no se te vaya. El árbitro no tiene que ser aplicador de reglas, tiene que ser un conductor y en eso me considero así. El árbitro también es humano".

Además, "el árbitro debe conocer a los protagonistas del encuentro. Equilibrar los estados de ánimo. No es lo mismo la protesta de un jugador que de otro. El jugador o el entrenador nunca te va a decir lo que es lo correcto, ambos te van a decir a beneficio suyo. Ahí uno tiene que equilibrar entre lo que sucedió y lo que pudo haber sucedido", remarcó.

"Hay dos o tres palabras claves 'puede ser', 'lo escucho', 'me fijo', 'tranquilo'. En Liga Nacional se formó el 'puede ser' como el 'siga siga' en el fútbol. Entonces puede ser que sí o que no. En el reducto de 28mt por 15mt las pulsaciones de los jugadores van a mil por segundo. Entonces el tipo viene y quiere saber lo que pasó. Hasta puede tener la razón de lo que protesta", añadió.

Asimismo, considera que el árbitro no debe ser irónico en sus decisiones. “Muchas veces he cambiado mis fallos y lo he dicho. Por ejemplo digo que saca A y sacaba B, mi compañero me corrige y lo rectifico espontáneamente. En el básquet hay muchas cosas que son apreciativas del árbitro no son técnicas reglamentarias como cuando está en el acto de lanzamiento, cuando es un foul fuerte que puede ser considerado normal o antideportivo y lógicamente que el árbitro analiza. Yo y muchos árbitros nos hemos dado cuenta cuando hemos sancionado mal”.

AMOR Y DISFRUTE POR EL BÁSQUET

Darío abrazó la profesión de árbitro porque desde muy chico obtuvo esa pasión por el básquet que aún hasta el día de hoy la sigue manteniendo. “Disfruto del buen jugador. Disfruté mucho de los Milanesio, de los Campana, de los Cortijos, de los Aníbal Sánchez , de los Ruiz Moreno. Disfruto mucho del buen entrenador de un Volcan Sanchez, un Che, un Huevo Sánchez porque saben de basquet saben interpretar El juego. Disfrutaba arbitrando y viéndolo jugar”.

Esa profesión le permitió conocer distintos estadios. A nivel nacional quedó fascinado con el Polideportivo de Mar del Plata donde hace las veces de local Peñarol. “En esa época iba toda la ciudad y se jugaba a cancha llena todos los partidos sea el partido que sea. Es un estadio que te hace poner la piel de gallina”.

Y en el exterior destacó los de Brasil y el Commonwealth Stadium en Edmonton, Canadá. “Llegamos y días previos al mundial se jugaban partidos de béisbol y había 95 mil personas, y a los 2 días del Mundial lo transformaron para jugar ahí”.

También dentro de esas elecciones se encuentra el estadio más difícil donde arbitró. “Por el entorno fue la de Regatas de San Nicolás. Recuerdo el partido cerrado que fue el ascenso de Sionista. Eso fue tremendo, es una cancha muy difícil con el público metido casi adentro de la cancha. En Argentina dirigí todos los clásicos, pero el de San Nicolás ya a la tarde era imposible”.

El básquet también le ha dado distintos recordatorios, como la camiseta oficial de Boca Juniors firmada por todo el plantel, aunque por su fanatismo por River hizo que se la regalara a uno de sus amigos Xeneizes.

"Una vez Boca sale campeón del torneo de AFA, y el domingo juega Boca en la Bombonerita, y la subcomisión de básquet le entrega un premio a los futbolistas. Pasaron y nos saludaron. Y el encargado me dice que iban a pasar a saludar y yo le dije soy fanático de River, no importa igual te voy a hacer llegar una camiseta y asi fue. En 15 días lo vuelvo a dirigir a Boca en Comodoro y el delegado me llevó la camiseta", contó.

MAGIC JOHNSON

De las oportunidades presentadas a lo largo de su extensa trayectoria, Dario atesora con mucho aprecio el momento en el que conoció a Earvin "Magic" Johnson uno de los mejores basquetbolistas estadounidenses de la historia. “Es el mejor que vi por cualidades innatas. Son jugadores de los que no se puede decir que tienen, pero son completos. Te deslumbran, cuando entran al parquet ya está”, señaló.

Dario fue el encargado de dirigir los partidos de exhibición que realizó Johnson y otros basquetbolistas en el verano de 1994 en Córdoba, Bahía Blanca, Buenos Aires y en Rosario. “Me encontré con un tipo muy natural, era un showman, pero un tipo sensible. En ese momento atravesaba el HIV pero lo estaba sobrepasando. Es una persona con una gran personalidad”.

En esos momentos fue donde valoró todo el recorrido que transitó en el arbitraje en tantos años. “La foto de mi carrera es esa que en el mismo día conseguí con Magic Johnson y con Maradona que estaba en Newells en ese momento. Yo venía de un barrio humilde, vendía tortas y llegué a esto. Gracias a dios me lo dio el arbitraje y el deporte", sostuvo.

"Estaba como protagonista. Siempre digo que en todos los ámbitos de la vida el árbitro tiene que ser medianamente bueno y hay un factor que siempre digo que es la suerte. Si la suerte no acompaña, hasta siendo mejor que los otros, no logras cosas y le debo mucho a la suerte que jugó para mi", reconoció el paranaense que disfrutó y vivió plenamente el deporte.

"Lógicamente en algún momento dentro de la cancha se ma ha escapada un 'uh', que se da cuando uno disfruta. El árbitro que no siente pasión por el deporte no puede estar enemistado del conjunto. Somos una parte del deporte".

Al ser parte de encuentros internacionales en mundiales, sudamericanos, preolímpicos entre otros, se cruzó en su camino por grandes figuras internacionales de las cuales reconoció que dentro de la cancha con sus compañeros se “tratan como en una cancha de barrio porque quieren ganar, también son profesionales que se reprochan y es algo que se da desde la APB”.

FAMILIA

Gran parte de todo este proceso de 50 años de carrera también fue gracias al apoyo incondicional de su esposa Liliana con quien lleva 34 años y tuvo dos hijos, Lautaro y Luisina.

"Significan todo. Esto no lo podría haber hecho sin mi familia porque yo vivía en Paraná pero no viví en Paraná porque viajaba permanentemente. Estaba 4 o 5 días afuera por la Liga o competencias internacionales. A Brasil me fui por 6 meses y pico, volví y permanentemente me iba a otros lados por las competencias 15 días. A mis hijos los vi crecer por fotos prácticamente. Ahora por suerte disfruto mucho a mis nietos", reconoció Darío que dejó atrás una gran profesión pero no su amor por el deporte

"El último día fue muy especial porque dije hasta acá llegué. Siempre digo que cumplí y que no le fallé a nadie y si lo hice fue de manera circunstancial, en el aspecto deportivo", destacó.

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