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Walter Andrade: “Creo que me exigí muchísimo conmigo mismo”

Uno de los últimos ídolos rojinegros repasó su carrera. Lo que se deja de lado y lo que se da. Cómo se vive el post jugador en relación al fúitbol y a la nueva vida laboral y personal. Su vínculo con Patrón. Mano a mano con El Negro.

Al hablar de referentes históricos de Patronato, y de la historia más reciente, es indudable la referencia hacia Walter Andrade, el alto y corpulento defensor que transitó todo el camino desde la Liga Paranaense hasta la primera división del fútbol argentino. Es más, es uno de los pocos privilegiados de jugar exclusivamente con el equipo de su ciudad y llegar al profesionalismo.

“Muchos compañeros que venían me hacían ver lo afortunado de poder jugar en el equipo de mi ciudad. Pude hacer lo que muchos futbolistas quieren, de no andar viajando de un lado para el otro, arrastrando a la familia, con lo que conlleva la adaptación. La verdad que hice una carrera hermosa, pude hacer historia con una camiseta, eso es muy gratificante para mi porque la gente en la calle te lo reconoce y te llena”, aseguró Andrade.

A dos años de su retiro oficial de las canchas, Andrade reconoció que han sido contadas con los dedos de una mano las veces que ha ido a la cancha y no ha vuelto a jugar. “Cerré un ciclo. Lo dejé de sentir y no siento la necesidad, no extraño nada y menos una pretemporada”, comentó.

Al retirarse uno analiza todo y yo creo que me exigí muchísimo conmigo mismo. El fútbol me desgastó muchísimo”, aseguró el Negro que en la actualidad se dedica a administrar sus dos emprendimientos: una playa de estacionamiento en el centro paranaense y un complejo de canchas en Colonia Avellaneda.

“Solo he jugado con mis hijos. Me han invitado, está bueno pero no me voy a comprometer cuando no tengo ganas y para ir sin ganas no tiene sentido. Cuando dejé la camiseta sentí eso de no querer correr, cero deportes. Es más, hace poco salí en bicicleta desde mi casa por Zanni, Almafuerte y tenía que subir en la zona del hipódromo y empecé a sentir esa sensación de sacrificio y me preguntaba qué hacía ahí”, contó el ex futbolista.

El exfutbolista de 37 años reconoció que, luego de 15 años de carrera futbolística, atravesando años de Liga, torneos argentinos (Interior, B y A), Nacional B hasta la llegada a Primera, una vez fuera de la rutina futbolera comenzó a disfrutar. “Me descontracturé porque fui muy estructurado”, aseguró Walter.

“Sentí que di mucho, por ahí demás pero no me arrepiento, aunque descuide a mi familia que es lo que me hizo un poco de ruido. De eso me di cuenta después, en el momento estás en la dinámica y querés más, fui a fondo con lo que sentía que era poder estar en Patronato, ser titular, tratar de llevar al club lo más alto posible y pasó un tiempo. Sentí que había descuidado algunas cosas en pos de Patronato, terminó esa era y ahora descanso, me alimento de otra cosa. Cambié de vida y estoy muy pleno”, manifestó.

Asimismo, luego del retiro y pese a darlo todo por el club, Andrade tuvo sentimientos encontrados con los directivos de la institución. “Sentí que fue un poco de ingratitud de parte de la dirigencia entonces honestamente me costó ir al cancha. Son etapas y estoy tranquilo. Me retiré bien sabiendo lo que hacía y estoy tranquilo que me entregué al 100% por los colores por Patronato y ya está, etapa cerrada”.

Tras colgar los botines volvió a la cancha como espectador para apoyar a su amigo Gabriel Graciani en su interinato al frente del primer equipo ante Sarmiento de Junín. “Fui porque me pidió Gabi que sentía que era importante que un amigo lo esté acompañando en un partido cuando le tocó dirigir”.

ADAPTACIÓN

Ir subiendo de categorías le exigía adaptarse continuamente para encajar en el equipo y la intensidad que requería el juego. Pero el cambio mayor lo tuvo que dar en la primera división. “Pisé primera y me di cuenta que no podía jugar. Estaba compitiendo, tenía la camiseta pero sentía que si no corregía físicamente podía perder la camiseta y no recuperarla”, señaló.

