Sanbe se coronó octacampeón de la Copa de la Liga Paranaense de Fútbol Femenino y parte de ese logro se debe a una gran cantidad de goles convertidos por Yasmín. En el año cosechó más de 70 conquistas. La joven de 23 años es oriunda de Villaguay, comenzó a practicar el deporte tras jugar un partido con amigas y tras la pandemia se radicó en la capital entrerriana para trabajar por su mayor sueño: llegar al profesionalismo y a la Selección Argentina.
Jasmine Scheffer nació en el 2001 en Villaguay. Durante su infancia comenzó a relacionarse con el fútbol que jugaba con sus primos y amigos en su barrio. Por ese entonces el fútbol femenino no tenía tanto empuje, eran solo algunos grupos que solían juntarse a jugar por diversión y en algunos torneos libres.
“Al principio no me animaba a jugar, me daba vergüenza. Hasta que un día estando afuera de mi casa pasa una Caro, que es como una hermana, y me invita a jugar un fútbol once, no sabía qué decirle y le fui a preguntar a mis padres si me dejaban, No les gustó nada, a mi vieja nunca le gustó eso por que le daba miedo de que me peguen y mi papá decía que era un juego de varones. Igualmente no le hice caso y fui a jugar”, contó Yasmín.
Sus conocimientos del deporte eran básicos y las recomendaciones de su amiga fue que ella reciba la pelota, que corra y que le pegue como le quede. “Yo corría y le pegaba no más, era muy mala”, manifestó la goleadora que sin embargo hizo 2 goles en ese partido y uno de larga distancia.
“Me tiraron la pelota por la línea y desde tres cuarto de cancha le pegué sin mirar al arco y fue gol”, contó. Esa racha la ha acompañado a lo largo de su corta carrera. Este año fueron más de 70 tantos, pero ha llegado a pasar los 100 en el Club San Benito, exponente del fútbol femenino en Paraná.
Tras esa primera experiencia en un equipo integrado por mujeres se entusiasmó y comenzó formalmente las prácticas en Las Pumas, un equipo de su localidad. “A mis padres no les gustó mucho al principio, pero luego mi papá me empezó a acompañar y se interesó. Me llevaba siempre a las prácticas o cuando jugaba un fútbol 5 también estaba, sin importar si hacía frío o calor”, reconoció.
Tras la creación de la Liga de Villaguay la delantera representó al equipo de Salud Pública durante un año, luego pasó por equipos de Colón y Concepción del Uruguay. En el 2019 el equipo femenino de Belgrano de Paraná (que luego se disolvió y sus jugadoras recalaron en San Benito) fue a disputar un amistoso contra un selectivo de Villaguay.
“Me convocaron pero no pude jugar porque llegué tarde. Mi papá me llevaba en la moto y justo pinchamos una rueda. Llegamos faltando 10 minutos, las chicas querían que juegue pero decidí quedarme afuera. Así fue como conocí a las chicas de Paraná”, recordó.
“Al tiempo vi una foto en Instagram de una conocida que estaba jugando en Belgrano y le pregunté que onda el equipo y me contó que recién se estaba formando el equipo. Le pedí un contacto, me pasó el de Pame Tortul, la hablé y caí en su casa. Me adoptó como una hija y me cobijaron desde el primer momento”.
Llegó a Belgrano, se hospedó en la pensión del club pero su estadía fue corta proque al mes llegó la pandemia y se volvió a su ciudad. “Mientras seguía entrenando en mi casa con las indicaciones del entrenador. Al tiempo me entero que Belgrano no iba a seguir y surge lo de San Benito”, sostuvo.
“San Benito me marcó muchísimo, me enseñó muchísimo y me genera muchas cosas lindas”, señaló la villaguayense.
Estos años han sido “un camino con altas y bajas que va a continuar con el tiempo hasta poder cumplir mis sueños. Ser jugadora profesional y el más importante, llegar a la Selección. Es un camino largo pero se que lo voy a poder lograr”, aseguró la futbolista.