“El fútbol ha evolucionado mucho en los últimos años, físicos como el mio ya no hay en primera. Ha cambiado también la alimentación, cada vez se hace más profesional y por eso cuesta tanto que un jugador juvenil se pueda integrar donde cometés errores diarios, donde no haces una buena lectura de un buen jugador de fútbol cuesta poder insertarse”.

Y recordó uno de los momentos vividos durante el Torneo Argentino B con Murúa. “En ese momento estaba pasado de peso. Entrenabamos en la quinta de Quinodoz y a la vuelta en vez de volver con los muchachos en el cole me decía ¨volvé corriendo hasta el club¨. Eran 8 kilómetros vestido todo de Patronato”, contó.

En los inicios de su carrera no prestó tanta atención a los cuidados pero tuvo que hacer el click para mantenerse activo y en pos de su salud. Allí apareció Constanza Apolo, la nutricionista del club con quien comenzó un plan de cuidado alimenticio para cambiar su dieta.

“Empecé a comer comidas que no me gustaba porque sentía que tenía que recuperar el cuerpo. Tenía un físico para el Nacional B, que me sentía cómodo y me alcanzó, pero en primera los jugadores vuelan y ahí sentí la necesidad de cambiar. Fui ajustando cosas y terminé la carrera estando mejor físicamente que a los 30 años”, señaló Andrade.

“En lo personal conocí otras cosas, otras herramientas, fui creciendo viendo cosas y todo a la par de lo que fue Patronato”, remarcó.

ESTANDARTE EN LA DEFENSA

En la B Nacional y sobre todo en Primera, le tocó enfrentar a grandes delanteros que marcan la diferencia. “Me asombró mucho Benedetto, lo enfrenté en Jujuy y era un delantero más y en cancha de Boca me tiraba unas diagonales que nunca pude estar cerca. Me llevaba de un lado al otro, era muy tiempista, cuando llegaba recién caía el centro”, sostuvo el exdefensor central.

Y en la B tuvo enfrente a un delantero nivel europeo como David Trezeguet vistiendo la camiseta de River. “Marcarlo a él fue increíble porque lo vas estudiando, cómo se mueve, pero después lo tenés mano a mano y tiene un poder de resolución. Además que fue un partido especial para todos los futboleros entrerrianos por cómo terminó el resultado”.

Y recordó la anécdota de cuando le sintió la fragancia de un perfume en pleno partido. “En el área grande estábamos cerca y se sentía a un metro y medio, Para el futbolista un partido es como ir al boliche, porque se siente así”.

Esos partidos ante Boca o River, de los cuales Andrade tiene un historial favorable de triunfos ante el Millonario y un empate ante el Xeneize, son distintos a cualquier otro. “Son partidos que los sentís en la semana, los vas mentalizando por lo que significa un equipo grande por la jerarquía de los jugadores”.

Y destacó: “En los manos a manos posiblemente son superiores entonces te tenés que preparara, no podes cometer errores, y lo vas percibiendo que se viene un partido difícil”.

EL VAR

Con la experiencia fresca del polémico partido de Patronato ante Barracas Central en la Liga Profesional, Walter Andrade opinó al respecto y resaltó: “Menos mal que no estaba”

“No me tocó pasar algo así. Pero fue muy evidente, vergonzoso, encima después salen a declarar como que estaba bien. No se justifica el accionar después pero adentro de la cancha están con revoluciones muy altas”, sostuvo.

Y contó la experiencia vivida hace varios años en Córdoba ante Instituto que hubiese sido distinta si se aplicaba la tecnología. “Perdíamos 1-0 y nos anulan un gol a los 44 del segundo tiempo, todos pensábamos que estaba mal cobrado. Boggino me dice anda a correr la barrera, me pongo al lado de la barrera y yo pensé que había empujado un poquito. Empujé mucho y fue falta, cobró bien”.

“Terminó el partido y nos fuimos a protestar. Viene un policía, me pechea mal, me mira y se me ríe y se queda al lado del árbitro. Ahí pensé no puedo pegarle pero tenía la camisa abierta, se veía algo de bello. Me acerqué y le agarro el bello y le tiro, cuando hago eso me voy para atrás pensando que me podía pegar, pero no pasó nada. Después algunos dirigentes empezaron a insultar a los árbitros y ahí nos peleamos con varios”.

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